14 abril, 2011

Los temores de Enrique Peña

Francisco Garfias

Hasta los diputados priistas lo admiten fuera de grabadora. Las divisiones en el sector obrero y los requerimientos electorales de Enrique Peña Nieto llevaron a la bancada tricolor a congelar la aprobación de su propia iniciativa de reforma laboral.

En voz baja comentan que el mandatario mexiquense no quiere que Andrés Manuel López Obrador explote el descontento que la iniciativa de ley provoca en el mundo del trabajo. Le preocupa que la atmosfera política se altere en la entidad, antes de las elecciones de gobernador, el próximo 3 de julio.

El Peje ya se había montado en el tema. A las 10:40 horas de hoy acude a San Lázaro para manifestar su oposición a la importante reforma. El tabasqueño mantuvo la protesta, a pesar de que los priistas atoraron la iniciativa. El numerito estaba organizado. Había que aprovecharlo

El outsourcing (subcontratación), el pago por horas y los juicios laborales expeditos han provocado la rebelión de los diputados obreros del tricolor. Paco Rojas, coordinador de la bancada, ha evitado incluso convocar a sesión previa. No quiere dar lugar a protestas internas.

La semana pasada se registró, incluso, una inusual maniobra del diputado Víctor Flores, dirigente del sindicato ferrocarrilero.

Filtró a los reporteros de la fuente legislativa un comunicado en el que aseguraba que 50 organizaciones obreras ni siquiera fueron consultadas a la hora de elaborar la reforma.

Era patético ver cómo la cúpula parlamentaria del tricolor intentaba justificar su decisión de posponer la aprobación de la iniciativa: “No se trata de rajarse, sino de hacer una ley mejor para México. Ya hacemos consultas para enriquecerla”, dijo José Ramón Martel, vicecoordinador de la bancada tricolor en San Lázaro.

Remató: “Si durante 40 años no se hizo nada —son 41— ¿Por qué la prisa?”

Para capear el temporal, la cúpula del tricolor aseguró que la iniciativa será aprobada sea en uno extraordinario o en el próximo periodo ordinario de sesiones, que se inicia en septiembre.

Los panistas detectaron de inmediato las dificultades en el tricolor. No dejaron pasar la oportunidad de balconearlos. La mismísima Josefina Vázquez Mota montó un auténtico show mediático.

En rueda de prensa, y no en tribuna, la coordinadora panista anunció que la totalidad de los integrantes de su bancada firmaron la iniciativa del PRI.

La propuesta no toca “ni con el pétalo de una rosa” —lo dice Javier Lozano— la falta de transparencia y democracia sindical. Aún así firmaron. La cosa era dejar mal parados a los que se rajaron.

Los azules, por cierto, se anoroñaron para acentuar la presión. Al más puro estilo del diputado del PT, desplegaron una enorme manta a lo largo de la tribuna en la que se leía: ¿Faltan 18 días y la reforma laboral cuándo?

Muy cerca, un puñado de petistas alzaban pancartas con la leyenda “no a la Reforma Lozano…”

Ni el ramo de flores que Gerardo Fernández Noroña le dejó en su curul convenció a la diputada panista Augusta Díaz de Rivera de retirar los calificativos que el pasado martes le endilgó al petista.

“¿Me da por muerta? ¿Me está cortejando? ¿Se burla de mí?”, son las tres preguntas que se hizo la diputada, cuando vio el ramo que Fernández Noroña le dejó en su curul, según el vicecoordinador del grupo parlamentario azul, Carlos Pérez Cuevas.

El ramo acabó en el piso.

Una y otra vez Noroña se amparó, ¡en el reglamento!, para pedir a la panista que retirara sus ”ofensivas” palabras. “No las retiro, las reitero. Ni el presidente de la Mesa Directiva me puede reconvenir por mis opiniones”, alegó Augusta. No iba a echar a perder sus 15 minutos de fama.

La legisladora del PAN no sólo llamó a Noroña “diputado de simulacro”, sino que lo trató de poco inteligente y de subirse a la tribuna a decir “babosadas”.

La candidatura de Enrique Ochoa Reza al Consejo General del IFE quedó ayer definitivamente descartada. Su asistencia, hace algunas semanas, a la cena que reunió a María del Carmen Alanís, presidenta del TEPJF, con el diputado peñista Luis Videgaray, lo sacó de la jugada.

En esa reunión habrían hablado de la denuncia que el PAN presentó contra Peña Nieto por la difusión, a nivel nacional, de los spots de su V Informe de Gobierno.

“Fue la última cena de Ochoa. El cuate se voló la cabeza…”, aseveran en San Lázaro.

El tema de la elección de los tres consejeros que le faltan al IFE iba a ser discutido ayer, en la reunión de la Junta de Coordinación Política de la Cámara baja. El cónclave se pospuso para hoy, a petición de Paco Rojas, aseguran en el PAN.

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