18 junio, 2011

Las teorías del caso Hank

Las teorías del caso Hank

Todo indica que fue la pifia que parece ser. Que es un caso más de integración defectuosa de un expediente.

Luis F. Lozano
En mi opinión, la semana pasada fue un resumen de los diez últimos años de gobiernos panistas y su relación con los priistas. Al final, el señor Hank es liberado con todo y las armas de fuego, la PGR integró y consignó un expediente defectuoso que provocó la salida expedita del presunto acopiador. El gobierno panista actuó con candidez y el político priista se los acabó fregando, por no hacer alusiones a conceptos más cercanos a Octavio Paz (yo creo que ahí se explica el por qué del amor masoquista al PRI).
De cualquier forma, lo que más divirtió fueron las teorías sobre la detención que se leen y escuchan; aquí reproduzco algunas:
Teoría 1. “La cacería de brujas”: El gobierno, usando todo el aparato del estado ha iniciado procedimientos que encarcelarán a políticos priistas prominentes con la única intención (que es lo que descalifica cualquier otro fin del acto de autoridad) de ganar  procesos electorales. Una vez liberado el personaje, los que aseguraban esta teoría han concluido que los panistas no saben hacer detenciones políticas como se debe (¡!). Que deberían haber aprendido de otras como la de La Quina, etc.


Teoría 2.“La conspiración”: El Presidente de la República ideó la detención de Hank exactamente el día del relanzamiento de la campaña del señor Bravo Mena en el Estado de México. Las vinculaciones de Hank con el grupo Atlacomulco, uno de los círculos de poder más fantasmagóricos que hay en México, enviarían un mensaje claro al electorado que salpicaría al PRI y al gobierno del Estado de México, y levantaría a Bravo Mena en las intenciones de voto (vamos, ni con la pastilla azul). El expediente se integró en la DEA y fueron ellos quienes dieron el pitazo. Salió libre, porque en México sale de la cárcel todo aquél que tenga dinero y compre al juez.
Teoría 3. “La que me hubiese gustado”: Después de casi 11 años en el poder, el gobierno iniciaría una cruzada contra políticos corruptos. Para ello, el gobierno se ha tomado los últimos 5 años en investigar, estudiar e integrar cuidadosamente los expedientes de todos los inculpados. Serían varios y de todos los partidos. Lo mismo el señor Hank (que se quedará sus armas, supongo) que ex gobernadores que han hecho imperios inmobiliarios, que ex presidentes de partidos que compran gangas inmobiliarias en Polanco, que ratas mexiquenses, que ex jefes de gobierno que desviaron fondos públicos para financiar otras actividades, que políticos en funciones que se han enriquecido de manera inexplicable (sigo pensando que este es el único delito donde la carga de la prueba debería ser del  inculpado), que jueces que dictan sentencias de acuerdo con el pago que recibieron, que funcionarios de todo nivel que se han robado las cajas de ahorro de servidores públicos o funcionarios que simplemente no cumplen con su deber, etc. Las detenciones estarían plenamente sustentadas y sería el inicio de una nueva guerra contra la corrupción, fuente de la mayoría de nuestros males.
Pero no fue ninguna de las tres. Todo indica que efectivamente fue la pifia que parece ser. Que es un caso más de integración defectuosa de un expediente y de una consignación que deberían haber pensado más antes de presentar.
Para mala fortuna del gobierno y fortuna de muchos políticos, el electorado y la opinión pública en México castiga con mucho más rigor la incompetencia o incapacidad, que el delito de acopio de armas o la corrupción. Si no, pregunten en Coahuila.

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