25 octubre, 2011

El gobierno federal: Dejando atrás a los niños hispanos




Hace poco el presidente Obama anunció que el Departamente de Educacion ofrecería dispensas a todos los estados para no tener que cumplir con los requisitos de la ley “Que Ningún Niño Se Quede Atrás” (NCLB). Pero, para que se les acepte la dispensa, los estados tienen que adoptar algunos requisitos que impone la administración Obama. Esta acción, además de pasar por encima del Congreso, alienta la triste tendencia de insistir en más politicas fracasadas.

La analista de Heritage, Lindsey Burke, nos lo explica:



La administración Obama no está contenta con que el Congreso no haya reautorizado la ley Que Ningún Niño Se Quede Atrás (el presidente Obama quería que estuviese reautorizada antes del comienzo de este año escolar) y por eso está tentando con dispensas a estados en gran necesidad de ayudas a cambio de adoptar las reformas educativas preferidas de la administración que incluyen estándares y exámenes nacionales. Y debido a las condiciones, el alivio temporal que los estados obtendrían con las dispensas iría rápidamente seguido de un aumento del poder de Washington sobre las decisiones de los estados en lo que respecta a educación.

Durante años, la intervención federal en las escuelas ha crecido hasta llegar a niveles jamas vistos y NCLB ha continuado esta tendencia. Mientras el gasto federal, los programas del gobierno y los impedimentos que impone siguen creciendo, el logro académico sigue sin mejorar.
Esto no es particularmente sorprendente considerando como los estados tratan de complacer las exigencias que les llegan desde Washington, teniendo así que límitarse a lo que puedan hacer para atender las necesidades de los estudiantes.
Estas politicas fracasadas a la hora de mejorar el rendimiento de las escuelas con más fracaso escolar afectan mucho a los estudiantes hispanos. De acuerdo a un estudio publicado por el Manhattan Institute, por ejemplo, sólo el 52% de estudiantes hispanos se gradúan en la escuela secundaria y nada más que el 20% de ellos se gradúan con elegibilidad universitaria.
En vez de continuar con más y más regulaciones federales, el gobierno debería regresar la autoridad educativa a los que están más cerca de los estudiantes. Y en este caso es a los estados. Los líderes estatales necesitan la flexibilidad de implementar aquellas reformas que consideren como la mejor opción para los alumnos de sus estados.
Hay varias iniciativas recientes para devolver la autoridad educativa a los estados y estas incluyen una serie de propuestas legislativas presentadas por el congresista John Kline (R-MN) entre las que destaca una que da flexibilidad a los estados para decidir cómo pueden usar los dólares federales de la educación. El plan A-Plus, presentado por el congresista Rob Bishop (R-UT), permitiría a los estados optar por abandonar NCLB y usar sus dólares para educación como mejor les convenga. Estas propuestas pueden ser una gran ayuda para los estudiantes hispanos ya que los estados podrían tener mayor poder de decisión a la hora de centrarse en los estudiantes y dirigir los dólares allí donde hagan falta y no donde diga Washington.
Años de regulación del gobierno federal han contribuido poco al éxito de  los estudiantes americanos, especialmente a los de herencia hispana. Las escuelas necesitan reevaluar sus necesidades y garantizar que cada niño tenga la mejor oportunidad escolar para alcanzar el éxito.

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