14 noviembre, 2011

EE.UU.: Más iguales y más pobres

Mientras el Presidente Obama sigue basando sus esperanzas de reelección en el resentimiento hacia “el 1 por ciento” quienes supuestamente no “pagan lo justo”, la evidencia más reciente sugiere que sus ataques todavía no están yendo en la dirección correcta
De acuerdo a los datos recientemente publicados por la Tax Foundation, el 1 por ciento más rico de los estadounidenses ganó 16,9 por ciento de todo el ingreso bruto ajustado en EE.UU. Sin duda, eso es bastante dinero, sin embargo esto representa una porción menor que aquella de 2008, cuando los ricos ganaban 20 por ciento de todo el ingreso. Eso es correcto: los ricos están ganando una porción más pequeña del ingreso estadounidense.
De hecho, ha habido un declive de 39 por ciento en el número de millonarios estadounidenses desde 2007. Entre los denominados súper ricos, el declive ha sido todavía mayor. El número de estadounidenses que ganan más de $10 millones al año ha caído en un 55 por ciento. Tal vez alguien debería contárselo a las personas que se manifiestan en el Parque Zucotti en Nueva York: la desigualdad de hecho está disminuyendo.
Es interesante que el declive en las ganancias de los ricos ha estado correlacionado con un desempleo más alto y con un aumento de la pobreza en general. Todos somos más pobres, pero al menos somos igualmente más pobres. ¡Bravo!
¿Podría ser que los ricos de hecho juegan un papel importante en nuestra economía como, por ejemplo, crear empleos? Después de todo, ¿qué piensa el presidente que hacen los ricos con su dinero: lo entierran en su patio? En realidad, los individuos o se gastan el dinero o lo ahorran e invierten. Si lo gastan, ayudan a proveer empleos para la gente que hacen y venden lo que sea que ellos compran. Si el dinero en cambio es ahorrado e invertido, proveen capital que es requerido para iniciar negocios y contratar trabajadores. Es trillado pero cierto —no muchos estadounidenses han sido contratados por una persona pobre.
En cuanto a que no pagan su porción justa de los impuestos, de acuerdo al reporte de la Tax Foundation, el 1 por ciento que gana más pagó 36,7 por ciento de todo lo recaudado por el impuesto sobre la renta, una cantidad que verdaderamente parece desproporcionada. El décimo más alto de ese 1 por ciento, los verdaderamente ricos, ganaron alrededor de 8 por ciento de todo el ingreso pero pagaron un considerable 17 por ciento de todo lo recaudado por impuesto sobre la renta.
Y mientras que Warren Buffett podría, como él dice, estar pagando una tasa tributaria más baja que su secretaria, él es claramente una excepción. De hecho, la tasa corporativa efectiva pagada por los ricos ha aumentado durante los últimos años y ahora el promedio es de un 24 por ciento, comparada con el promedio de 11 por ciento que pagan el resto de los contribuyentes. Además, como señala la Tax Foundation, la razón por la que Buffett y otros como él pagan tasas tributarias efectivas más bajas es que gran parte de su ingreso se deriva de ganancias de capitales y dividendos, pero “el ingreso derivado de estas fuentes ya ha sido tributado una vez mediante el impuesto sobre el ingreso corporativo, el cual no está incluido en el estudio actual, lo que implica que los números de las tasas tributarias efectivas pueden ser algo engañosos”.
Todo esto puede ser la razón por la cual, a pesar de las manifestaciones de Occupy Wall Street, el respaldo entre los estadounidenses de la redistribución de la riqueza ha estado disminuyendo. De acuerdo a la Encuesta General Social, el número de estadounidenses que creen que “el gobierno debe reducir las diferencias de ingresos entre los ricos y entre los pobres” ha caído dramáticamente, hasta el punto que solo un cuarto de la población respalda firmemente la propuesta. Y, el declive más grande se ha dado, no entre los ricos, sino entre la clase trabajadora

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Tal vez el al “99 por ciento” no le atrae la lucha de clases como dice el presidente Obama. O tal vez lo entienden, como William J. H. Boetcker una vez dijo (en una cita muchas veces atribuida equivocadamente a Abraham Lincoln), “Usted no puede fortalecer a los débiles debilitando a los fuertes. Usted no puede levantar al trabajador rebajando al jefe. Usted no puede ayudar a los  pobres destruyendo a los ricos”.

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