NUEVA YORK—En el cuarto piso del Rockefeller Center de esta ciudad, se encuentran dos viejos amigos. Paul Volcker, de 84 años, y Richard Ravitch, de 78, comparten una oficina que funciona como una especie de ventanilla única en la que se ofrece asesoría sobre lo que aflige a Estados Unidos y al mundo.
Volcker, el ex presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos y ex asesor presidencial, ha pasado buena parte de las últimas tres décadas supervisando o comentando sobre el sistema financiero global. Ravitch se forjó una carrera como un experto en solucionar problemas en la ciudad y el estado de Nueva York.
Sus especialidades son diferentes, pero ven el mundo "a través del mismo cristal", dice Ravitch de su compañero de oficina durante los últimos 15 años.
En la actualidad trabajan juntos en los problemas financieros de los estados estadounidenses. El par planea publicar un informe al respecto 2012.
Stephanie Sinclair for The Wall Street Journal Paul Volcker y Richard Ravitch en la parte de la oficina que le corresponde a Volker y en la que han trabajado pro 15 años.
Ambos se conocieron durante una profunda crisis municipal que azotó las ciudades de EE.UU. en 1975. Los dos son ávidos pescadores y han viajado juntos a Canadá e Islandia a practicar su afición. Sobre el escritorio de la asistente de Volcker, que es su esposa, hay una imagen de un pescado envuelto en The Wall Street Journal. Le recuerda el ex jefe de la Fed "la naturaleza fugaz de las noticias financieras".
Ninguno de los dos tiene intenciones de jubilarse. "El trabajo me relaja más que la pesca", reconoce Volcker, quien ha estado viajando durante cuatro semanas por Asia y Europa en donde asistió a reuniones y conferencias.
El trabajo para examinar las finanzas de cinco estados (California, Illinois, Nueva York, Virginia y Texas) es su primera colaboración desde que empezaron a compartir espacio profesional en los años 90. Volcker había terminado un trabajo en Wall Street y estaba buscando una oficina cuando se encontró con Ravitch. Decidieron entonces compartir el espacio en el Rockefeller Center. "El alquiler era barato", cuenta Volcker.
Los dos ocupan alas separadas, pero visitan el escritorio del otro para intercambiar ideas. También se ayudan mutuamente en la confirmación de datos.
Los visitantes a la oficina vienen de mundos diferentes. Ravitch recibe a funcionarios de la ciudad de Nueva York y alcaldes de la zona norte del estado. La mayoría de los visitantes de Volcker suelen ser "más viejos y jubilados", dice.
Ravitch agrega que su compañero de oficina es modesto, ya que desde el otro lado del pasillo escucha con frecuencia a presidentes y primeros ministros.
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