Stiglitz : Un nobel novelero
Una vez más debo recordar dos
observaciones que me parecen trascendentes En los momentos que vive el
mundo. A mediados del siglo XIX Alexis de Tocqueville en su obra “El
Antiguo Régimen y la Revolución” escribió que los economistas habían
sido más culpables de la revolución que los filósofos y al respecto
escribió: “O más bien para hablar con propiedad, ya no hay para ellos
derechos privados, sino solamente utilidad pública”. Y Terence
Hutchitson dijo: “El éxito de Adam Smith , La Riqueza de las Naciones,
produjo un resultado no deseado, que fue la aceptación de que la
economía era una ciencia independiente de la ética y la política”.
A partir de las anteriores sabias
observaciónes me voy a permitir disentir nuevamente con Joseph Stiglitz,
premio Nobel de Economía en su disertación en la Facultad de Ciencias
Económicas de la Universidad de Buenos Aires. Ya con anterioridad había
tenido diferencias filosóficas con el Nobel, por más que habíamos
coincidido respecto a la política del FMI y su “Enfoque Monetario del
Balance de Pagos. Al respecto Polak ex director del Departamento de
Investigaciones Económicas del FMI: “El desarrollo económico se pudo
haber financiado con impuestos más altos o con créditos del exterior…En
un sentido real, la expansión del crédito es la causa de los problemas
de pago”. En esa definición se encuentra la causa del fracaso del mal
llamado neo liberalismo al que también se refiere Stiglitz.
Pero abandonemos por el momento los errores de política del FMI, que en el Caso de Argentina lo reconocieron públicamente y pasemos a considerar el análisis de Stiglitz respecto a la situación de la economía mundial y de Argentina. Así comienza por justificar la actitud de los “indignados en los diferentes países en consideración a que la economía que heredan no está nada bien(SIC). Y la causa de esa situación supuestamente se debe a que la desigualdad debilita la economía y que el sistema de mercado generó riqueza pero solo para el 1% de la población. En otras palabras Stiglitz considera que todos los males de la economía de hoy los ha generado la desigualdad producto del mercado.
Por supuesto que la economía mundial y particularmente la europea no está bien, pero el problema es determinar cuáles son las causas de la crisis. Como era de esperarse atacó fundamentalmente al sistema capitalista, para lo cual utilizó datos estadísticos falsos respecto a la economía americana. Y así dijo que los ciudadanos en Estados Unidos tienen el mismo nivel de ingresos que hace diez años, lo cual es falso de plena falsedad. Entre el año 2000 y el 2008 la economía americana creció a la tasa del 2,3% por año y si bien en el 2009 cayó un 2,8% en la actualidad ya supera el nivel del 2008.
Según Stiglitz el mercado no funciona y por tanto considera que el sistema sólo beneficia al 1,0% de la población. Si así fuera no estarían teniendo problemas con la inmigración ilegal. Ya tendríamos que haber tomado conciencia de que la desigualdad es inherente a la naturaleza humana y por tanto los resultados de su actividad no pueden ser iguales. Lamentablemente Stiglitz tampoco diferencia las causas de la crisis europea y la americana. Consecuentemente no responsabiliza a los gobiernos socialistas europeos por la crisis actual, sino al mercado y al sistema capitalista. Ya debiéramos saber que el ataque al mercado implica el desconocimiento de los derechos individuales en nombre de la igualdad. O sea que los intereses privados son contrarios al interés general.
Seguidamente atacó la política de reducción del gasto público. Así hace una reflexión equívoca de la política de austeridad en referencia a la crisis del treinta, sosteniendo que esa política fue la causante de la Gran Depresión. Al respecto debiera leer tanto a Milton Friedman como a Charles Kindleberger. Ambos sostuvieron y demostraron que la culpa fue de la ausencia de un prestamista de última instancia. En ese sentido podría decir que Bernanke aprendió la lección lo que parece que hasta la fecha no lo ha aprendido el presidente del Banco Central Europeo, con la anuencia de la Sra. Merkel. Por tanto Stiglitz recomienda multiplicar el presupuesto para estimular la economía. En ese mismo sentido se pronuncia otro Nobel Paul Krugman.
Ambos parecen ignorar que cuando Keynes recomendó aumentar el gasto en la década del treinta, el gasto público en Estados Unidos alcanzaba al 8% del PBI. ¿Que habría dicho Keynes ante el hecho de que el gasto público en Francia en el 2010 alcanzó al 56% del PBI.
Yo me atrevo a señalar una vez más que ante el avance del Estado en la economía, el mero concepto del mercado y la racionalidad del mismo debiera modificarse de conformidad con una nueva teoría económica y particularmente monetaria. En ese sentido valga la advertencia de George Gilder respecto a que el gasto del gobierno no forma parte del producto, sino del costo de producir. Por tanto asimismo señala que el control monetario constituye la mejor forma de destruir al sector privado.(SIC)
Pasó entonces a analizar la economía argentina y por supuesto haciéndose eco del atrabiliario concepto del neoliberalismo. Así señala que los problemas de los 90 en Argentina fueron causados por la reducción del gasto público. Nada más falso que esa aseveración. La problemática de la convertibilidad, fue precisamente el intento de mantener un tipo de cambio fijo respecto al dólar en tanto que se aumentaba considerablemente el gasto en los primeros años. El neoliberalismo ha sido el resultado de intentar una política de apertura de la economía al mismo tiempo que se aumenta el gasto. Consecuentemente se producía un cambio en los precios relativos en desmedro de los bienes transables y consecuentemente un creciente déficit de balance comercial.
Esa situación ha sido repetitiva en toda América Latina y asimismo en la crisis del Sur Este de Asia, así como en la de los Países Nórdicos. Por último pretende destacar la virtud Latinoamericana de rectificación de la desigualdad. O sea aclamó el populismo pleno, que ha sido facilitado en algunos casos por el incremento en los precios de los commodities, y no por la virtuosidad de las políticas implementadas Tal es el caso de Argentina en la actualidad en que el gasto público estaría alcanzando al 50% del PBI; lo cual es de un mantenimiento imposible como lo muestra a las claras la actual crisis europea. Y recordemos que el populismo es la etapa inferior del socialismo. O sea socialismo antes del desarrollo. Y al respecto sabiamente de Tocqueille dijo: “Socialismo y concentración del poder son frutos del mismo suelo” Y la consecuencia es la corrupción creciente del poder de violar los derechos individuales. Y cada día la percibimos más en Europa, donde ya están juzgando al ex presidente de Francia Paul Chirac. Así a los hechos me remito.
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