26 febrero, 2012

Alberto Franceschi: C´est fini le régime


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C´est fini le régime. En francés, para que suene suave y no alarme. SE ACABÓ EL REGIMEN: se dirá en algunos meses, sin dar crédito a quienes lo pronosticaban. Pero es probable que no sea por vía electoral. Más temprano que tarde los partidarios de imponer un “pensamiento único” para la oposición, tendrán que ceder y aceptar disidencias políticas lógicas. Porque se han precipitado, con “la lesión” recurrente, TODOS los debates juntos.
No estamos hablando de divisiones del frente unitario, menos aún ante esta creciente incertidumbre que se cierne sobre el destino nacional que ya, desde la semana entrante, no podrá verse a través de un lente mediocre, repitiendo generalidades y posturas aclamacionistas en nuestro campo contrario al de la sinrazón de gobernar mediante el chantaje del miedo.


Porque ahora, según Chávez, debemos rogar que él sobreviva para así evitarnos la guerra civil.
Este tipo si es “apretao” de verdad, quiere ganar como el Cid Campeador, pero experto en farsas, hasta cabalgando batallas después de muerto.
Si la oposición actuara solo como parte distraída del velorio adelantado, seríamos la comparsa del repugnante endiosamiento sacrílego del pre-difunto, impulsado por sus acólitos y por él mismo, que se niegan a aceptar su mortalidad, como la de cualquier otro ser humano. El tema no es si se muere o no, el tema es sobre lo que se hará ante su ausencia definitiva a la cabeza del Estado, porque la etapa que le viene incluye morfina en dosis crecientes.
El país va a discutir y muy en serio sobre una gama de temas mucho más amplia que la sola batalla electoral, que al propio tiempo cobrará dimensiones extralimitadas, porque se coloca a la orden del día si el chavismo, de ganar o perder en Octubre, si es que hay elecciones, subsiste o no como régimen… es decir volvemos, querámoslo o no, a la famosa cuestión de la transición.
¿Quién lo sustituye? ¿Cómo preparan su ausencia definitiva? ¿Se va el régimen con él? ¿Lo que queda aguanta el cimbronazo de una derrota electoral? ¿Qué camino toman sin el líder que sostiene el régimen y con el poder espurio logrado mediante fraude, u obtenido sin necesidad de tal, como compensación emocional transitoria, mas no con un mandato sólido que les permita relegitimar su continuidad?
Pero volvamos a lo inminente: mientras más se niegue la fatal eventualidad de su extinción, a meses o muy pocos años plazo (las dudas no son de la ciencia médica, sino de la caprichosa manipulación política que oculta el diagnóstico y la prognosis clínica del paciente) mayores serán los niveles de confusión que generarían los desenlaces, ocultados a propios y contrarios, sobre lo que trata de sobrellevarse entre halos religiosos, odios contenidos, oportunismos siderales, apaciguamientos interesados o con genuinas motivaciones altruistas, en fin: aquí caben las de más variado pelaje, que por lo menos expresan 50-100 tipos de intereses, sociales y personales, de sus principales actores desde los exultantes de morboso placer triunfalista, por supuestas soluciones fáciles o baratas, hasta sinceros dolientes como su masa de devotos, o fríos expectantes como es nuestro caso.
Dentro de muy pocos días, por lo menos un sector de venezolanos se quedará sin argumentos para sostener la ridícula tesis que reza más o menos: “el tipo no tiene ná, y lo que está es fingiendo, o por lo menos exagerando su deterioro para apelar, con la misión lástima, a un mejor posicionamiento electoral frente a su segura derrota”.
“Boto tierrita y no juego más”, “así no se vale”: es lo que provoca decirles a los cultores de semejante irracionalidad, que esconde a su vez un enceguecido temor, odio o desconfianza.
Porque esta es una visión mágica de la política y en el mejor de los casos muestra un desinterés tal, por lo aquí ocurrirá, que sencillamente concluiremos que escogieron esa evasión infantil, como la del niño escondido en el closet para evitar un castigo seguro.
Se acostumbraron tanto a las fatalidades bajo Chávez, que solo pueden imaginarse vivir bajo su sombra. Les aterra despertarse de la pesadilla, porque imaginan que la misma seguirá, pero en una escala peor de calamidades.
Los grandes manipuladores de las debilidades humanas, empezando por el propio Presidente, todavía en ejercicio, ya lanzaron la andanada de mayor utilidad de los chantajes clientelares:“Te van a quitar todo lo que Chávez te ha dado, te seguirá dando, o te dará, si ya estas anotada en la misión tal.”
Como se sabe, los carenciados por impotencias sociales, los eternos sectores pobres, presentes a lo largo de siglos, sobre todo entre los desamparados de siempre, han visto crecer su número y sus expectativas de soluciones fáciles. Pero ante su crecimiento exponencial de su cifra y necesidades, nuestra estructura económica- social, solo puede exhibir muy escasas oportunidades por fuera del clientelismo partidista de las “chambas” en el sector público, en medio de un capitalismo cada vez más improductivo y parasitario, con un sector comercial ya hipertrofiado, que resulta el único receptor de subempleo masivo.
La masa de indigentes asistidos por las Misiones, ha sido llamada entonces a dar pruebas de afecto y sufrimiento público, por la salud del comandante. La vuelta a las calles, en toda clase despedidas patéticas, prepara la eficiente adhesión del voto amarrado, pero premiado con gratificaciones materiales, que dejaron muy atrás a las famosas tapas de zinc y bolsas de comida de otras épocas.
Es tal la paranoia nacional, que ha arrastrado hasta a la propia oposición a forzadas hipocresías de todo tipo o a muestras fehacientes de que solo esperan la oportunidad para colaborar en grandes entendimientos, con un régimen compartido con los usufructuarios principales de hoy, a quienes apenas aspiran sustituir en el manejo de porciones más importantes de la gran clientela, bajo una misma sombra del samán del régimen, que hoy ya les es común, a pesar de la vocinglería polarizadora del comandante, en su ya largo camino de retirada forzosa.
Si Chávez no se pone más bruto, en su hora de postrimerías, bien pudiera aprovechar la gran oferta de paz y orden, bajo las instituciones que construyó, y dar paso a una candidatura como la de su delfín Diosdado, que pudiera contar todo el efecto de su misión lástima, mas cifras records de ingresos petroleros, por la nueva crisis del golfo pérsico, repartidos a granel en este año de rebatiñas, que permitirían amarrar votos de indigentes y vivianes de toda laya.
Esta probado históricamente que tal base social, mientras haya con que mantenerla, mas las inercias institucionales, bien pueden ser factores de continuismo y estabilidad, sobre todo contando con una oposición deseosa de transarse, al admitir de antemano como bueno el veredicto de un árbitro infecto como el CNE chavista.
Para quienes todavía no me entiendan explico, que si bien pueden dar por cierto el ocaso del comandante, lo que también es cierto es aquello de: “los muertos que vos enterrasteis gozan de buena salud”. Me refiero a los llamados temas de radicales. Constituyente, fraude, transición, depuración de las FFAA, desmantelamiento del régimen etc, etc.
Es Chávez quien les devolverá a la realidad, o su delfín haciendo buena letra de radicalismos transitorios o tremebundos, según necesidades durante el luto, para cohesionar esa federación de odios centrífugos que es PSUV y que querámoslo o no, requerirán de nuestro lado un plan más coherente y audaz, que el hasta ahora dibujado por la MUD, confiando en los veredictos del CNE y en una oferta de reconciliación, que por lo menos el líder pre-difunto y sus herederos de primera hora, solo han tomado como objeto de burla.
Amanecerá y veremos, llueve y escampa, decía el sabido político CAP

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