23 febrero, 2012

EE.UU.: El uso de armas en legítima defensa

por Clayton E. Cramer

Clayton E. Cramer es profesor de historia en el College of Western Idaho y es autor de Armed America: The Remarkable Story of How and Why Guns Became as American as Apple Pie (Nelson Current, 2007).
De vez en cuando una noticia local sobre una víctima de la delincuencia llega a las noticias nacionales. La más reciente fue Sarah McKinley de 18 años, que se encontraba sola en casa con su hijo de tres meses pocos días después de que su esposo muriera de cáncer de pulmón. Dos hombres que aparentemente buscaban robar los medicamentos para el dolor recetados a su marido irrumpieron en su hogar. Sarah tomó una escopeta y una pistola y asesinó a Justin Martin mientras forzaba la entrada a su casa.


¿Con qué frecuencia suceden este tipo de incidentes de defensa propia? Si bien los resultados de estudios varían, las cifras son significativas. La Encuesta Nacional de Victimización Criminal, por varias razones de procedimiento, muestra el extremo inferior, señalando 108.000 casos como este al año (aunque esto fue hace algunos años, cuando las tasas de criminalidad eran más altas que las actuales). El ampliamente difundido estudio "Kleck/Gertz", que tiene su propio conjunto de problemas, mostró un rango de 830.000 a 2,45 millones de casos de uso de armas en legítima defensa. Otros estudios se encuentran firmemente en medio, mostrando cientos de miles de casos de legítima defensa anualmente.
Nuestro estudio (en inglés) examina una variedad de tipos de incidentes: personas con licencia para portar armas (285 casos), invasiones a hogares (1.227 incidentes); robos residenciales (488). Hay categorías que nunca hubiésemos considerado comunes: 172 incidentes de personas defendiéndose de los ataques de animales (algunos salvajes, otros fueron perros enloquecidos); 34 fueron incidentes en los que repartidores de pizza se defendieron de robos.
¿Sorprendido? Se podría pensar que el uso de armas en legítima defensa es escaso en EE.UU. tomando en cuenta lo poco que este tipo de noticia aparece en los medios nacionales. ¿Por qué no vemos este tipo de historias más a menudo, si las víctimas están utilizando armas de fuego en defensa propia con tanta frecuencia? La gran mayoría de usos de arma en defensa propia no recibe ni cobertura de medios locales. "Propietario ahuyenta a ladrón sin disparos" no es exactamente una noticia importante, a menos que se trate de un pueblo muy pequeño.
Sin embargo, desde el 2003 hasta el 2011, cuado colaboré en un esfuerzo por recopilar noticias locales y reportes oficiales de civiles utilizando armas en defensa propia en EE.UU., me quedé asombrado por la gran cantidad de este tipo de incidentes que nunca recibió atención nacional. Durante un período de más de siete años, recopilamos cerca de 5.000 dichos casos. La mayoría tuvo un final feliz, con el asaltante, ladrón de vehículos o ratero detenido por la policía. Algunos terminaron con derramamiento de sangre, como en el caso de Sarah McKinley. Muy pocos terminaron con la víctima herida o muerta.
Algunas historias que sí recibieron atención nacional no son sorprendentes, como el caso de Matthew Murray, un joven con una enfermedad mental, que entró a la Iglesia de la Nueva Vida en Colorado Springs en el 2007 llevando consigo dos pistolas, un rifle de asalto y 1.000 cartuchos de municiones. Murray ya había asesinado a cuatro personas en las 12 horas anteriores, dos de ellas en el estacionamiento de la iglesia. Jeanne Assam, quien tenía licencia para portar armas, sacó su arma y le disparó a Murray, evitando lo que pudo haber sido el asesinato en masa más letal de la historia de EE.UU.
Algunas de las historias que se quedaron en los medios locales, sin embargo, fueron historias dramáticas de vida y muerte, bien y mal, que podrían aparecer en el diccionario como "historia de interés humano". El 4 de mayo del 2009, dos hombres enmascarados y armados irrumpieron en una casa de College Park, Georgia, mientras celebraban una fiesta de cumpleaños. Diez personas, algunos de ellos estudiantes universitarios, estaban en el interior del apartamento. Los intrusos separaron a hombres y mujeres. Uno de ellos comenzó a contar sus balas, el otro preguntó cuantas tenía a lo que el primero respondió "suficientes". No era difícil imaginar que no habría sobrevivientes. En este punto, uno de los estudiantes logró alcanzar su mochila y tomar su arma, con la cual disparó a uno de los intrusos quien escapó herido. El estudiante armado luego enfrentó al otro intruso mientras violaba a una de las mujeres en la otra habitación. El estudiante disparó al violador mientras escapaba por la ventana.
¿Utilizan responsablemente las armas los adultos que respetan la ley? La evidencia que hemos acumulado dice que sí, y con frecuencia.

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