24 febrero, 2012

La oposición siria pide armas para enfrentarse al régimen de El Asad

Guerra civil en Siria

Clinton llama al bloqueo de los activos y cierre de embajadas y consulados en Siria

Setenta Estados y organismos internacionales se reúnen en Túnez para frenar la ofensiva del régimen de Damasco

Rusia pide un alto el fuego urgente en Homs para prestar ayuda humanitaria

Un hombre muestra proyectiles ante un cadáver en la ciudad de Idlib. / BULENT KILIC (AFP)

La deslabazada oposición siria, cuyo principal grupo es el Consejo Nacional Sirio (CNS), tiene claro lo que pretende obtener de los países que respaldan a los rebeldes en su lucha contra el régimen de Bachar El Asad. En un comunicado difundido después del mediodía en Túnez, donde los países occidentales y muchos Estados árabes debaten cómo respaldar a la oposición, el CNS reclama que les proporcionen armas. "Si el régimen no acepta la iniciativa de la Liga Árabe [que prevé el abandono del poder por parte de El Asad y el inicio de una transición democrática] y no pone fin a la violencia contra los ciudadanos, los países Amigos de Siria no deberían impedir que países a título individual ayuden a la oposición siria mediante asesores militares, con entrenamiento y con provisión de armas para que puedan defenderse".


La situación en la provincia de Homs cada día es más crítica. Tanto que Rusia -que se opuso en el Consejo de Seguridad a apoyar sanciones contra el régimen de El Asad- ha pedido hoy con urgencia un alto el fuego para prestar ayuda humanitaria a la población de Homs, que sufre desde hace más de dos semanas intensos bombardeos de las fuerzas leales al régimen. Activistas han dicho que casi 40 personas han muerto hoy en todo el país, 18 de ellas miembros de una misma familia en Helfaya, sumándose a los miles de civiles que ya han caído desde que comenzó la revuelta en marzo del año pasado.
La conferencia de países Amigos de Siria se ha convertido en el escenario para plantear medidas más duras contra el régimen de Bachar el Asad, tras el fracaso de la ofensiva diplomática en el Consejo de Seguridad hace unas semanas. La secretaria de Estado de EE UU, Hillary Clinton, ha dicho hoy en Túnez, sede de la conferencia,que ha llegado el momento de "fijar prohibiciones de viajes a los altos miembros del régimen, tal como lo ha hecho la Liga Árabe, así como congelar sus activos, boicotear su petróleo, suspender las nuevas inversiones y considerar el cierre de embajadas y consulados".
"Pagarás un alto precio por ignorar la voluntad de la comunidad internacional y por violar los derechos humanos de tu pueblo", ha dicho Clinton dirigiéndose a El Asad. "Si el régimen de El Asad se rehúsa a permitir que la ayuda humanitaria llegue a la población civil, se llenará más las manos de sangre", ha agregado Clinton en su discurso.
Las medidas de presión contra el régimen ya han comenzado. El ministro de Asuntos Exteriores de Francia, Alain Juppé, ha anunciado que la Unión Europea congelará los activos del Banco Central sirio a partir del próximo 27 de febrero. Juppé ha llamado al Gobierno sirio a que autorice la salida de la periodista Edith Bouvier, herida durante los ataques que esta semana se cobraron la vida de los prestigiosos corresponsales de guerra Marie Colvin y Rémi Ochlik. Juppé ha dejado en claro la posición de Francia: el Consejo Nacional Sirio es el único interlocutor legítimo con la comunidad internacional, aunque todavía no ha sido reconocido formalmente como tal.

Armar a los rebeldes

Hillary Clinton está convencida de que los rebeldes sirios hallarán fórmulas para armarse
Miembros del CNS admiten que las armas ya están llegando a la oposición. "La militarización ya ha comenzado y estamos preocupados por este asunto. Si los sirios pierden la esperanza en Naciones Unidas y la Liga Árabe, será un asunto peligroso. Si Siria se hunde en una guerra civil, ello arrastrará a sus vecinos", declaró Abdel Baset Sieda.
Otro miembro del Consejo Nacional, que ha hablado bajo condición de anonimato, ha señalado que los países occidentales hacen la vista gorda sobre un tráfico de armas hacia los alzados que ya se está produciendo. Armas ligeras, equipos de comunicaciones y de visión nocturna son pertrechos que ya se están suministrando, según este dirigente de la oposición. "Estamos trayendo armas defensivas y ofensivas. Vienen de todas partes, incluidos países occidentales, y no es difícil introducirlas a través de las fronteras", agregó el miembro del CNS. "Ningún país", concluyó, "ha decidido armar a los rebeldes, pero esos países están permitiendo a sirios que compren armas y las envíen a su país". Ahora necesitan también, aseguran en el CNS, armas antiaéreas y antitanque.
A estas alturas del conflicto, casi un año después de que la rebelión estallara en Deraa, en la frontera con Jordania, pocos creen que pueda haber una solución negociada que facilite una transición pacífica. Por el contrario, fuentes diplomáticas citadas por la cadena CNN confirmaban lo dicho por los citados miembros del CNS. Aseguran que varios países árabes están ya suministrando armamento a los opositores al régimen.
Hillary Clinton, secretaria de Estado de Estados Unidos, ya anticipaba la víspera en Londres que los grupos de oposición "hallarán fuentes" para armarse. "Habrá fuerzas opositoras cada vez con más capacidad", dijo Clinton. "De algún sitio, de alguna manera", continuó, "encontrarán los medios para defenderse y también para iniciar acciones ofensivas. Está claro que va llegar un punto crítico. Espero que sea más pronto que tarde, para que se puedan salvar más vidas, pero no tengo absolutamente ninguna duda de que se va a dar ese momento crítico".
En Libia ya se siguió un patrón similar. Los rebeldes fueron armados clandestinamente, sobre todo por Catar, y la misión de protección a los civiles que estableció Naciones Unidas derivó en una campaña militar que acabó por derrocar al dictador Muamar el Gadafi. Ahmet Davutoglu, ministro de Exteriores de Turquía, país clave en este conflicto, ha comentado recientemente que más allá de la ayuda humanitaria y de las soluciones diplomáticas, se debe pensar "también en otras contingencias". Varias voces, entre ellas el senador estadounidense John McCain, han reclamado ya desde EE UU que se arme a la rebelión para que pueda defenderse en lo que ya es una guerra civil abierta.

Amigos de Siria

La reunión de los países Amigos de Siria, que ha comenzado esta mañana en Túnez, tiene como objetivo inmediato aumentar la presión en la campaña contra el Gobierno de Damasco. Se trata de que el régimen permita en el plazo de 48 horas el acceso de la ayuda necesaria en varias ciudades bajo asedio de las tropas leales al autócrata, según un borrador de declaración que negocian los diplomáticos de 70 países y organismos internacionales, entre los que no se encuentran ni Rusia -ya se sabía que no asistiría- ni China, dos miembros permanentes del Consejo de Seguridad que vetaron la última resolución de condena del régimen.
El borrador insta el Gobierno sirio a detener "inmediatamente" toda violencia y a "parar el asalto a las zonas civiles y permitir el acceso de la ayuda. En Homs, Deraa, Zabadani, Idlib y otras ciudades el Ejército y sus milicias han recrudecido sus ataques en las últimas semanas. No parece, de momento, que el régimen vaya a dar marcha atrás. Así que el borrador ya prevé el siguiente paso: se compromete este grupo de países a establecer sanciones que incluye la prohibición de viajar a prominentes miembros del Gobierno, la congelación de activos en el extranjero, la prohibición de comprar petróleo sirio, de invertir en proyectos de infraestructura en Siria y de prestar servicios financieros. Además, se prevé reducir relaciones diplomáticas y un plan para impedir que cargamentos de armas lleguen a Siria.
Rusia y China se resisten a ejecutar cualquier acción militar en Siria, apuestan por la introducción de reformas internas y apoyan el referéndum constitucional previsto para el próximo 26 de febrero al que seguirán unas elecciones legislativas cuyo resultado es demasiado previsible. Ambas potencias argumentan defender intereses nacionales para justificar su veto en el Consejo de Seguridad.
Pero mientras  la gente sigue muriendo en Siria. Al menos 100 personas fallecieron ayer jueves, según la oposición. Ayer se conocía el segundo informe de la comisión de la ONU que investiga la represión en el país y donde se acusa a ambos lados, fuerzas leales al régimen y grupos opositores, de crímenes de guerra. El informe no pone al mismo nivel a ambos bandos. Los tres expertos señalan que miembros Ejército Libre Sirio (ELS) han torturado y ejecutado a presuntos miembros de la shabiha —matones del régimen— pero puntualizan que la magnitud de sus crímenes “no es comparable” con los de El Asad.
Los investigadores han reiterado que los graves abusos perpetrados por los leales a El Asad responden a “una política de Estado” que se origina “en las instancias más altas de las fuerzas armadas y del Gobierno”. El estudio se basa en entrevistas personales y cifra en 787 los civiles muertos en las primeras dos semanas de febrero, la mayoría en Homs. Desde que comenzó la revuelta, 8.500 personas han muerto, otras 70.000 han sido desplazadas dentro del país y 20.000 se han refugiado en el extranjero.

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