Aunque el congreso estuvo de vuelta en
sesión por solamente un día la semana pasada (tercera semana de enero
del 2012), ciudadanos particulares de todo el país provocaron un
escándalo que se sintió en todo el Capitolio. Dicho escándalo tomó ola
forma de cientos de miles de llamadas telefónicas a los Senadores y
Representantes, instando a que se opongan a dos proyectos de ley
draconianos, que amenazaban el libre flujo de información en Internet.
El
miércoles de dicha semana, decenas de sitios web importantes, como
Wikipedia, Reddit y Craigslist, cesaron su actividad por un día en
protesta por estos dos proyectos de ley, conocidos en la Jerga de
Washington DC como SOPA y PIPA*. SOPA es el proyecto de la Casa de
Representantes; PIPA, el del Senado. Estos proyectos de leyes
aparentemente combatirían la piratería en Internet, y por supuesto,
también nos dicen que nos ayudará a librar la interminable “guerra
contra el terrorismo”.
Lo que, en realidad, hacen estos
proyectos es obligar a los propietarios de los sitios web a vigilar la
red; crear barreras de entrada al único medio de comunicación
medianamente libre; y amenazar con romper la estructura tecnológica del
propio Internet. También violan nuestra libertad de expresión, protegida
por la primera enmienda, y la libertad que nos da la cuarta enmienda
para no ser víctimas de registros e incautaciones irrazonables.
SOPA
y PIPA han sido elaborados no sólo sin respeto por la Constitución,
pero también sin una comprensión sobre la forma en que funciona el
Internet. Estos proyectos de ley atacan el mismo sistema del que depende
la totalidad del orden organizativo de la red. Motores de búsqueda,
proveedores de Internet, sitios de publicidad, y sitios generados por
los usuarios como Facebook, YouTube y Twitter -todas magníficas
creaciones del mercado- están directamente amenazados por estos
proyectos de ley. Ellos serían responsables si tan solo uno de sus
millones de usuarios publicara un link a un sitio sospechado de
infringir derechos de autor.
Tengan en cuenta que en dichos
proyectos, tal como están escritos, el Departamento de Justicia o el
titular del copyright, no necesitan probar que los derechos de autor han
sido violados; simplemente deben invocar la infracción de dichos
derechos y el sitio completo será cerrado. La carga de estas
regulaciones en Internet será enorme, desviará recursos de productividad
e innovación hacia la vigilancia y la censura. Convierte a compañías de
Internet en herramientas involuntarias para un gobierno al mejor estilo
Gran Hermano, erosionando aún más nuestros derechos constitucionales.
Como es típico de tantos proyectos del
Congreso, SOPA y PIPA no fueron creados para mejorar la vida de los
individuos, sino que fueron escritos siguiendo las órdenes de grandes
corporaciones que utilizan al gobierno federal como su “brazo fuerte”.
Por ejemplo, la Motion Picture Association of America gastó más de 1,2
millones de dólares en sobornos para que los proyectos se aprueben.
Sin
embargo, la comunidad de Internet está luchando con eficacia, no sólo
con huelga de sitios, pero con millones de usuarios expresando su
solidaridad. Los patrocinadores de ambos proyectos (Lamar S. Smith por SOPA, y Patrick Leahy
por PIPA) han intentado “abandonar el barco” ante tanta indignación. El
Comité Judicial de la Casa de Representantes canceló la audiencia de
SOPA que se planeaba para el miércoles 18 de enero; los líderes de la
Cámara anunciaron que no tienen intención de considerar este proyecto de
ley; y al final de dicha semana el Senador Reid anunció que pospondría
la votación hasta que un “compromiso” sea alcanzado. Los ciudadanos se
están expresando, y con sus continuos esfuerzos el libre mercado de
ideas y comunicación prevalecerá por sobre los controles y la censura
oficiales.
(*) SOPA: por su nombre en inglés: “Stop Online Piracy Act” (Ley para Frenar la Piratería en Internet)PIPA: por su nombre en inglés: “Protect Intellectual Property Act” (Ley para la Protección de la Propiedad Intelectual)
ACTA y TPP son básicamente las versiones de SOPA y PIPA para el resto del mundo.
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