Javier Sanz
Durante la Guerra de Vietnam, entre 1964 y 1975, se
produjo un curioso y peligroso fenómeno dentro del ejército americano…
el llamado Fragging (acto de atacar a un superior en la cadena de mando
con la intención de asustarlo o matarlo y usando, generalmente, granadas
de fragmentación; de ahí su nombre). El uso de estas granadas, que nada
tiene que ver con el fuego amigo, para amedrentar o matar a los
oficiales se debía a las dificultades para averiguar quién había sido el
autor, máxime si se produce en el fragor de la batalla, y a diferencia
de utilizar una bala.
En los primeros años de la guerra de Vietnam, el
ejército de los EEUU estaba totalmente convencido de la necesidad de
aquella guerra y se mostraba unido y disciplinado. A medida que la
guerra se prolongó, la moral y la disciplina se deterioraron. Igualmente
ocurrió entre la población civil americana que contemplaba los horrores
de la primera guerra retransmitida por los medios. A finales de los 60
se producen dos hechos que marcarán el progresivo decaimiento de la
moral y el aumento de la irascibilidad de la tropas: primero, la
Administración Nixon, buscando una salida digna para EEUU del conflicto,
decide retirar las tropas progresivamente – aunque en la práctica se
siguen enviando hombres y siguen muriendo soldados-; y, segundo, el
asesinato de Martin Luther King desata la violencia racial. El malestar
de la sociedad americana se traslada al frente de batalla: se cuestionan
y desobedecen las órdenes – ¿jugarse la vida por una guerra perdida? -,
comienzan las deserciones, la militancia racial hace recelar a los
afroamericanos… y comienza el fenómeno Fragging. Las potenciales
víctimas de este fenómeno eran oficiales incompetentes que ponían en
peligro a sus subordinados, fanáticos o suicidas que buscando la gloria
arrastraban a sus tropas, oficiales racistas… Al principio en forma de
avisos (un pasador de granada sobre la cama) y si el oficial seguía con
su actitud… se le asesinaba.
Se calcula que entre 1970 y 1971 hubo 363 casos de
artefactos explosivos contra oficiales americanos en Vietnam. Aunque la
mayoría de los autores nunca fueron identificados ni sancionados, se han
llegado a registrar 71 casos de soldados condenados por estos crímenes.
El fenómeno del fragging se produjo durante una guerra impopular, con
la moral de las tropas por los suelos, el abuso de drogas, las tensiones
raciales y la rebelión de la juventud americana.
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