La semana pasada la Reserva Federal inició la segunda edición de “Operation Twist”
(Operación Giro), un intento por reducir las tasas de interés con la
compra de deuda a largo plazo del Tesoro y la venta de deuda a corto
plazo. Esto es solo el ejemplo más reciente del banco central
desesperadamente intentando alguna acción por el mero hecho de hacer
algo. Los funcionarios de la Fed todavía no entienden –o admiten- que la
propia Fed fue la culpable de la crisis financiera al forzar las tasas
de interés a niveles muy bajos y al inflar la oferta monetaria sin
cesar. Por lo tanto, esta última acción no hará más que agravar el
problema.
Los mercados, en cambio, entienden que
la Fed ha fallado y que no tiene la menor idea de lo que está haciendo.
Este es el motivo de que los mercados se hayan ido en picada después de
que la Fed anunciara su nueva estrategia. Los precios de las acciones,
los bonos y los commodities cayeron mientras que la prensa financiera se
preguntaba si esta venta masiva global significaba que el sistema
entero estaba colapsando. Desde el 2008 no ha habido una caída tan
dramática en tantos sectores diferentes del mercado.
Debido a la continua inflación y a la supresión de la Reserva Federal
de los tipos de interés, la inversión en los refugios tradicionales
como cuentas de ahorro, fondos mutuos y bonos del Tesoro han dejado de
ser rentables. Mucho dinero se está moviendo en el sistema en busca de
algún retorno de inversión o al menos de alguna medida de resguardo,
mientras inversores desesperados mueven sus fondos en busca de
beneficios a largo plazo y estabilidad. Hasta que la Fed cese su
intervención monetaria y permita que las tasas de interés sean
establecidas por el libre mercado, los inversores seguirán moviendo su
dinero de manera volátil. Invertirán en commodities y acciones mientras
los precios suban, pero huirán hacia el dinero en efectivo y los bonos
al primer indicio de una recesión.
La incertidumbre causada por la Fed sin
duda ayuda a algunas personas –a los operadores de Wall Street, por
ejemplo. El aumento de la volatilidad y las grandes oscilaciones de
precios representan más oportunidades de obtener ganancias, ya que los
sofisticados programas electrónicos de comercio pueden comprar y vender
posiciones en una fracción de segundo de un movimiento importante del
mercado. Sin embargo, los pequeños comerciantes son llevados a hacer
malas inversiones engañados por las tasas de interés artificialmente
bajas, y aquellos cuyos empleos desaparecen cada vez que estalla una
burbuja de la Fed terminan sufriendo. Sin el conocimiento o la habilidad
para moverse con los mercados o para diversificar en el extranjero, el
ciudadano promedio ve como sus ahorros se estancan y deprecian –junto
con sus esperanzas y sueños de un futuro mejor.
La única manera de volver a una economía
sana es que la Reserva Federal desista y cese su manipulación monetaria
y permita que las tasas de interés sean determinadas por los mercados,
así como el precio de los bienes, servicios y mano de obra deben ser
determinados por los mercados. Todo lo que la Fed está haciendo al
inyectar dinero en la economía es beneficiar a los bancos insolventes y
“demasiado grandes para quebrar”. Las tasas de interés bajas incentivan a
los consumidores a tomar más deuda, es decir, más ganancias para los
bancos que realizan dichos préstamos. La compra de valores respaldados
por hipotecas, como lo ha hecho la Fed, hace que los precios de las
viviendas se mantengan inflados, ayudando a los bancos que poseen
hipotecas con morosidad en sus libros. Sin embargo, perjudica a los
consumidores, que permanecen fuera de alcance de obtener una vivienda
debido a estos precios. Para poder mantener un nivel de vida digno para
los ciudadanos y para restaurar la vitalidad de la economía de los
EE.UU. en necesario poner fin a la Reserva Federal.
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