09 marzo, 2012

La Dictadura de la Reserva Federal

– por Ron Paul

La semana pasada la Reserva Federal inició la segunda edición de “Operation Twist” (Operación Giro), un intento por reducir las tasas de interés con la compra de deuda a largo plazo del Tesoro y la venta de deuda a corto plazo. Esto es solo el ejemplo más reciente del banco central desesperadamente intentando alguna acción por el mero hecho de hacer algo. Los funcionarios de la Fed todavía no entienden –o admiten- que la propia Fed fue la culpable de la crisis financiera al forzar las tasas de interés a niveles muy bajos y al inflar la oferta monetaria sin cesar. Por lo tanto, esta última acción no hará más que agravar el problema.

Los mercados, en cambio, entienden que la Fed ha fallado y que no tiene la menor idea de lo que está haciendo. Este es el motivo de que los mercados se hayan ido en picada después de que la Fed anunciara su nueva estrategia. Los precios de las acciones, los bonos y los commodities cayeron mientras que la prensa financiera se preguntaba si esta venta masiva global significaba que el sistema entero estaba colapsando. Desde el 2008 no ha habido una caída tan dramática en tantos sectores diferentes del mercado.
Debido a la continua inflación y a la supresión de la Reserva Federal de los tipos de interés, la inversión en los refugios tradicionales como cuentas de ahorro, fondos mutuos y bonos del Tesoro han dejado de ser rentables. Mucho dinero se está moviendo en el sistema en busca de algún retorno de inversión o al menos de alguna medida de resguardo, mientras inversores desesperados mueven sus fondos en busca de beneficios a largo plazo y estabilidad. Hasta que la Fed cese su intervención monetaria y permita que las tasas de interés sean establecidas por el libre mercado, los inversores seguirán moviendo su dinero de manera volátil. Invertirán en commodities y acciones mientras los precios suban, pero huirán hacia el dinero en efectivo y los bonos al primer indicio de una recesión.

La incertidumbre causada por la Fed sin duda ayuda a algunas personas –a los operadores de Wall Street, por ejemplo. El aumento de la volatilidad y las grandes oscilaciones de precios representan más oportunidades de obtener ganancias, ya que los sofisticados programas electrónicos de comercio pueden comprar y vender posiciones en una fracción de segundo de un movimiento importante del mercado. Sin embargo, los pequeños comerciantes son llevados a hacer malas inversiones engañados por las tasas de interés artificialmente bajas, y aquellos cuyos empleos desaparecen cada vez que estalla una burbuja de la Fed terminan sufriendo. Sin el conocimiento o la habilidad para moverse con los mercados o para diversificar en el extranjero, el ciudadano promedio ve como sus ahorros se estancan y deprecian –junto con sus esperanzas y sueños de un futuro mejor.
La única manera de volver a una economía sana es que la Reserva Federal desista y cese su manipulación monetaria y permita que las tasas de interés sean determinadas por los mercados, así como el precio de los bienes, servicios y mano de obra deben ser determinados por los mercados. Todo lo que la Fed está haciendo al inyectar dinero en la economía es beneficiar a los bancos insolventes y “demasiado grandes para quebrar”. Las tasas de interés bajas incentivan a los consumidores a tomar más deuda, es decir, más ganancias para los bancos que realizan dichos préstamos. La compra de valores respaldados por hipotecas, como lo ha hecho la Fed, hace que los precios de las viviendas se mantengan inflados, ayudando a los bancos que poseen hipotecas con morosidad en sus libros. Sin embargo, perjudica a los consumidores, que permanecen fuera de alcance de obtener una vivienda debido a estos precios. Para poder mantener un nivel de vida digno para los ciudadanos y para restaurar la vitalidad de la economía de los EE.UU. en necesario poner fin a la Reserva Federal.

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