Por NICHOLAS HASTINGS
LONDRES (Dow Jones)— Los compradores de dólares probablemente están al acecho esperando un cambio de dirección de la Reserva Federal.Las razones para comprar la moneda estadounidense están prácticamente dadas. La única cosa que impide una escalada en este momento es el temor a que el banco central de Estados Unidos aún esté considerando un mayor expansionismo cuantitativo.
De hecho, un artículo publicado la semana pasada en The Wall Street Journal, que sugería que la Fed está buscando maneras de esterilizar cualquier compra adicional de bonos, inyectó incluso más cautela en la comunidad inversionista.
No obstante, la Fed podría cambiar la percepción hacia el dólar esta semana si usa su más reciente reunión del Comité Federal de Mercados Abiertos del martes para dar señales de que su postura de política se está volviendo más restrictiva. Y hay pocas razones por las que no debería ser así.
Como mostraron los últimos datos de las nóminas no agrícolas publicados el viernes, el mercado laboral de EE.UU. está mejorando y la economía añadió un saludable promedio de 247.000 empleos mensuales en los últimos tres meses.
Aunque hay pocas señales de que esto vaya a impulsar las ganancias por hora en este momento, hay indicios de que el fortalecimiento de la confianza de los consumidores está ayudando a impulsar las ventas minoristas.
Se espera que las cifras de esta semana muestren que las ventas crecieron hasta 1,3% el mes pasado, después de un aumento mucho más moderado de 0,4% en enero.
También se espera que la Fed responda al reciente aumento en los precios del petróleo, los cuales, de mantenerse, pronto generarán presiones inflacionarias en la economía.
Las expectativas de que la Fed podría cambiar su posición sobre un mayor expansionismo cuantitativo ya ha ayudado a impulsar un aumento de los rendimientos de los títulos del Tesoro, donde los rendimientos de las notas de referencia a 10 años alcanzaron un nuevo máximo de 2,06% a finales de la semana pasada.
Nuevas cifras de la Bolsa Mercantil de Chicago también mostraron que los especuladores están comenzando a prepararse para una escalada del dólar al tiempo que aumentan las posiciones largas en el dólar frente a la mayoría de las principales monedas.
Ciertamente la moderada respuesta del euro al paquete de rescate de deuda de Grecia anunciado la semana pasada sólo muestra el escaso entusiasmo que hay por la moneda única.
No sólo aún está en duda la implementación de las medidas de austeridad del país antes de las elecciones griegas, las cuales posiblemente se lleven a cabo en los próximos meses —funcionarios gubernamentales han dicho que se realizarán en abril—, sino que otros deudores periféricos de la zona euro aún están en riesgo de contagio, mientras que Alemania sigue resistiéndose a los intentos de construir una muralla de protección.
Por lo que, en lugar de apreciarse tras la noticia de que Grecia finalmente había alcanzado un acuerdo, el euro cedió algo de terreno.
Y no solo es la crisis de la deuda lo que representa un problema.
Datos que muestran que las exportaciones de China a la zona euro se desaceleraron mucho más de lo esperado el mes pasado han enfocado una vez más la atención del mercado en los fuertes desequilibrios entre los países centrales, como Alemania, y los periféricos.
Sin una mayor integración fiscal, la divergencia entre los países centrales de rápido crecimiento y las naciones periféricas en problemas probablemente solo se incrementará y magnificará a su vez los persistentes problemas de deuda.
Además de lucir más atractivo frente al euro, el dólar también debería ser visto con una mejor luz frente al yen y al franco suizo, así como frente a las monedas de los mercados emergentes, donde el crecimiento sigue siendo una preocupación y la política monetaria posiblemente siga inclinada hacia un mayor relajamiento.
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