30 septiembre, 2012

Capriles: luchando con fe (perfil)

Henrique Capriles encontró la religión en la cárcel y tiene fe en que Venezuela está lista para convertirlo en el presidente más joven de la nación

 

 Henrique Capriles recibe el saludo de partidarios el 26 de septiembre en San Fernando.
Henrique Capriles recibe el saludo de partidarios el 26 de septiembre en San Fernando.
MIGUEL GUTIERREZ / EFE
Henrique Capriles siempre ha estado apurado. Cuando tenía 11 años, recuerda haberse metido en manifestaciones políticas en Caracas. A los 25 años, se convirtió en el presidente de la Cámara más joven de la nación. Ahora, a los 40, aspira a convertirse en el presidente más joven de Venezuela.
Para alcanzar ese objetivo, Capriles tendrá que derrotar a Hugo Chávez, de 58 años, quien lleva 14 años en el poder y se ha creado la reputación de ser uno de los candidatos más formidables del hemisferio.


Con las elecciones ya en ciernes el 7 de octubre, Capriles está todavía en desventaja en la mayoría de los sondeos. Pero está convencido de que las enormes multitudes que él atrae en sus mitines no están siendo captadas por completo en los sondeos. “Los verdaderos sondeos están en la calle”, afirma.
Capriles es un hombre delgado e intenso como un corredor de largas distancias, una actividad que extraña ahora que la campaña está consumiendo todo su tiempo. Pero sus mítines se sienten de todos modos como un deporte de resistencia, mientras él atraviesa multitudes durante horas y da el mismo discurso de campaña media docena de veces al día.
“Esto ha sido un maratón”, dijo a The Miami Herald semanas atrás. “Puedo aguantarlo porque tengo 40 años y me gustan los deportes, y tengo una reserva de energía que otros no tienen’’.
Capriles, quien se confiesa un trabajador obsesivo, ha dicho que está demasiado ocupado para tener esposa, pero su estatus como el soltero más visible de Venezuela da a muchos de sus eventos un aire como de concierto, mientras su seguridad mantiene a distancia a las fanáticas que no dejan de gritar.
El es como una estrella de rock con un currículo político.
Nacido en Caracas en 1972 en una familia de inmigrantes —su madre era polaca sobreviviente del Holocausto— Capriles estudió leyes en Venezuela antes de dirigirse a la Universidad de Columbia en Nueva York con la intención de obtener una maestría en leyes o asuntos internacionales. Dijo que sólo duró seis meses antes de que la llamada de sirena de la política nacional lo reclamara de regreso.
“Regresé a trabajar en el gobierno, es lo que me gusta”, dijo. “La mejor universidad es la universidad de la vida”.
Ttrabajó en el Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y Tributaria (SENIAT) antes de aprovechar una oportunidad de postularse para el Congreso en 1998. Fue el mismo año en que un ex oficial de las fuerzas armadas llamado Hugo Chávez ganó la presidencia contra todas las probabilidades.
Cuando Capriles fue nombrado presidente de la Cámara de Diputados en 1999 se convirtió en la persona más joven en haber ocupado el puesto en la historia. Pero no duró mucho. Poco después de que Chávez asumiera el poder, la nación aprobó una asamblea constitucional, la cual reescribió la Constitución y disolvió el cuerpo legislativo.
Para el 2000, no obstante, Capriles había recobrado terreno, convirtiéndose en alcalde del municipio Baruta, el cual es parte del Distrito Metropolitano de Caracas.
Allí también atrajo la atención nacional, pero no por las razones debidas. Tras un golpe de Estado que en el 2002 derrocó brevemente a Chávez, una agresiva multitud arremetió contra la embajada cubana tratando de sacar a funcionarios del gobierno que sospechaban se habían ocultado en ella. Capriles se contaba entre la multitud. Menos de dos días después, Chávez regresó al poder y el gobierno acusó a Capriles de instigar a los agresores y de no llamar a la policía de Baruta para contener a la turba.
En lugar de huir del país, como hicieron muchos, Capriles enfrentó las acusaciones desde la cárcel. Los cargos acabaron siendo retirados en el 2006.
Capriles afirma que ese fue un período importante de su vida. Mientras estaba en la cárcel por 120 días, encontró refugio en la Virgen del Valle — una manifestación de la Virgen María asociada con la isla Margarita de Venezuela.
“Cuando estás en la cárcel, o aceptas la religión o la rechazas”, dijo. “Yo la acepté; fue una época muy espiritual para mí”.
Capriles ha visitado el santuario de la Virgen todos los años desde que salió de la cárcel. Cuando lanzó oficialmente su campaña, visitó el santuario para pedirle su bendición. Ha jurado regresar el día después de que gane la presidencia.
Algunas de las decisiones políticas de Capriles parecen más inspiradas por la fe que por la lógica. En el 2008, se postuló para gobernador de Miranda, el segundo estado más poblado de Venezuela. Su rival era Diosdado Cabello, el ex vicepresidente de Chávez y un contendiente escogido personalmente por él. Fue una campaña que pocos creyeron que Capriles podría ganar, pero él consiguió el 53 por ciento de los votos.
En Miranda, Capriles se ganó una reputación por atravesar la división ideológica. Aunque Capriles ha prometido aflojar los controles estatales y crear un clima propicio a los negocios, también ha prometido mejorar las “misiones” sociales, incluyendo atención médica y vivienda gratis, que han sido el centro de la popularidad de Chávez.
Esta semana, en el estado norteño de Sucre, Capriles enumeró una lista de las promesas incumplidas de la administración — desde nuevos proyectos de vivienda hasta un puerto de aguas profundas — y dijo que él sería el que los completaría.
“A aquellos de ustedes que llevan camisas rojas”, dijo, refiriéndose al color característico de Chávez, “yo les digo: ‘Ven acá, hermano, yo voy a trabajar aún más duro para ganar tu confianza’ ”.
Sentado en el fondo de su ómnibus de campaña, Capriles señaló recientemente que John F. Kennedy y Bill Clinton tenían 40 y tantos años cuando asumieron la presidencia. “Creo que 40 años es una buena edad para gobernar un país”, dijo. “Pero yo siempre he sido rápido”.

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