25 septiembre, 2012

Chucho le responde al Peje

Francisco Garfias

A Jesús Zambrano no le gustó, pero ni tantito que López Obrador haya declarado que la diferencia entre Morena y el PRD es que su movimiento se construye para cambiar el país, mientras que el partido que lo proyectó políticamente es utilizado actualmente para acceder a los cargos (Reforma, 23, 09-12)
A pesar de la dureza de la crítica, el presidente nacional del PRD evitó la estridencia, el encontronazo, la polarización con el tabasqueño, a la hora de responder. “Respeto su punto de vista, pero no lo comparto”, dijo a este reportero.
Aunque no dejó de subrayar que el tema es mucho más complejo que poner “lo negro de un lado y lo blanco de otro”.


Chucho subrayó que el amarillo ha luchado por más de dos décadas por cambiar el régimen y que ha sido eje de los pocos avances logrados. Admite, eso sí, que la lucha del partido pasa necesariamente por la conquista del poder político.
Puso como ejemplo a Andrés Manuel, Cuauhtémoc Cárdenas y Marcelo Ebrard  para apoyar sus palabras. “Si no hubiesen gobernado, ¿qué avances habría? Es tan sencillo como eso”, nos dijo.
Le preguntamos si no hay temor de que, una vez convertido en partido, Morena les piratee los cuadros. El hombre respondió:
“Tenemos gran cantidad de cuadros comprometidos con las luchas. No son cuadros corrompidos. Del PRD es una parte de lo más importante de la izquierda mexicana. Pero si se van, están en su derecho…”
El pragmatismo del PRD no sólo ha sido criticado por López Obrador. El mismísimo Cuauhtémoc Cárdenas, en un artículo publicado hace meses en su blog, calificó a la agrupación política que fundó en 1989 de “partido de confrontaciones internas y de cuotas para la asignación de cargos”.
Jesús debería reflexionar en que, cuando el río suena…
Silvano Aureoles había omitido responder a la pregunta de si el PRD recurrirá a la vieja e inútil estrategia de tomar la tribuna para boicotear la inminente reforma laboral, cuyo dictamen fue distribuido ayer a los integrantes de la Comisión del Trabajo.
El coordinador de los diputados del PRD sabe que la estrategia no es rentable políticamente y que, a juzgar por lo sucedido en 2006, no es del gusto de la mayoría de los ciudadanos.
Hace casi seis años, perredistas, petisas y convergentes ocuparon la tribuna durante semanas para evitar la toma de protesta del panista Felipe Calderón. De nada les sirvió. El ahora Presidente saliente rindió protesta en una agitada sesión que pudo haber terminado muy, pero muy mal.
Calderón gobernó y la izquierda se devaluó. Llegó a ubicarse en 12 o 13 por ciento de las preferencias electorales. En las elecciones intermedias que siguieron a los bloqueos poselectorales se hicieron chiquitos. Pasaron a ser tercera fuerza en ambas cámaras.
La omisión de Aureoles no pasó desapercibida. Le recordamos a Silvano que la pregunta sobre la toma de la tribuna “quedó por allí volando…” Respondió:
“Ese es un asunto que vamos a definir juntos los dos grupos parlamentarios y la dirigencia del partido y la Comisión Política Nacional, y seguramente será parte de la discusión que tendremos más adelante.”
Dijo más: “Sí adelantamos que todas las estrategias parlamentarias y legislativas, haremos uso de ellas para demostrar que la propuesta que hoy está a discusión no es viable y que, en consecuencia, nosotros asumiremos la postura que ya hemos expresado”.
La cúpula del PRD, por cierto, acordó ayer formalizar la anunciada presentación de un recurso de controversia constitucional para que la reforma laboral no entre como iniciativa preferente del Ejecutivo. El argumento central es que no hay ley reglamentaria.
Suena bonito. Jesús Murillo Karam, presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, adelantó en Estrasburgo, Francia, sede del Parlamento Europeo, la posibilidad de que en México se generen reformas que establezcan nuevas reglas para los partidos políticos “buscando que asuman con responsabilidad su gestión”.
El político hidalguense, quien formó parte del primer equipo de Peña Nieto antes de asumir la presidencia de la Mesa Directiva de la Cámara baja, habló, en concreto, de la necesidad de que los partidos actúen con mayor transparencia.
Pero también de que haya más democracia al interior de sus estructuras y una mayor apertura en su comunicación con los ciudadanos.

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