Muchos dudan todavía que el candidato a la reelección indefinida, por los siglos de los siglos, esté enfermo. Por lo general un afectado de cáncer cambia algo de su carácter y actitudes ante la vida al sentirse cerca, tentado o haber tenido un boxeo con la muerte.
Chávez ha sido todo lo contrario. Ni una buena acción, un arrepentimiento o un gesto de buena voluntad se le ha visto desde que en julio de 2011 anunció su primera operación de cáncer en La Habana.


Pues bien, el destino al que se acerca, me refiero al encuentro con sus electores el próximo 7 de Octubre, lo ha puesto a viajar por el país discurseando en busca de los votos que le garanticen 6 años más de poder absoluto sobre Venezuela.
En Maturín donde estuvo el viernes dio una perfecta demostración de que su cabeza no está bien. Poniéndose por encima del bien o del mal, por encima del pueblo que lo ha elegido para solucionarle sus problemas en 14 años mandando a diestra y siniestra, usando $ 1.500 millones de millones (si, 9 ceros seguidos) tuvo la desfachatez de pedirle a los electores que no importan ni sus fracasos ni sus incumplimientos a las cientos de promesas ofrecidas en los catorce años del 99 al 2012 con tal de que lo reelijan otra vez.
El drama nacional de la inseguridad no lo tocó, pero el de los servicios esenciales como el agua, la electricidad y los demás servicios públicos elementales sí. Pidió a sus seguidores que antes de eso está salvar la patria que estaba representada por él.
En una campaña política esto es digno del famoso “Aunque Ud. no lo Crea” de Ripley´s.
Lean aquí la crónica que el prestigioso diario de Miami “El Nuevo Herald” hace del sorprendente evento donde confesó sus fracasos.

Chávez pide olvidar fracasos de su gobierno


Antonio Maria Delgado

A una semana de los cruciales comicios, el presidente Hugo Chávez redobla sus esfuerzos por combatir la apatía entre sus seguidores, con un extraño mensaje electoral en el que pide a los venezolanos que hagan caso omiso de los fracasos de su gobierno para salvar a la nación.
Chávez, quien aspira ganar el 7 de octubre un nuevo período presidencial de seis años, admitió el viernes que su gobierno ha sido deficiente, caracterizado por una mala gestión, con problemas que van desde interrupciones en el servicio eléctrico, alto desempleo, déficit habitacional y problemas en el suministro de agua potable hasta el deterioro de las carreteras.
Pero el mandatario solicitó a los venezolanos que de todas maneras salgan a votar por él, señalando que de ello depende la supervivencia nacional.
Algunas personas podrían estar inconformes por fallas de nuestro gobierno, que no arreglaron la calle, que no llegó la luz, que se fue el agua, que no hay empleo, que no me han dado mi casa, afirmó el mandatario desde la oriental ciudad de Maturín.
Eso podrá ser cierto en muchos casos [] Pero lo que esta en juego el 7 octubre es mayor que eficiencia en la gestión de gobierno. Lo que esta en juego es mucho más que eso, camarada, nos estamos jugando la vida de la patria, expresó.
Analistas consultados expresaron sorpresa por la propuestas electoral del mandatario.
“El no puede ‘decir estamos mal, pero no importa porque los importante es la revolución’”, afirmó Marcos Hernández, presidente de la encuestadora Hernández Hercón.
Es un discurso que no es nada motivador, incluso para los indecisos dentro de un contexto de un país polarizado. El no puede decir que los problemas no importan porque aquí ha entrado una montaña de dólares [por concepto de la renta petrolera] y los venezolanos saben que deberían estar mejor, sostuvo Hernández.
De hecho, gran parte de las críticas formuladas contra el presidente es que ha regalado gran parte de los recursos del país a otras naciones, cuando se agravan los problemas de Venezuela.
Según cálculos conservadores, Venezuela ha recibido cerca de un billón de dólares (Nota nuestra: AQUÍ HAY QUE CORREGIR PUES LA REALIDAD, EN TÉRMINOS USADOS COMO REFERENCIA EN ESTADOS UNIDOS EQUIVALE  a $ 1.500.000.000.000) bajo el mandato de Chávez, al tiempo que los venezolanos siguen enfrentando problemas en conseguir empleos, sufren constantes interrupciones en el servicio eléctrico debido por falta de inversiones en el sector, y son víctimas de unas de los problemas de inseguridad más serios del continente por falta de policías.
En su discurso, Chávez se comprometió a arreglar estos problemas en su nuevo mandato, pero promesas como esas ya no tienen calado en gran parte del electorado, incluyendo a muchos de sus antiguos seguidores, quienes han esperado más de una década que el líder de la revolución bolivariana cumpla sus promesas, subrayó Hernández.
El problema de nosotros los venezolanos es la calidad de vida. Durante los últimos 14 años la calidad de vida se ha venido abajo por la corrupción y la ineficiencia del gobierno de Chávez. De manera que este discurso más bien debe potenciar a esos indecisos a votar en dirección contraria, amplió
Chávez, quien simultáneamente lidia con un cáncer cuya gravedad se mantiene oculta de los venezolanos, enfrenta a un candidato opositor más joven, Henrique Capriles, en unos comicios vistos como vitales para el destino de país en medio de las promesas de que profundizará su revolución en el próximo período.
Aun cuando las encuestas no logran ponerse de acuerdo sobre quien está a la delantera, la mayoría de ellas muestra que la popularidad de Chávez está en descenso y la de Capriles repunta.
La enfermedad del mandatario también parece estar jugando en contra de su campaña, cuyas apariciones en público han sido relativamente escasas. Chávez en ocasiones es visto muy bien abrigado, incluso usando bufandas, durante sus actos en poblaciones cálidas.
El viernes, en Maturín, el mandatario nunca se quitó la chaqueta que llevaba aún cuando de su cara brotaban ríos de sudor.
El analista David Morán declaró que en la intervención del viernes, Chávez insistió en convertir su persona en un sinónimo de patria.
Pero es una estrategia que en el fondo es contraproducente, explicó Morán.
La gente al final se da cuenta que es que él se está poniendo por encima de lo que él dice que es la democracia. Es decir que él, su figura, su persona, es el único objetivo de la reelección, sostuvo.
El discurso del viernes no es más que una confesión desesperada. Fue su forma de decir, si no estoy yo, todo se cae. Generalmente es el líder el que se entrega al pueblo, pero él lo que estaba pidiendo es que el pueblo se le entregue absolutamente a él, añadió.