La crónica que desde Caracas hace la colega Maye Primera pone el dedo en el meollo del dorado asunto del oro venezolano vendido ante la urgencia de dólares por parte de un gobierno que ha dilapidado en 14 años ingresos en dólares que superan los $ 1.500.000.000.000.000, sin Contraloría alguna, sin recibos y con miles de de únicas de corrupción con los dineros públicos. La “CAJA CHICA” del presidente Chávez controlada en su totalidad a discreción del presidente de PDVSA y ministro de Petróleo  Rafael Ramírez.
La regaladera de millones de dólares a países, políticos, colectivos  y ciudadanos de más de 50 países en los cinco continentes fue detallada en Caracas el día jueves en un evento denominado “La Chequera de Chávez” auspiciado por la Mesa de la Unidad Democrática.
Esta es la crónica aparecida en El País:



El FMI revela que Caracas está vendiendo sus reservas de oro

El Gobierno venezolano necesita inyectar liquidez en el sistema financiero
La estatal Venezolana de Televisión resumió el gran acontecimiento con un anuncio transmitido varias veces al día, con música tradicional de arpa cuatro y maracas de fondo. “Un hecho histórico para el país. Llega a la patria de Bolívar el oro que nunca debió salir de nuestro territorio. El Gobierno bolivariano continua afianzando la soberanía nacional, afianzando el futuro económico de Venezuela”, decía la voz del locutor y las imágenes mostraban una sucesión de camiones blindados y tanques militares, que trasladaban a las bóvedas del Banco Central de Venezuela las reservas monetarias de oro que estuvieron depositadas durante dos décadas en bancos de Europa y que el presidente Hugo Chávez ordenó repatriar en septiembre de 2011 .
El último cargamento llegó a Caracas en enero de este año y así como llegó, comenzó a irse: en agosto de 2011, el Banco Central de Venezuela vendió 3,2 toneladas de las reservas de oro para paliar la escasez de dólares en efectivo, pero la noticia se ha conocido en Venzuela apenas esta semana, tras la publicación de un informe del Fondo Monetario Internacional (FMI).
El martes, la agencia de noticias Reuters tuvo acceso a un documento del FMI donde se afirma que las reservas monetarias en oro de Venezuela disminuyeron en 10,98 toneladas durante 2012: de 372,93 toneladas contabilizadas a principios de año, pasaron a ser 362,05 al cierre de agosto. Una de las razones: el mes pasado, el Banco Central de Venezuela vendió 3,2 toneladas por unos 300 millones de dólares. Y un mes más tarde, el pasado miércoles, el presidente de la Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional, el diputado oficialista Ricardo Sanguino, admitió al diario caraqueño El Mundo que sí se había llevado a cabo la operación. De acuerdo con informaciones publicadas por la prensa local, la venta se hizo para paliar la escasez de dólares en efectivo que atraviesa el país y para cubrir el pago de importaciones, que en el último año se han incrementado en 20%.
La principal fuente de divisas en efectivo de Venezuela son las exportaciones petroleras, que además financian el 60% del presupuesto nacional. Y han mermado justo ahora, cuando el presidente Hugo Chávez aspira a ser reelegido el próximo 7 de octubre para otro periodo de seis años. Venezuela posee hoy en día las mayores reservas probadas de crudo y el precio del barril venezolano supera los 102 dólares. Pero la estatal Petróleos de Venezuela (PdVSA) produce por debajo de su capacidad; hace un mes se produjo una explosión los depósitos de combustible de la más grande de sus refinerías. Murieron 48 personas y las operaciones quedaron paralizadas.
Las importaciones son el oxígeno de la economía de Venezuela. Cerca del 80% de los alimentos que se consumen en el país son importados: la leche en polvo, la carne, el azúcar, el pollo, el café que se ofrece a precios subsidiados en la red de mercados populares que administra el Estado y que, junto con otros programas sociales que benefician a los más pobres, forman parte de la oferta electoral de Hugo Chávez. Estas importaciones son controladas por el Gobierno, que desde 2003 mantiene una férrea política de control de cambio. Es la Comisión de Administración de Divisas (Cadivi) el ente que decide quién, qué y cuánto pueden comprar los venezolanos en divisa extranjera. Solo los empresarios más cercanos a la revolución tienen acceso a la tasa oficial de 4,3 bolívares fuertes por dólar; los demás, deben acudir a los dos mercados paralelos de divisas que operan en el país: uno “gris”, que maneja el Banco Central de Venezuela y el mercado negro, de cuya fluctuación está prohibido hablar en medios nacionales.