01 octubre, 2012

Hummer, whisky y socialismo en la Venezuela del tirano

Hummer, whisky y socialismo en la Venezuela del tirano

"¡Ni un dólar para exportar Hummers! ¿Qué es eso? ¡No, señor! Somos unos de los países que más whisky consume y eso? ¡debe darnos pena a los venezolanos! No podemos gastar las reservas para importar whisky, ¿qué revolución es ésta? ¿La del whisky? ¿La de las Hummers? ¡No, ésta es una revolución de verdad, compadre!", bramó el presidente Chávez en una de sus tantas arengas por la cadena nacional. 
Opositores y chavistas creen que a los venezolanos les gusta demasiado la buena vida y el lujo, y que eso no lo cambia ninguna revolución. La prueba está en que a cinco años de esa sentencia presidencial, ni las Hummers dejaron de circular, ni Venezuela dejó de ser el mayor consumidor de whisky del mundo. En estos momentos, el predilecto para los ágapes del poder es el Royal Salute de Chivas 38 años, cuya botella de porcelana negra con una placa de oro tallada a mano y un tapón de oro, inspirado en la empuñadura de la antigua espada de Escocia, cuesta 1000 dólares. 

Según el periodista y escritor Juan Carlos Zapata, autor de Los ricos bobos , y quien acuñó el termino "boliburguesía", los tiempos dorados de esta nueva casta se dieron entre 2003 y 2008, y parte de 2009: "En ese lapso se registraron los mayores ingresos petroleros y los bolifuncionarios aún no sabían cómo hacer negocios, de modo que los boliburgueses se aprovecharon del esquema completo".
El brillante escritor Leonardo Padrón dice: "La nueva realidad nacional debió pedirle ayuda al idioma y sus cabriolas para sintetizar a ese tipo de venezolano surgido del oportunismo político y ese extraño caldo ideológico llamado ?socialismo del siglo XXI'. Y surgió eso que llaman boliburgueses".
Para Marianella Salazar, una de las plumas más agudas de Venezuela, un rasgo que retrata a los boliburgueses es su generosidad con los desconocidos, sobre todo en el exterior, donde pueden pasarla bien sin ser reconocidos. "La revista Revue du Vin de Francia, en abril de 2009, reseñó la visita de una delegación de chavistas que recorrió los más selectos restaurantes y de cómo vaciaron las cavas. En la reseña sobresale el comentario sobre las botellas de vino Petrus 1982, valoradas en 17.000 euros, que habrían degustado y obsequiado al tiempo que gritaban: "¡Petrus para todo el mundo!".

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