La cola de serpientes
En obsequio inmerecido del PRI
confieso que si éste instituto político intentara reformar el apartado B del
artículo 123 de la Constitución, haría astillas al país. Es evidente que la
iniciativa preferente que obliga a los diputados a legislar en 30 días y a los senadores
en un plazo igual, es aplicable solo para dispositivos de jerarquía jurídica
inferior y no para dispositivos constitucionales.
Francisco Martín
Moreno
Si el hecho de proponer cambios en el
rubro de los salarios caídos, por ejemplo, de modo que el trabajador solo pueda
cobrar un año de dichos emolumentos en el evento de que la sentencia le sea
favorable, si solo esta circunstancia ocasionaría marchas callejeras, tomas de
tribuna, obstrucciones de pasillos para llegar al presídium y bloqueos de
acceso al recinto legislativo, ¿qué efecto se produciría, si atropellando
cualquier negociación política que tal vez podría darse después de la toma
posesión de EPN, se intentara, ahora, deponer a los gerifaltes de los
sindicatos oficiales mediante la democratización de sus elecciones internas y
se les obligara a rendir cuentas dentro de un contexto de transparencia financiera?
¿La
presunta “maestra” Gordillo se va a quedar cruzada de brazos mientras le
arrebatan el poder, la largan del SNTE y le esculcan los bolsillos en México y
en el extranjero? ¿Deschamps va a permitir que le priven de sus bienes,
aviones, condominios, yates y cuentas de cheques, una riqueza “explicable”
labrada a través de la malversación de fondos de los trabajadores petroleros?
¿Los
líderes del sindicato de CFE van a aceptar su suerte y van a conformarse con la
cancelación de privilegios de los que no goza ningún trabajador de México o van
a organizar igualmente amenazadoras marchas por ciudades y pueblos del país
como lo ha hecho el SME?
La
jerarquía priista sabe que no debe reformar en esta coyuntura política a los
sindicatos al servicio del Estado porque de golpe un millón 500 mil maestros
podrían dejar de dar clases, los petroleros suspenderían el abasto de gasolina
y gas en el país para dejarlo paralizado, un castigo irresistible, de la misma en
que México se quedaría a oscuras, además sin servicios hospitalarios cuando
cientos de miles de médicos, empleados del sector público se fueran a la
huelga.
A
nadie escapa que Plutarco Elías Calles, Luis N. Morones y Lázaro Cárdenas son
los padres de la “Dictadura Perfecta.” Ellos
y solo ellos crearon estos monstruos sindicales que hoy, al
modo de las sanguijuelas, permanecen enrolladas alrededor del cuello de la
nación succionando toda la sangre posible.
También
es cierto que los sucesivos presidentes priistas alimentaron a estos abortos
republicanos, agentes políticos muy eficientes para asegurar su
permanencia en el poder durante 70 años y que hoy podrían engullirse a un Jefe
de Estado novato…
Extirpar a dichas sanguijuelas antes
de la toma de posesión de EPN representaría una temeridad. Sabemos que se trata
de una cirugía mayor que
requiere experiencia, tiempo y voluntad, en el caso de que ésta
exista para modernizar al país.
¿Quién no quisiera acabar con las
serpientes sindicales, solo que a las víboras se les atrapa por la cabeza,
nunca por la cola… ¿Quién
y cuándo alguien tomará esos bichos por la cabeza?
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