01 octubre, 2012

La cola de serpientes



La cola de serpientes

En obsequio inmerecido del PRI confieso que si éste instituto político intentara reformar el apartado B del artículo 123 de la Constitución, haría astillas al país. Es evidente que la iniciativa preferente que obliga a los diputados a legislar en 30 días y a los senadores en un plazo igual, es aplicable solo para dispositivos de jerarquía jurídica inferior y no para dispositivos constitucionales.
 
Francisco Martín Moreno

Si el hecho de proponer cambios en el rubro de los salarios caídos, por ejemplo, de modo que el trabajador solo pueda cobrar un año de dichos emolumentos en el evento de que la sentencia le sea favorable, si solo esta circunstancia ocasionaría marchas callejeras, tomas de tribuna, obstrucciones de pasillos para llegar al presídium y bloqueos de acceso al recinto legislativo, ¿qué efecto se produciría, si atropellando cualquier negociación política que tal vez podría darse después de la toma posesión de EPN, se intentara, ahora, deponer a los gerifaltes de los sindicatos oficiales mediante la democratización de sus elecciones internas y se les obligara a rendir cuentas dentro de un contexto de transparencia financiera? 



¿La presunta “maestra” Gordillo se va a quedar cruzada de brazos mientras le arrebatan el poder, la largan del SNTE y le esculcan los bolsillos en México y en el extranjero? ¿Deschamps va a permitir que le priven de sus bienes, aviones, condominios, yates y cuentas de cheques, una riqueza “explicable” labrada a través de la malversación de fondos de los trabajadores petroleros?


¿Los líderes del sindicato de CFE van a aceptar su suerte y van a conformarse con la cancelación de privilegios de los que no goza ningún trabajador de México o van a organizar igualmente amenazadoras marchas por ciudades y pueblos del país como lo ha hecho el SME?


La jerarquía priista sabe que no debe reformar en esta coyuntura política a los sindicatos al servicio del Estado porque de golpe un millón 500 mil maestros podrían dejar de dar clases, los petroleros suspenderían el abasto de gasolina y gas en el país para dejarlo paralizado, un castigo irresistible, de la misma en que México se quedaría a oscuras, además sin servicios hospitalarios cuando cientos de miles de médicos, empleados del sector público se fueran a la huelga. 


A nadie escapa que Plutarco Elías Calles, Luis N. Morones y Lázaro Cárdenas son los padres de la “Dictadura Perfecta.” Ellos y solo ellos crearon estos monstruos sindicales que hoy, al modo de las sanguijuelas, permanecen enrolladas alrededor del cuello de la nación succionando toda la sangre posible.


También es cierto que los sucesivos presidentes priistas alimentaron a estos abortos republicanos, agentes políticos muy eficientes para asegurar su permanencia en el poder durante 70 años y que hoy podrían engullirse a un Jefe de Estado novato… 


Extirpar a dichas sanguijuelas antes de la toma de posesión de EPN representaría una temeridad. Sabemos que se trata de una cirugía mayor que requiere experiencia, tiempo y voluntad, en el caso de que ésta exista para modernizar al país.


¿Quién no quisiera acabar con las serpientes sindicales, solo que a las víboras se les atrapa por la cabeza, nunca por la cola… ¿Quién y cuándo alguien tomará esos bichos por la cabeza?

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