04 marzo, 2013

El cónclave sin pederastas

Ana Paula Ordorica
Ojalá que como Keith O’Brien, el resto de los cardenales manchados por escándalos estuvieran excluidos. 
El cónclave sin pederastas
Por varios medios se ha pedido que el cónclave para elegir al nuevo Papa esté incompleto. Que no vayan los cardenales que han sabido, conocido y tenido qué ver con temas que involucran la pederastia.
Que no participen en la elección del sucesor de Benedicto XVI y que no puedan ser ni considerados para llenar la silla papal.


El primero en la mira ha sido el cardenal estadunidense Roger Mahony. La revista italiana Famiglia Católica fue la primera en publicar una encuesta de lectores que rechazan la presencia de quien fuese arzobispo de Los Ángeles, California.
De ahí Corriere Della Sera y otros medios italianos se han unido a la petición.
En la mira también han estado otros cardenales. Desde el irlandés Seán Brady, el belga Godfried Danneels, el argentino Leonardo Sandri y el polaco Stanisław Dziwisz.
La idea de las publicaciones italianas, que ya han sido replicadas por medios de todo el mundo, es exhibir a los curas que han tenido que ver con casos de pederastia, ya sea directa o indirectamente, para limpiar a la Iglesia de esta más que vergonzante conducta, de esta aberración, que tanto le ha costado a la Iglesia católica en los últimos años.
Parecía que el tema sería abordado directamente cuando se conoció la renuncia del cardenal primado de Escocia, Keith O’Brien, el pasado mes de febrero. O’Brien ha sido acusado de acoso sexual por tres sacerdotes y un ex sacerdote que renunció al sacerdocio cuando, después de haber denunciado el acoso de O’Brien, éste fuera nombrado cardenal.
Los casos de pederastia han perseguido a la Iglesia en general y a Benedicto XVI en particular desde que se hicieran las denuncias en contra del fundador de los Legionarios de Cristo, Marcial Maciel.
¿Por qué razón la Iglesia ha sido tan permisiva con estos escándalos? ¿Por qué tardó tanto en actuar en contra de Maciel? ¿Por qué hoy se actúa únicamente en contra de O’Brien y no se investiga y actúa de manera contundente con todos los demás casos de pederastia?
No lo sabemos. El hecho es que en el cónclave en el que participarán 115 cardenales para nombrar al sucesor de Benedicto XVI estarán presentes varios cardenales que han sido acusados de cometer o de ocultar casos de pederastia.
Una vergüenza para la Iglesia y para los católicos del mundo.
Ojalá que como O’Brien, el resto de los cardenales manchados por escándalos de pederastia estuvieran excluidos de participar en la elección del futuro Papa.
Ojalá el cónclave estuviera incompleto.

No hay comentarios.: