El Papa Francisco llama al general de los jesuitas El viernes 15 de marzo a las 10:15 de la mañana, el Papa Francisco llamó a la Curia General de los jesuitas, en Roma, para saludar al Padre General, Alfonso Nicolás Pachón, S.J. A continuación trascribo el texto sobre esta llamada que dio a conocer la Compañía de Jesús a través del padre Claudio Barriga, S.I.: La llamada la hizo personalmente, no por medio de un secretario. El portero de la Curia respondió el teléfono y escuchó una voz suave y serena: -Buon Giorno, sono il Papa Francesco, vorrei parlare con il Padre Generale" ("Buenos días, soy el Papa Francisco, quisiera hablar con el Padre General"). El portero casi le responde, "Y yo soy Napoleón", pero se contuvo. Le respondió secamente: -¿De parte de quién? El Papa entendió que el joven portero italiano no le creía, y le repitió dulcemente: -Soy el Papa Francisco, ¿y usted cómo se llama?   A esa altura el portero responde con voz titubeante, casi desvaneciéndose: -Me llamo Andrés. -¿Cómo estás, Andrés? -le dijo el Papa. -Yo bien, disculpe, sólo un poco confundido. -No te preocupes, por favor comunícame con el Padre General, quisiera agradecerle por la hermosa carta que me ha escrito. -Disculpe, Su Santidad, lo voy a comunicar. -No, no hay problema; yo espero lo que sea necesario. El portero pasa la llamada al celular del hermano Alfonso, secretario privado del Padre General. -¿Aló? -¿Con quién hablo, -respondió el Papa? -Soy Alfonso, secretario personal del Padre General. -Soy el Papa, quisiera saludar al Padre General, para agradecerle la bonita carta que me envió (todo esto en italiano). -Sí, un momento -respondió con serenidad el hermano Alfonso, puesto de pie incrédulo camina hacia la oficina del Padre General, al lado de la suya. Mientras sigue la conversación. -Santo Padre, felicidades por su elección, aquí estamos todos contentos por su nombramiento, estamos rezando mucho por usted! -¿Rezando para que yo vaya para adelante o para atrás -bromea el Papa? -Naturalmente para adelante -le respondió Alfonso. El Papa responde con una risa espontánea. Aturdido con la impresión, el hermano ni siquiera golpeó a la puerta de la oficina del Padre General y entró hasta él, quien lo miró sorprendido. Alfonso extendió la mano con el teléfono inalámbrico y le dice al Padre General, mirándolo a los ojos: -¡¡¡El Papa... !!! Lo que siguió después no lo sabemos en detalle, pero el Papa muy agradeció muy cordialmente al Padre General por su carta. El General le dijo que le gustaría verlo para saludarlo. El Papa le respondió que va a dar instrucciones a su secretario para que eso pueda ser lo más pronto posible, y que del Vaticano le avisarían. La importancia de la anécdota es que revela el estilo personal del nuevo Papa, sencillo y directo, y su intención de hacerlo valer en la anquilosada Curia Romana y también habla de la posibilidad de que se establezca un nuevo tipo de relación entre el Papa y los jesuitas. Ya veremos.