paula rosas
El secretario de Estado de EEUU se reunirá hoy con el presidente Mohamed Mursi, uno de los momentos claves del primer viaje de Kerry a la región
El secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, llegó ayer a El Cairo con los dos problemas que tienen a Egipto al borde del colapso en su agenda:
la maltrecha situación de su economía y la parálisis de la transición
política, espoleada por los desencuentros entre el gobierno y la
oposición. Kerry se ha topado, sin embargo, con los recelos de de gran
parte de la oposición laica egipcia, que critica lo que consideran una postura demasiado complaciente de Estados Unidos con el presidente Mohamed Mursi y los Hermanos Musulmanes.
En uno de los momentos claves del primer viaje del
secretario de Estado por la región, Kerry se reunirá hoy con Mursi, al
que presionará para que ponga en marcha las duras reformas económicas
que el Fondo Monetario Internacional le exige para conseguir el más que
necesitado préstamo de 4.800 millones de dólares
que dé un respiro a su economía. Para atraer el capital, dijo ayer
Kerry en El Cairo, «tiene que haber una sensación de seguridad, de
viabilidad económica y política». Lograr la aprobación del organismo
internacional es esencial para que Estados Unidos y la Unión Europea de
luz verde a otros paquetes de ayuda prometidos anteriormente. Pero para
eso Mursi debe subir impuestos y recortar en subsidios estatales, algo a lo que se está resistiendo con las elecciones legislativas a la vuelta de la esquina.
Boicot electoral
Los comicios legislativos comenzarán el próximo 22 de abril, unas elecciones que la principal coalición opositora, el Frente de Salvación Nacional, ha decidido boicotear
porque aseguran que la ley electoral beneficia a la cofradía islamista,
los grandes valedores del presidente. El boicot preocupa a Estados
Unidos, pero Kerry no ha conseguido reunirse en El Cairo con algunos de
los principales dirigentes de esta coalición, como el izquierdista Hamdin Sabahi,
que critican que Washington haya dado su apoyo a Mursi a pesar de sus
últimos ramalazos «antidemocráticos», denuncian los opositores.
No obstante, Kerry sí se reunió ayer con otros líderes de la oposición como Amro Musa, e incluso habló por teléfono con el Nobel de la Paz Mohamed el Baradei,
a los que trató de convencer para que participen en los comicios
parlamentarios, los segundos desde la caída de Hosni Mubarak. También se
reunió con el secretario general de la Liga Árabe, Nabil al Arabi, con quien trató la crisis de Siria.
La tensa situación política en
Egipto tiene su reflejo en las calles, donde los enfrentamientos
violentos entre manifestantes y fuerzas de seguridad a lo largo de estos
dos años de transición tienen en vilo la estabilidad del país. Ayer, un
grupo de manifestantes prendieron fuego a una antigua comisaría en la
ciudad de Port Said, junto al Canal de Suez, y una persona murió
atropellada por un furgón policial en la ciudad de Mansura, también en
disturbios entre agentes y manifestantes.
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