por Eduard Yitzhak
Los llantos de las víctimas son una dulce música en los oídos de los islamoterroristas. El reciente atentado perpetrado por los hermanos Tamerlan y Dzhokhar Tsarnaev, dos jóvenes islamistas de origen checheno, en la Maratón de Boston del lunes 15 de abril de 2013, causó tres muertos y más 176 heridos. [1]
La muerte por atentado islámico del niño de ocho años de edad
Martin Richard, de M. Campbell, de 29 años y de la estudiante china Lü
Lingzi de 23 años y las heridas de más 176 personas causó alegría no
sólo a sus responsables, los hermanos islamistas Tamerlan Tsarnaev de 26
años y Dzhokhar de 19 años sino también en los círculos de Hamás,
Hezbullah y Yihad Islámica.
Gran parte de la prensa y de los políticos han enmascarado la
ideología islámica que inspiró a los dos hermanos con subterfugios de
falta de integración en la sociedad norteamericana por su origen
checheno y falta de arraigo.
El hermano mayor de los Tsarnaev devino con el tiempo un islamista,
un devoto musulmán, dejando crecer su barba, intimidando a sus amigos y
pidiéndoles que se convirtieran en “mejores musulmanes”. Tamerlan
inculcó los “valores” del islamismo a su hermano Dzhokhar Tsarnaev[2].
Este crimen produjo un gran júbilo a multitudes de árabe-palestinos
de Gaza que lo manifestaron danzando y ofreciendo caramelos y dulces a
sus correligionarios, así como a los islamistas de Hezbullah en el
Líbano y de la Yihad Islámica en Jordania. [3]
El jeque salafista Murgan Salem explicó en el canal de televisión
egipcio Tahrir el día después del atentado que éste (el atentado de
Boston) era un mensaje de los muyahidiines a los USA y que de hecho todo
Occidente, especialmente Francia, sería destruido. [4]
En los foros yihadistas se muestra júbilo mezclado con llamamientos a la moderación ante el atentado de la Maratón de Boston. [5]
Ya antes de saberse que los terroristas eran devotos del Islam, en
medios yihadistas se manifestaba la “esperanza” que el atentado fuera un
acto de yihadismo y que dicho ataque contra la población estaba en
concordancia con la estrategia de Al-Qaeda de emplear pequeños y
frecuentes ataques contra los Estados Unidos, lo que los medios
islámicos califican de la “estrategia de las mil heridas”, lo que le
obliga a los USA a una mayor carga financiera para prevenir y detectar
ataques futuros, con el objeto de colapsar a los USA y posteriormente a
todo Occidente infiel (cristiano). [6]
La gran mayoría de mezquitas sunnitas en el mundo son financiadas y
adoctrinadas por Arabia Saudita, lugares en los que se inculca el odio
al “infiel” (el judío, cristiano y el musulmán nominal no islamista), y
muchas de ellas son arsenales con armas, como en el Dagestan, donde
durante años estuvieron residiendo la familia Tsarnaev. [7]
La Islamic Society of Boston (ISB) en Cambridge, Massachusetts, la
mezquita de la ciudad de Boston en que se radicalizaron e inculcaron de
odio contra los “infieles” los hermanos islamoterroristas Tsarnaev
recibió ayudas económicas y subsidios de la ciudad de Boston, cuyos
ciudadanos han sufrido el flagelo del islamismo. [8]
Por mucho que se quiera “relativizar” y “justificar” los hechos y a
los victimarios con peregrinas teorías de inadaptación, pobreza o
ignorancia, todas ellas chocan con el muro de la realidad, los dos
jóvenes no eran unos inadaptados ni pobres ni analfabetos.
El hermano menor era estudiante de Medicina, y según sus círculos cercanos era un joven integrado.
Fue el islamismo el que desarraigó a ambos hermanos del medio en
que vivían, el salafismo les inculcó el odio contra sus conciudadanos y
contra el país que les daba una hermosa oportunidad de mejorar sus
vidas, lejos de Chechenia.
Ellos fueron a los USA, y no viceversa, la gratitud se convirtió en odio a causa del adoctrinamiento islámico.
Estos hermanos no son los únicos ciudadanos de Occidente que mutan a
criminales, hay una larga serie de asesinos que inicialmente parecían
súbditos normales e integrados, pero el islamismo les metaforseó en
criminales, y desgraciadamente no serán los últimos.
El problema de todo esto reside en el nihilista y destructivo islamismo que predica el odio contra el que no es musulmán.
Mientras los dirigentes políticos y los líderes de opinión de
Occidente giran la mirada hacia otra parte, motivado por la indolencia,
y/o el miedo al chantaje petrolero de Arabia Saudita y de Irán, al
recelo en provocar altercados en Occidente contra los musulmanes al no
querer diferenciar entre musulmanes nominales e islamistas, amedrentados
por los yihadistas y no apoyar a los musulmanes nominales y dar carta
de naturalidad a los islamistas.
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