23 abril, 2013

El día que Marisela "empinó" al Ejército

O P I N I Ó N 
C A R L O S   L O R E T   D E   M O L A 
Historias de reportero
El día que Marisela "empinó" al Ejército

Ella se quería lavar las manos del escándalo. El General Tomás Ángeles Dauahare estaba en la cárcel. El militar de más alto rango que alguna vez haya estado tras las rejas en México. Por eso Marisela Morales Ibáñez estaba preocupada. Desde su escritorio de procuradora general de la República mandó llamar a la esposa del confinado ex subsecretario de la Defensa Nacional.

La señora Leticia Zepeda de Ángeles Dauahare llegó al despacho oficial con un familiar. Recia, de mirada segura, sin miedo, se sentó frente a la procuradora y uno de sus más cercanos colaboradores. No le apantalló el poder. No parecía asustada por la dependencia.

La reunión, a fines de octubre de 2012, fue ríspida desde el primer minuto. El General llevaba cinco meses encerrado. Las señoras no se cayeron bien y los caballeros mejor se callaron. Según me revelaron fuentes, Marisela Morales explicó a la familia del General que ella no tenía nada que ver en el caso que había conducido a Tomás Ángeles Dauahare al penal de máxima seguridad de El Altiplano.

Abundó que la Unidad Especializada contra la Delincuencia Organizada (UEDO), aunque formalmente pertenece a la PGR, estaba de facto entregada al Ejército, quien la operaba de manera autónoma, y que era un egresado de la Procuraduría Militar quien la encabezaba: el mayor Gerardo Salazar Bolaños, en mancuerna con el polémico coronel Abigaíl Vargas Tirado.

Que ellos habían orquestado todo, bajo la supervisión y orientación de la Secretaría de la Defensa Nacional, concretamente de su entonces titular el General Guillermo Galván Galván y su cercanísimo General Moisés García Ochoa.

"Si me quiere creer, créame. Si no, pues ni hablar", remató, endurecida también, Marisela Morales a su interlocutora. El encuentro, me confían, terminó frío pero cortés.

Casi medio año después, el General Tomás Ángeles Dauahare quedó libre porque la PGR, ya en el nuevo Gobierno, determinó que las acusaciones en su contra eran un invento del testigo protegido con nombre clave Jennifer, un parlanchín ex operador del cártel de los Beltrán Leyva. ¿Quién hizo hablar a Jennifer así? Esa es otra historia.

"¿Y si se encontrara a Marisela Morales en la calle, General?", pregunté a Ángeles Dauahare el viernes en Radio Fórmula. "¿Qué le puedo decir? ¿Qué le puedo reclamar?... ¿Qué gano? ¿En qué me beneficia eso? Aunque me pida mil disculpas el daño está hecho, es irreversible, es pasado", contestó en voz de resignación. Abundó que desde su punto de vista, la procuradora sólo fue la operadora de una venganza política en su contra.



Saciamorbos

Boda en hacienda de Yucatán. El anfitrión fue el ex Presidente. Las presencias exhiben. Las ausencias también. 

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