26 abril, 2013

La descomposición

Martín Moreno
¿Que el narco está detrás de algunas acciones desestabilizadoras? Tal vez. 
La descomposición
Y al arranque del sexenio, la descomposición social. La ira.
Del regreso de la política a la realidad descarnada. De la verborrea oficialista a la protesta encapuchada. Del “mover a México” a la parálisis de gobiernos, autoridades y rectores.
Porque no sólo son los maestros —destructores en Guerrero atacando a oficinas partidistas—. No. El conflicto es de más fondo. Su alta violencia no se justifica, por supuesto, aunque hay que revisar orígenes, agravios y complicidades.


No sólo son los estudiantes (o seudoestudiantes, si se prefiere) quienes mantienen —hasta la entrega de esta columna— tomada la Rectoría de la UNAM. O los que en apoyo secuestran, por unas horas, a la UAM Iztapalapa. O los profesores (o seudo) que bloquean Morelia y sus alrededores.
La pugna es mucho mayor.
Si se cree que con limpiar una, dos, tres veces o las que sean necesarias la Ruta del Sol, el problema se resuelve, se está equivocando la estrategia. Los cascos y escudos son paliativos, no solución. Dispersan, pero no arreglan.
El fracasado dentro de esta descomposición social es el diálogo. La falta de honestidad política, la incapacidad, la corrupción, el engaño, el abuso y la complicidad de los gobiernos en turno en las entidades más pobres del país durante los últimos lustros, fueron los detonantes. Que Guerrero y Oaxaca sean un polvorín no es casualidad.
¿Que el narco está detrás de algunas acciones desestabilizadoras? Tal vez. En Colombia, el grupo de Los Extraditables, capitaneado por Pablo Emilio Escobar Gaviria, financiaba la guerrilla. El resultado fue desastroso: un Estado sometido y cientos de civiles inocentes muertos en atentados.
Cuidado con eso.
Y alerta con lo que advierte Ángel Aguirre ante el velado regreso de la guerrilla en la sierra de Guerrero. Esas son palabras mayores… y de violencia máxima, de desafío al Estado. La guerrilla se asoma.
En los Archivos del poder del 11 de diciembre de 2012, titulados 1D: ensayo de guerrilla, advertimos:
“Los revoltosos de hoy podrían ser los guerrilleros de mañana. Las protestas violentas del 1D ante el Congreso y en el Centro de la Ciudad de México son el aviso de que el entorno político-social es pasto seco para que encienda la llama de la inconformidad popular y ceda el paso a una protesta no sólo frente a Bellas Artes, sino de cara al país. Radical. Violenta.
“Las plumas y voces alineadas ya al sistema se retuercen porque AMLO tendrá su propio partido político (Morena), pero son miopes: lo verdaderamente preocupante sería cuando decenas de miles lleguen de las sierras de Oaxaca, Guerrero, Chiapas o Hidalgo y se apoderen de la Central de Abastos o de tiendas de autoservicio, hartos de décadas de pobreza, abandono e impunidad”.
Hasta aquí aquella columna.
¿Ejemplo de que el 1D calentaban motores? Allí está Uriel Sandoval, quien en las protestas por la toma de posesión de Peña Nieto perdió un ojo durante la refriega… y ahora reaparece en la toma de Rectoría de la UNAM.
Y las cifras dolorosas:
Siete de cada diez guerrerenses carecen de lo suficiente para cubrir necesidades básicas en alimentación, vivienda y educación. Con el municipio más pobre del país —Cochoapa el Grande—, muchos aún mueren de gripe (fuente: PNUD y Coneval). ¿Consecuencia? Es el primer lugar en cuanto a producción de amapola. En Oaxaca hay 2.5 millones de pobres (fuente: Coneval). Y allí está Chiapas con sus 3.7 millones de miserables. 1.5 millones en pobreza extrema. O Hidalgo, con 1.4 millones en pobreza multidimensional. Es decir: comer poco y mal, sin luz ni agua.
Nada justifica los atropellos de maestros guerrerenses. “Si hay mano dura, se viene una mayor confrontación”, amenazó el vocero de la CETEG, Minervino Morán, sobre quien pesa, junto a otros líderes más, órdenes de aprehensión. Mañana podrán detener a Minervino. O a Gonzalo Juárez. ¿Y? ¿Eso resuelve el conflicto? Hay miles de Minervinos. Hay millones de pobres. Reducir el problema a “grupos de revoltosos” es cegarse ante una miseria encarnada en mexicanos miserables, abandonados, agraviados.
Se mata al mensajero, pero el mensaje sigue vivo.
UNAM. Hay nihilismo entre quienes bloquean la UNAM. Radicalismo. Sí. Pero las autoridades universitarias tardaron… ¡tres días en reaccionar! No se actuó a tiempo. Lo demás son desprendimientos de la indolencia. Narro presentó la denuncia ante la PGR, mientras casas de campaña se plantan alrededor de Rectoría al paso de las horas. Y cada vez son más. El diálogo parece lejano. Los federales tocan la puerta.
Es la descomposición social. Es grave. Y lo que podría venir.

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