28 abril, 2013

Los hermanos Tsarnáev, dos traidores al sueño americano

Internacional

EE.UU. subvencionó e hizo todo lo posible por ayudar a los terroristas de Boston

Dos hermanos de origen checheno. Uno era conocido por ser reservado, orgulloso y arrogante. El otro, inteligente, sociable, con madera de líder y aparentes buenos sentimientos. Lo que nunca nadie había pensado de Tamerlán y Dzhojar Tsarnáev, de 26 y 19 años, es que fueran yihadistas, radicales islamistas o terroristas. Hasta el pasado viernes. Todo cambió cuando se supo que los hermanos eran los responsables de los atentados del maratón de Boston.

Hasta ese día, los Tsarnáev llevaban una vida normal en Estados Unidos, un país al que llegaron como refugiados. El primero en aterrizar fue Dzhojar en 2002. Poco después, Tamerlán recorrería el mismo camino. En Massachusetts, la familia Tsarnaev comenzó una nueva vida. Dzhojar asistía al colegio Cambridge Rindge and Latin School, donde era un importante miembro de su comunidad deportiva. En concreto, llegó a ser el capitán de su equipo de lucha, una posición que le valió varios títulos y reconocimientos.
En su etapa escolar, Dzhojar fue un estudiante brillante, por lo que cuando se graduó en 2012 la ciudad de Cambridge le concedió una beca de 2.500 dólares que facilitaría su transición a la universidad. Poco después, al tiempo que comenzaba sus estudios en la Universidad de Massachusetts, Dzhokhar obtuvo la nacionalidad estadounidense. Era el 11 de septiembre de 2012.

Mujeres

Su hermano Tamerlán también había encontrado un hueco en la comunidad deportiva de Cambridge, donde era admirado por sus dotes para el boxeo. Su habilidad en esta disciplina logró que su nombre sonase para formar parte del equipo olímpico estadounidense. A pesar de su personalidad oscura y distante, Tamerlán nunca tuvo problemas de mujeres. Aunque sí los tuvo con las mujeres. En 2009, Nadine Ascencao, la que había sido su novia durante su etapa como estudiante de instituto, lo denunció por haberla abofeteado mientras discutían sobre otra mujer. Tamerlán fue arrestado y acusado de asalto y agresión, unos cargos que se convertirían en la principal razón por la que no consiguió la nacionalidad estadounidense.
La otra mujer en discordia era Katherine Russell, a la que Tamerlán acababa de conocer y con la que se casaría un año después. Por aquel entonces Katherine y Tamerlán eran estudiantes universitarios. Ella asistía a la Universidad de Boston y él estudiaba en la de Bunker Hill. Sin embargo, tras casarse y tener a su hija Zahara, ambos abandonaron sus estudios. Katherine se puso a trabajar como enfermera, y Tamerlán se encargó de cuidar de Zahara. La familia vivía en Cambridge, en un apartamento junto a la madre de los Tsarnaev, hasta que ésta decidió regresar a Daguestán, donde actualmente reside.
La decisión de Tamerlán de dejar de estudiar contrarió mucho a su padre, quien había hecho un gran esfuerzo para que sus hijos recibieran una buena educación y pudieran acceder a su propia versión del sueño americano, que él les habían tratado de inculcar desde que pisaron EE.UU.
A pesar de que Katherine trabajaba cerca de 70 horas a la semana, su sueldo no era suficiente para mantener a la familia. Por eso Tamerlán aceptaba todo tipo de trabajos temporales, como camarero o repartidor de pizzas que pudieran reportar unos dólares extra a la familia. Para aliviar sus estrecheces, los Tsarnaev-Russell tuvieron que enrolarse en un programa de de ayudas sociales, un sistema que ofrece cupones de comida y ayudas económicas.
Marihuana
Por su parte, poco después de empezar sus estudios de Medicina, Dzhojar comenzó a descarriarse. Sus amigos han declarado que fumaba marihuana constantemente y que vivía de fiesta en fiesta. Sus notas no fueron nada buenas. Yeso que recibió una ayuda financiera para cubrir los cerca de 22.000 dólares anuales que cuesta la matrícula y la residencia en el campus. No tenía trabajo, pero nunca le faltaba dinero. Se sospecha que sus ingresos procedían de pasar marihuana. A ambos hermanos les gustaban los coches caros y la ropa de diseño. En su última visita a Gilberto Junior, el regente de un taller de coches al que solía acudir, Dzhokhar lució unos pantalones Burberry y unos zapatos Louis Vuitton que le habían costado «varios cientos de dólares». El enigma es cómo esos dos balas perdida se convirtieron en terroristas islamistas. Su madre Zubeidat niega que se radicalizara durante su pasada visita a Daguestán. Pero reconoce la influencia de Misha, un armenio converso a quien conocieron en Boston. Tamerlán estaba fascinado con él. «Mira mamá, Misha reza a todas horas, ayuna a todas horas». Zubeidat cuenta que el armenio influyó sobre toda la familia. «No rezábamos hasta que no le conocimos... Era tan buen chico, tan gentil...».

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