Ustedes los pobres
Qué
bueno que el gobierno emprenda sus Cruzadas contra el Hambre. Pero eso solo
debe ser un paliativo de corto plazo. Lo que urge es una Cruzada contra la
Ignorancia que venga aparejada con una Cruzada contra el Abuso.
El debate por la miseria
en México está en todo su apogeo. La disputa por los pobres
se puso de moda en el paso de la muerte entre el panista Oportunidades y la
priista Cruzada contra el Hambre.
Como si fueran moneda de
cambio electoral, los mexicanos menos favorecidos se convierten en mercancía
subastada al mejor postor.
Pero más allá de los
llamados programas asistenciales, la llamada Cruzada contra el Hambre tendría
que incluir aquellas instancias privadas que contribuyen a que la pobreza se
perpetúe en México.
Quién defiende, por
ejemplo, a nuestros pobres de los “módicos” intereses de cierta banca que les
guarda sus ahorros al 4 por ciento y se los presta en la compra de un
televisor, al 120 por ciento.
Quién defiende a nuestros
pobres de los traficantes de viviendas que se construyen a decenas de
kilómetros de las metrópolis y que terminan pagado hipotecas prohibitivas
cuando les suman seis camiones diarios y cuatro horas de sueño robadas.
Quién defiende a nuestros
pobres de las universidades “patito” que ordeñan su magro bolsillo con la
promesa de educar a unos hijos a los que les venden falsas esperanzas en un
título, con el que difícilmente alcanzarán el empleo con el que sueñan.
Quién defiende a nuestros
pobres de la costosísima telefonía prepago que se aprovecha de la necesidad
para cobrar las tarifas más caras del mundo, que harán más rico al hombre más
rico del mundo.
Quién defiende a nuestros
pobres de las dietas al alcance de su bolsillo, que abusan de los
carbohidratos, las grasas y los conservadores, y que se traducirán en obesidad,
diabetes y problemas cardíacos.
Quién defiende a nuestros
pobres de las pantallas televisivas “para jodidos”, que los hacen soñar con
convertirse en guardaespaldas que acaban en la cama con la hija o con la dueña
de la casa, o en analfabetas que se convierten en presidentes de corporaciones.
Qué bueno que el gobierno
emprenda sus Cruzadas contra el Hambre. Pero eso solo debe ser un
paliativo de corto plazo.
Lo que urge es una
Cruzada contra la Ignorancia que venga aparejada con una
Cruzada contra el Abuso.
Ya basta de traer a
México a esos gurús que convencen a los ricos que el mejor negocio son los
pobres.
Aquí, en China o en la
India, el mejor negocio siempre será elevar el nivel de bienestar.
Pero eso nunca sucederá con
gobiernos que se dediquen a enriquecer políticos, empresarios, constructores y
banqueros, mientras que los pobres son usados como carne de cañón, como
eterno botín.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario