12 mayo, 2013

Colombia: Sincera censura – por Erika Salamanca

Desde hace más de un año el gobierno Santos ha destapado las cartas con las que juega en materia de censura a la libertad de prensa.  Una de las primeras jugadas quedó en evidencia cuando repentinamente el programa El Ventilador, de Cablenoticias, independiente y duro crítico del gobierno Santos, fue cancelado sin aviso dejando a sus televidentes desconcertados por la sorpresiva decisión.
Por los mismos días, la entonces directora de El Colombiano, Ana Mercedes Gómez, dejó saber que había recibido una visita de un Consejero de Palacio, en la que se le solicitó “sutilmente” a la línea editorial del diario antioqueño, bajarle el tono a las críticas del gobierno.


No pasó mucho tiempo cuando se conoció que la famosa columna dominical de Juan Paz en el periódico El Mundo había sido cancelada. Así mismo, la mano del consejero presidencial volvió a evidenciarse cuando salió del aire el programa de José Obdulio, uribista declarado, que destapó varios casos a la opinión pública que dejaron mal parado al gobierno y a la justicia colombiana.
Programa de televisión, emisora, periódico o revista que atente contra la imagen del Presidente o de su gobierno, es castigada con la eliminación de la pauta gubernamental, la cual, valga decirlo, es vergonzosamente exagerada. Hoy en horario triple A, tres de cada seis comerciales de televisión corresponden a pauta oficial.  El programa radial La Hora de la Verdad, que no gusta de la famosa “mermelada” fue castigado con el retiro de pauta del gobierno en su programa matutino.
Otro caso reciente fue el del columnista Juan Pablo Echeverry, quien fue objeto de censura mediante carta del director del Programa Presidencial Colombia Jóven.  En dicha misiva, se le acusa de escribir calumnias en su columna “jóvenes de papel” por no haberse remitido exclusivamente a las cifras del DANE, como si las fuentes oficialistas fueran las únicas objeto de una investigación seria
Pero aquí no termina todo, el gobierno del Presidente Santos no toca fondo.  Al parecer, resultó inconveniente para Palacio que continuara al aire el Noticiero NP& en donde los reencauchados, JuanMa, Furibe y Vargas Lloras, entre otros, nos divertían cada domingo con el humor político irreverente que caracteriza al programa y que no solía dejar bien parados a sus protagonistas.
Para continuar con la lista de damnificados, está en el ojo del huracán el programa radial de alta sintonía, La Luciérnaga dirigida por el reconocido periodista Hernán Peláez, quien valga la pena decirlo, ha denunciado interceptaciones ilegales a él y a los miembros de su equipo.  Peláez ha advertido a sus oyentes del riesgo que corre su programa al ser posible objeto de censura de ser aprobado el proyecto de ley 001 de 2012, que hace trámite en el Congreso y del cual es ponente el Representante Augusto Posada, con claro y directo apoyo del gobierno, en el que se busca limitar la emisión de programas de humor, como se puede deducir del siguiente artículo del mencionado proyecto
“La transformación de obras artísticas o literarias divulgadas, siempre que se realice con fines de parodia y no implique riesgo de confusión con la obra originaria, no se afecte el derecho moral de integridad del autor, ni tampoco se cause un perjuicio injustificado a los legítimos intereses del autor o se afecte la normal explotación de la obra originaria.  A los fines del presente literal debe entenderse por parodia “la imitación jocosa que implica una burla o chanza”
Es preocupante lo que está ocurriendo en Colombia, estamos llegando al nivel de Correa en Ecuador o de Chávez y ahora Maduro en Venezuela, los medios no pueden seguir callando ante la censura sutil pero descarada del gobierno.  Nuestra democracia se debilita con cada atropello a la libertad de prensa, a la libertad de opinión y de oposición. Los medios de comunicación no pueden vender nuestra libertad y nuestros derechos a cambio de la empalagosa mermelada porque tarde o temprano resultarán siendo nuevas víctimas a las que también se les vulnerarán los derechos.

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