Digamos
que esa frase, muy utilizada, de que la política es dinámica y
cambiante, hasta cierto punto es real, no podemos desconocer ciertas
circunstancias en las que es necesario cambiar de opinión o punto de
vista. No debe ser mal visto que una persona, por ejemplo, que en algún
momento rechazara las uniones entre parejas del mismo sexo, de un
momento a otro las defienda. ¿Recuerdan a Rob Portman, senador republicano que se oponía a estas uniones pero después de enterarse de que su hijo es gay, las defiende?
Como este caso, seguro, existen muchos más, pero una cosa es cambiar
de opinión basados en hechos concretos y otra muy diferente, y
reprochable, hacerlo buscando un beneficio personal (saludos Roy) o
simplemente porque la cara que estábamos mostrando no era la real
(saludos Juan Manuel).
El “presidente” de Venezuela, dándole un descanso a su arremetida contra Henrique Capriles, la emprendió contra Álvaro Uribe Vélez. Lo llamó asesino (acusándolo de la muerte de un periodista) y ante esta respuesta, brillante y en 133 caracteres: “A la inmadura acusación de la dictaduradescabellada por
el fraude y la violencia una única respuesta: que se repitan las
elecciones”, Maduro acudió a otra infamia, llamando al expresidente,
mafioso.
Pasó el fin de semana y el gobierno colombiano guardó silencio. El
lunes, un tweet tibio y fuera de tono de Juan Manuel nos mostró a los
colombianos el camino que se tomaría ante las temerosas acusaciones del
vecino. En la noche, una reunión secreta entre la Canciller Holguín y el
embajador venezolano, le intenta poner punto final a un hecho
lamentable y que un gobierno democrático como el de Colombia no puede
permitir de un país en el que el 50 % del pueblo no acepta el resultado
de las elecciones, que por cierto han sido impugnadas.
¿Por qué tarda tanto tiempo Juan Manuel Santos en reaccionar?
Seguimos en vilo con San Andrés ¿cuándo se tomará una decisión sobre
este fallo? Sigue sin reconstruirse Gramalote ¿será que espera seguir en
el gobierno para hacer casitas gratis allá?
Si para Juan Manuel la política es dinámica y cambiante, él que ha
estado en tres gobiernos diferentes lo sabe y lo aplica. Uribe fue solo
un escalón para llegar a la cima, no importó esconder sus verdaderas
intenciones y gritar a los cuatro vientos que continuaría con la obra de
su predecesor. Mentiras, nada más que mentiras.
Por último: es de resaltar la opinión de Pastrana ante este hecho,
lejos de cualquier ambición electoral, esa es la posición que se debía
asumir desde el principio, no lo entendió así el gobierno y hoy no
sabemos esto adónde nos llevará.
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