14 mayo, 2013

Como veían/ que resistía…



Como veían/ que resistía…


Luis González de Alba



Fueron a tomar otros camiones. Es natural: si luego de una larga semana la autoridad no enfrenta a quienes le secuestran cinco policías estatales, según reporte del propio gobierno de Michoacán, y todavía hoy martes seguían secuestrados; si roban treinta camiones repartidores y regalan sus contenidos en las narices de quien funja como gobernador, secuestran autobuses con todo y pasajeros… y no pasa nada, pues secuestran más camiones el domingo pasado.

¿Quién está a cargo de secuestros, robos y regalo de mercancía ajena en pleno centro de Morelia, junto al Palacio de Gobierno? La Organización de Normales Oficiales del Estado de Michoacán. 



¿Qué exige con el secuestro de policías y vehículos? Plazas automáticas de maestros al terminar los “estudios”, apoyos económicos (la escuela es gratuita) y eliminación de las evaluaciones previstas en la reforma educativa recién aprobada.



En resumen: Que la escuela sea gratuita (ya lo es) y me mantengan durante los años que, a mi ritmo, tarde en concluir los estudios (aceptable por calificaciones); que me entreguen una plaza de maestro con el título, sin presentar examen de oposición (como los exigidos por las universidades) y sin estar sometido a evaluaciones periódicos para conservar la plaza.



Como diría Clavillazo: ¡Pura vida… nomás! O los geniales Polivoces: Hijazos de mi vidaza… Vida asegurada con inscribirse (sin examen previo) y de ahí hasta el funeral todo-incluido y la pensión a la o las viudas.



Yo también quisiera que MILENIO me pagara tres artículos semanales, los escriba o no, los garrapatee o los fundamente con lecturas, los escriba con sintaxis comprensible y ortografía normal o me deban reescribir mis “ola ke ase”. Digo, tengo derecho, ¿o yo no?, como el tendero madrileño descrito el domingo por Arturo Pérez-Reverte: muy preocupado por su próxima vejez y la baja de sus ventas, pero cierra el día de más gente en la calle porque “también tengo derecho”.



Dos aspectos asombran: el primero, que las demandas no se recubran con disimulos y se expongan sin vergüenza alguna. 



Y segundo, que el gobierno de Michoacán esté paralizado. 



En esos casos, la Constitución prevé la intervención de la Federación con una declaración formal de lo evidente: desaparecieron los poderes en Michoacán y se toman las medidas urgentes.



El primer punto, la falta de vergüenza ante demandas vergonzosas, hace pensar en lo que hemos hecho, hemos, muchos, al país, con atractiva retórica victimista.

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