Como veían/ que resistía…
Luis González de Alba
Fueron a tomar otros camiones. Es natural: si luego de una larga
semana la autoridad no enfrenta a quienes le secuestran cinco policías
estatales, según reporte del propio gobierno de Michoacán, y todavía hoy martes
seguían secuestrados; si roban treinta camiones repartidores y regalan sus
contenidos en las narices de quien funja como gobernador, secuestran autobuses
con todo y pasajeros… y no pasa nada, pues secuestran más camiones
el domingo pasado.
¿Quién está a cargo de secuestros, robos y regalo de mercancía
ajena en pleno centro de Morelia, junto al Palacio de Gobierno? La Organización
de Normales Oficiales del Estado de Michoacán.
¿Qué exige con el secuestro de policías y vehículos? Plazas
automáticas de maestros al terminar los “estudios”, apoyos económicos (la
escuela es gratuita) y eliminación de las evaluaciones previstas en la reforma
educativa recién aprobada.
En resumen: Que la escuela sea gratuita (ya lo es) y me
mantengan durante los años que, a mi ritmo, tarde en concluir los estudios
(aceptable por calificaciones); que me entreguen una plaza de maestro con el
título, sin presentar examen de oposición (como los exigidos por las
universidades) y sin estar sometido a evaluaciones periódicos para conservar la
plaza.
Como diría Clavillazo: ¡Pura vida… nomás! O los
geniales Polivoces: Hijazos de mi vidaza… Vida asegurada con inscribirse
(sin examen previo) y de ahí hasta el funeral todo-incluido y la pensión a la o
las viudas.
Yo
también quisiera que MILENIO me pagara tres artículos semanales, los
escriba o no, los garrapatee o los fundamente con lecturas, los escriba con
sintaxis comprensible y ortografía normal o me deban reescribir mis “ola ke
ase”. Digo, tengo derecho, ¿o yo no?, como el tendero
madrileño descrito el domingo por Arturo Pérez-Reverte: muy preocupado por su
próxima vejez y la baja de sus ventas, pero cierra el día de más gente en la
calle porque “también tengo derecho”.
Dos aspectos asombran: el primero, que las demandas no se
recubran con disimulos y se expongan sin vergüenza alguna.
Y segundo, que el gobierno de Michoacán esté paralizado.
En esos casos, la Constitución prevé la intervención de la
Federación con una declaración formal de lo evidente: desaparecieron los
poderes en Michoacán y se toman las medidas urgentes.
El primer punto, la falta de vergüenza ante demandas
vergonzosas, hace pensar en lo que hemos hecho, hemos, muchos, al país, con
atractiva retórica victimista.
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