Correa comienza su tercer mandato, que asegura que será el último

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El mandatario ecuatoriano pretende regular los medios privados y convertir la comunicación en una «función del Estado»

efe

El presidente de Ecuador, Rafael Correa, recibe la credencial para ejercer su nuevo mandato, el pasado 9 de abril

El presidente de Ecuador, Rafael Correa, toma posesión de su cargo este viernes e inaugurará su tercer mandato consecutivo con el mayor apoyo desde 2006. Con una mayoría arrolladora en la Asamblea Nacional (100 asambleístas de 137 que forman la Cámara), Correa será investido para un mandato de cuatro años más, tras los cuales se retirará definitivamente del cargo, como ha reconocido públicamente y ratificó a ABC en una entrevista el pasado febrero, después de ganar las elecciones.

Correa venció en los últimos comicios con el 57% de los votos, seguido de lejos por el exbanquero Guillermo Lasso, que obtuvo el 22%.

Con un crecimiento económico del 4%, quiere erradicar la pobreza

Según la consultora mexicana Mitofsky, en un informe del pasado abril, Rafael Correa es el líder americano más popular, con un 90% de aprobación a su gestión. Acompañado de un crecimiento económico de más del 4%, los retos principales que el presidente ecuatoriano y su movimiento, Alianza País, han definido para esta legislatura se centran en la erradicación total de la pobreza, la ejecución de grandes obras públicas y el combate a la inseguridad, el principal problema que aqueja al país, según las encuestas.

Otra asignatura pendiente, a la que apuntan sobre todo los empresarios, es romper la dependencia del petróleo como principal motor de la economía del país y concretar acuerdos comerciales con la Unión Europea y Estados Unidos.

Otros proyectos importantes que se ejecutarán en este mandato serán leyes como la de Comunicación, que pretende regular los medios privados y convertir la comunicación en una «función del Estado», como ha dicho el propio Correa.

Libertad de expresión cuestionada

Desde que ascendió al poder, el mandatario ha lidiado su batalla personal contra la prensa independiente, que ha terminado en sentencias millonarias contra medios y periodistas. Aunque no se llegaron a aplicar, organismos internacionales como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos o Human Rights Watch han mostrado su preocupación por la libertad de expresión en el país.