¿Qué tienen en común el episodio
de la hija del Procurador Federal del Consumidor, Humberto Benítez
Treviño; el presunto desvío de recursos de Sedesol en Veracruz; la falta
de transparencia en la declaración patrimonial de Enrique Peña Nieto y
su esposa Angélica Rivera; la beca fantasma que le permite a Humberto
Moreira, ex presidente del PRI, vivir como un duque en España; la
entrega del primer contrato de Pemex a una empresa defraudadora; el
espaldarazo a Rosario Robles, a Javier Duarte, a Carlos Romero Deschamps
y a los líderes del SNTE?
Muy sencillo: que nos dan noticias del PRI de siempre: el de la
prepotencia y el nepotismo; el del desvío de fondos públicos, el oscuro,
el poco transparente; el reacio a la rendición de cuentas. Un mismo PRI
corrupto e impunemente mafioso. De eso hablan todos estos y otros
episodios recientes.
No creo que el PRI no sepa que esa es su fama.
Ahora confirme esta información a Washington, y dele una más: que ese
mismo PRI, que en menos de cinco meses se ha mostrado como el de toda la
vida –corrupto, prepotente, falto de transparencia, impune– se dedicará
a combatir la violencia y abandonará el combate a los
narcotraficantes... sin pactar con ellos.
Que se los crea su abuela, diría un dicho.
Puede que sea real que el Presidente Peña Nieto ha decidido dedicar su
esfuerzo a frenar la violencia. En realidad, los mexicanos estamos hasta
la madre de no poder siquiera tomar nuestro auto y cruzar las
carreteras de nuestro hermoso país. Pero eso no le quitará de la cabeza a
los estadounidenses (ni a los mexicanos, por supuestísimo) la sospecha
de que ese mismo PRI corrupto y corruptor ahora planea negociar con los
capos el regreso de la paz.
En cinco meses, el Gobierno de Peña Nieto se ha esforzado realmente en
comunicar que es el mismo corrupto de siempre. La impunidad de Benítez
Treviño, de su hija, de Rosario Robles y de Javier Duarte; la falta de
transparencia en la declaración patrimonial del Presidente o la beca de
Moreira; la cercanía con el SNTE, con Romero Deschamps y la llegada de
operadores priistas disfrazados de delegados federales a todos los
estados con elecciones nos habla de un PRI oscuro, lleno de perros
malolientes y delincuentes sin castigo. El mismo PRI de siempre.
Ese PRI que recordamos en los rostros de Arturo "El Negro" Durazo, de
Arturo Montiel o de Carlos Salinas de Gortari, es el que ahora dice que
se dedicará a regresar la paz sin negociar con los capos.
Ajá, sí, cómo no.
Yo sospecho. Tú sospechas. Y los gringos, que se la viven sospechando,
sospechan ahora más. Lo que digo es que no sé si el Gobierno de Peña
Nieto consideró que todos íbamos a sospechar.
¿Mi pronóstico? Que en los siguientes meses, todos esos agentes de
Estados Unidos que operaron la guerra de Felipe Calderón y que ahora han
sido sacados de la jugada empezarán a filtrar información sobre las
operaciones del Gobierno del PRI en el campo de batalla.
Que, como en cinco meses el Gobierno de Peña Nieto no ha hecho sino
gritar a todos los vientos que sigue siendo corrupto, prepotente, falto
de transparencia e impune, despertará más sospechas y confirmará
cualquier información que salga en New York Times, Washington Post, Wall
Street Journal, Time y en otros medios que sirven de mensajeros de lo
que se está pensando en Washington.
Que pasaremos de ser un "Estado fallido" con Felipe Calderón, a un "Narco-Estado" con Enrique Peña Nieto.
No digo que así sea –aunque yo, tú, él, nosotros y vosotros desconfiáis–: digo que esa será la percepción. Ya lo verán.
"No te preocupes, Rosario", dijo Peña Nieto.
Bueno, sí, ella que no se preocupe. Que hagan lo que quieran, pues.
Pero yo creo que sí hay muchas razones para empezar a preocuparnos los demás.
Y debería también preocuparse el Gobierno de la República, porque cuando
apuntalaba a la señora Secretaria de Desarrollo Social; cuando
apuntalaba a Romero Deschamps; cuando apuntalaba a Javier Duarte
confirmaba, al mismo tiempo, todas nuestras sospechas.
Entonces que no se queje si no le creemos que no negociará con el narco.
Que no se queje cuando empiecen los periodicazos en el extranjero.
Porque llegarán, sin duda.
Ya lo verán.
|
No hay comentarios.:
Publicar un comentario