21 mayo, 2013

Divide y vencerás: el PRI lo vuelve a hacer



Divide y vencerás: el PRI lo vuelve a hacer 

Por: Redacción

Es verdad que el Partido Acción Nacional (PAN) se dividió desde hace años. Incluso desde que Felipe Calderón Hinojosa era Presidente de la República y, además, se dio todo el tiempo del mundo para mover los hilos al interior de su partido y provocar un desgaste que, a la larga, terminó por fracturarlo. 

Pero la agudización del enfrentamiento entre los maderistas y calderonistas, reflejado en el choque entre el presidente nacional del PAN, Gustavo Madero Muñoz, y el Senador Ernesto Cordero Arroyo, muestra también que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el gobierno federal, emanado de este instituto político, han operado con base en una añeja consigna, atribuida al emperador romano Julio César: “Divide y vencerás”. 
 
Si Acción Nacional ya estaba fracturado, el tricolor y el gobierno de Enrique Peña Nieto le han dado otro golpe contundente, de acuerdo con analistas y los propios albiazules que no ven cercana la crisis en la que entró su partido tras las elecciones de julio de 2012. 

Para muchos de ellos, el acercamiento del blanquiazul con el Presidente, en el marco por el Pacto por México, terminó por desencadenar y hacer pública una pugna que se originó hace años y que está lejos de terminar. 

Las diferencias entre Madero Muñoz y Cordero Arroyo se remontan a 2011, cuando el actual Senador admitió el 26 de mayo sus intenciones de lanzarse como precandidato a la Presidencia de México, aún siendo Secretario de Hacienda y Crédito Público del gobierno de Calderón Hinojosa. 

En su destape, Cordero leyó un pronunciamiento titulado “Unidos con Ernesto”, firmado por 134 panistas encabezados por los gobernadores de Baja California Sur, Marcos Covarrubias; de Puebla, Rafael Moreno Valle; de Baja California, José Guadalupe Osuna, y de Sonora, Guillermo Padrés Elías, así como Carlos Mouriño Terrazo, miembro activo del panismo en Campeche; el ex dirigente nacional del PAN, César Nava Vázquez, además de Maximiliano Cortázar Lara, todos ellos ligados con Felipe Calderón. 

Gustavo Madero calificó como “madruguete” el destape anticipado de Cordero y lo invitó a respetar los tiempos del partido. Pero no fue así. Con el aval de Calderón, Ernesto Cordero se convirtió en la opción favorita de Los Pinos. 

Mientras que Madero y su grupo apoyaron a Josefina Vázquez Mota, quien al final sería la vencedora de las internas del PAN, debido al rechazo de la mayoría de los blanquiazules a los “dedazos” previos del panista michoacano y a su intención de imponer al ex titular de la SHCP su “gallo”. 

Ya bajo el gobierno de Enrique Peña Nieto, los calderonistas la emprendieron contra el líder albiazul por haber firmado el Pacto por México. Ahora, incluso, lo acusan de operar a favor del gobierno del mexiquense. En este contexto, el único que gana es el PRI. 

En esta revuelta, por ejemplo, se ha limpiado el camino para las elecciones del próximo 7 de julio, pues si con las alianzas y las denuncias contra los tricolores que usan y abusan de los recursos públicos para lograr votos a su favor es difícil, ahora con un PAN enfrentado en su propia casa, debilitado por los ataques de unos contra otros, poco será lo que la oposición pueda hacer contra la afinada maquinaria priista. 

Las cosas no pudieron salir mejor para los del Revolucionario Institucional. 

Indisponer a unos contra otros en un partido ya de por sí débil reforzará al PRI en todos los rincones del país, algo lamentable para la democracia mexicana pues, si ya las opciones de los partidos opositores son pocas, ahora los tricolores tienen toda la presa a su merced.

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