Divide y vencerás: el
PRI lo vuelve a hacer
Por: Redacción
Es verdad que el
Partido Acción Nacional (PAN) se dividió desde hace años. Incluso desde que
Felipe Calderón Hinojosa era Presidente de la República y, además, se dio todo
el tiempo del mundo para mover los hilos al interior de su partido y provocar
un desgaste que, a la larga, terminó por fracturarlo.
Pero la agudización
del enfrentamiento entre los maderistas y calderonistas, reflejado en el choque
entre el presidente nacional del PAN, Gustavo Madero Muñoz, y el Senador
Ernesto Cordero Arroyo, muestra también que el Partido Revolucionario
Institucional (PRI) y el gobierno federal, emanado de este instituto político,
han operado con base en una añeja consigna, atribuida al emperador romano Julio
César: “Divide y vencerás”.
Si Acción Nacional ya
estaba fracturado, el tricolor y el gobierno de Enrique Peña Nieto le han dado
otro golpe contundente, de acuerdo con analistas y los propios albiazules que
no ven cercana la crisis en la que entró su partido tras las elecciones de
julio de 2012.
Para muchos de ellos,
el acercamiento del blanquiazul con el Presidente, en el marco por el Pacto por
México, terminó por desencadenar y hacer pública una pugna que se originó hace
años y que está lejos de terminar.
Las diferencias entre
Madero Muñoz y Cordero Arroyo se remontan a 2011, cuando el actual Senador admitió
el 26 de mayo sus intenciones de lanzarse como precandidato a la Presidencia de
México, aún siendo Secretario de Hacienda y Crédito Público del gobierno de
Calderón Hinojosa.
En su destape, Cordero
leyó un pronunciamiento titulado “Unidos con Ernesto”, firmado por 134 panistas
encabezados por los gobernadores de Baja California Sur, Marcos Covarrubias; de
Puebla, Rafael Moreno Valle; de Baja California, José Guadalupe Osuna, y de
Sonora, Guillermo Padrés Elías, así como Carlos Mouriño Terrazo, miembro activo
del panismo en Campeche; el ex dirigente nacional del PAN, César Nava Vázquez,
además de Maximiliano Cortázar Lara, todos ellos ligados con Felipe
Calderón.
Gustavo Madero calificó como “madruguete” el destape
anticipado de Cordero y lo invitó a
respetar los tiempos del partido. Pero no fue así. Con el aval de Calderón,
Ernesto Cordero se convirtió en la opción favorita de Los Pinos.
Mientras que Madero y
su grupo apoyaron a Josefina Vázquez Mota, quien al final sería la vencedora de
las internas del PAN, debido al rechazo de la mayoría de los blanquiazules a
los “dedazos” previos del
panista michoacano y a su intención de
imponer al ex titular de la SHCP su “gallo”.
Ya bajo el gobierno de
Enrique Peña Nieto, los calderonistas la emprendieron contra el líder albiazul
por haber firmado el Pacto por México. Ahora, incluso, lo acusan de operar a
favor del gobierno del mexiquense. En este contexto, el único que gana es el PRI.
En esta revuelta, por
ejemplo, se ha limpiado el camino para las elecciones del próximo 7 de julio,
pues si con las alianzas y las denuncias contra los tricolores que usan y
abusan de los recursos públicos para lograr votos a su favor es difícil, ahora con un PAN enfrentado en su propia casa, debilitado por los ataques de unos contra
otros, poco será lo que la oposición pueda hacer contra la afinada maquinaria
priista.
Las cosas no pudieron
salir mejor para los del Revolucionario Institucional.
Indisponer a unos contra otros en un partido ya de por sí débil
reforzará al PRI en todos los rincones del país, algo lamentable para la democracia mexicana pues, si ya las opciones de los partidos
opositores son pocas, ahora los tricolores tienen toda la presa a su merced.
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