por Alex Nowrasteh
Alex Nowrasteh es analista de políticas de inmigración del Centro para la Libertad y la Prosperidad Global del Cato Institute.
Un proyecto de reforma migratoria está en camino
hacia al pleno del senado luego de atravesar el Comité Judicial. El
trabajo del comité fue casi totalmente diseñado para que la propuesta de
reforma sea más agradable para los conservadores —expandiendo un programa de identificación nacional y destinando más fondos a la “seguridad fronteriza”, particularmente— y conseguir así los 60 votos requeridos en el senado.
En pocas palabras, lo que fue necesario para mejorar las
posibilidades políticas del proyecto de reforma perjudicó su sustancia.
El mayor defecto en el proyecto es “E-Verify”, un
sistema nacional de verificación electrónica que contrasta la
información de identidad de quienes solicitan un trabajo con las bases
de datos del Estado. E-Verify en teoría se supone que debe mantener a
los inmigrantes ilegales fuera del mercado laboral.
Pero en realidad, no solo fracasará en mantener a las personas fuera,
sino que dificultará la creación de empleos con nuevas y costosas
regulaciones.
Las tasas de error reportadas por las auditorías del Estado y privadas de E-Verify son extraordinariamente altas
(en inglés). E-Verify equivocadamente aprueba a una mayoría de los
solicitantes que son inmigrantes ilegales y, peor aún, identifica de
manera errónea a alrededor del 1 % de los solicitantes estadounidenses
considerándolos ilegales. Eso abre las puertas a otra odisea legal para
los muchos estadounidenses que no deberían tener que pedirle permiso al
gobierno federal para trabajar. El Comité Judicial si aprobó una
enmienda que reduciría el castigo por no utilizar E-Verify, pero este
permaneció en gran medida intacto.
El dinero adicional asignado en el proyecto para la seguridad
fronteriza es casi todo un desperdicio. La historia reciente muestra de
manera decisiva que la seguridad en la frontera por sí sola no resolverá
la inmigración no autorizada.
La amnistía migratoria de Ronald Reagan en 1986 dramáticamente
aumentó la seguridad fronteriza y esta solamente ha aumentado durante la
actual administración. No funcionó; desde 1986 11,5 millones (en inglés) de inmigrantes no autorizados netos están viviendo en EE.UU.
La administración Obama vigorosamente procesa las violaciones de inmigración, deportando
(en inglés) aproximadamente 400.000 inmigrantes ilegales al año —un
aumento de 31 por ciento en comparación con los años de la
administración Bush. Y aún así, la población de inmigrantes ilegales ha
aumentado en alrededor de 700.000 personas desde 2009.
Toda la seguridad del mundo no puede separar a los trabajadores
inmigrantes con determinación de llegar a donde están las oportunidades
económicas. Por esta razón el comité debería haber dedicado más tiempo a
mejorar el programa de visa para trabajadores temporales.
Un programa importante y flexible de trabajadores temporales es la
única manera de hacer que la seguridad fronteriza sea más efectiva
—canalizando a los inmigrantes hacia el mercado legal.
Desafortunadamente, el comité no hizo mucho para mejorar las visas para trabajadores temporales de baja calificación. La visa W,
como se la conoce, empieza en la miserablemente pequeña cantidad de
20.000 al año. Para poner esto en perspectiva, 650.000 inmigrantes no
autorizados ingresaron exitosamente a EE.UU. cada año entre
2005 y 2007, la mayoría para trabajar en el sector inmobiliario que
estaba experimentando una bonanza. Durante cinco años, si una agencia
estatal nueva del gobierno dice que la economía necesita a los
trabajadores, se podría permitir el ingreso de hasta 200.000
trabajadores temporales al año para el trabajo no agrícola de poca
calificación. Esto todavía no es suficiente. El comité si mejoró el
proceso burocrático pero no aumentó las cuotas.
De hecho, una enmienda agregada al proyecto en efecto hace que un
programa de trabajadores temporales sea más importante para la reforma
migratoria. En virtud de la versión recientemente aprobada por el
comité, para legalizar a los inmigrantes ilegales que ya se encuentran
aquí, 90 por ciento de todos los que cruzan la frontera deben ser
detenidos. Hoy, solamente alrededor de la mitad de ellos son detenidos.
Una captura de 90 por ciento solamente se puede lograr si un programa de
visas para trabajadores temporales le da el incentivo a la mayoría de
los potenciales inmigrantes ilegales para que crucen la frontera
legalmente.
Para legalizar a los inmigrantes ilegales que ya están aquí y lograr
una detención de 90 por ciento, las cuotas de la visa W deben
incrementarse dramáticamente. Si eso no pasa, los inmigrantes ilegales
que están aquí no serán legalizados. Los partidarios tradicionales de la
legalización, como los sindicatos, también se opondrán a los
trabajadores temporales y necesitan confrontar esta contradicción.
No hay duda de que el proyecto de reforma migratoria está en una
posición más sólida ahora que antes de haber ingresado al comité.
Desafortunadamente obtuvo su fortaleza gastando dinero innecesariamente
en la ejecución de la ley y evitando los intentos de expandir el
esencial programa de visas W para trabajadores temporales.
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