El calderonismo está
pasado de moda… los militantes panistas quieren perfiles más vitales:María
Teresa Gómez Mont
Por: Marco Antonio
Martínez -
Desde que Felipe
Calderón Hinojosa se convirtió en el secretario general del Partido Acción
Nacional (PAN), entre 1993 y 1996, había mandado en la fuerza política,
considera la autora del libro Manuel Gómez Morín, María Teresa Gómez
Mont.
La también ex Diputada
federal menciona que sólo hasta que el PAN perdió la Presidencia –el año
pasado–, Calderón y su corriente conformada por amigos y colaboradores,
conocida como “calderonismo”, comenzó a perder fuerza. “Calderón manda en
el PAN desde que era secretario general con (Carlos) Castillo Peraza.
Está acostumbrado a
mandar y ha mandado con todos (los presidentes del partido).
Esta es la primera vez
en que se le está tratando de marginársele. Porque antes él entraba, mandaba,
daba órdenes. Felipe Calderón fue secretario general y desde ahí empieza a
mandar”, explica Gomez Mont.
Buscaba ordenar qué
hacer y lo hacía también con sus seguidores, agrega. Calderón Hinojosa, quien
fue presidente del partido, coordinador parlamentario de los diputados panistas
en la LVIII Legislatura e integrante del gabinete de Vicente Fox Quesada, alcanzó
la Presidencia de la República en 2006.
Pero su momento ya pasó y el partido busca perfiles distintos a lo
que representa el “calderonismo”, dice la también ex Diputada federal
precisamente en la LVIII Legislatura, donde coincidió con Felipe Calderón.
“Lo que sí puedo decir
es que el calderonismo ya está pasado de moda porque ya fue por mucho tiempo.
Los panistas ahora están buscando perfiles más vitales, menos contaminados, sin odios, que sean
constructivos, que se le permita a
todos y cada uno ser mejores para que el partido sea mejor y el mejor de los
instrumentos para que México sea mejor, pero tenemos que hacerlo a partir de
bases sanas.
Por eso digo que el
calderonismo ya pasó de moda, ya se necesitan nuevos perfiles, yo esperaría más
de los jóvenes, Calderón fue un joven muy prometedor en su momento pero ya es una moneda muy gastada y además
contaminada de muchos rencores y odios”.
Panista desde 1963,
Gómez Mont ha visto otras crisis panistas, como la actualmente vivida por el
enfrentamiento entre el ex coordinador de la bancada panista en el Senado,
Ernesto Cordero Arroyo y el presidente del PAN, Gustavo Madero Muñoz.
Una crisis de cúpulas, más que de bases de militantes del PAN, de los grupos que salen y se sienten
marginados por los que llegan y buscan tomar el control, considera.
“Siempre hay un grupo
que quiere seguir mandando y otro que le dice hasta aquí llegaste’”,
dice.
LAS CRISIS Gómez Mont
recuerda algunas de las crisis panistas. Una similar fue la ocurrida en 1975
cuando el hijo de uno de los fundadores del partido, Efraín González Luna,
renunció a la presidencia del partido, producto de una disputa por la
candidatura presidencial, que derivó que en 1976 el PAN no participara en la
elección presidencial.
Fue un periodo de
crisis para el partido que derivó en la renuncia al partido el 10 de marzo de
1979 de Efraín González Morfin y del ex secretario general, Raúl González
Schmal, lo que generó una gran conmoción dentro de Acción Nacional.
Otra crisis fue la
generada por la renuncia de los integrantes del Foro Doctrinario, en 1992,
entre quienes estaba Pablo Emilio Madero, tío del actual dirigente del PAN,
además de Bernardo Bátiz y Jesús González Schmal, entre otros.
Cuestionaban la
dirigencia de Luis H. Alvárez y su colaboracionismo con el gobierno priista de
Carlos Salinas de Gortari.
Otro suceso que
impactó al PAN fue la renuncia de la vida política en 1998 de Carlos Castillo
Peraza, ex presidente del partido y ex candidato a la Jefatura de Gobierno del
Distrito Federal (GDF) y también ex mentor de Calderón.
Más recientemente,
debido a los enfrentamientos sostenidos entre Calderón con el ex dirigente del
PAN, Manuel Espino, este terminó expulsado del partido en 2011. Se trataba del
mismo dirigente con el que Calderón Hinojosa alcanzó la Presidencia.
CALDERÓN PROTAGONISTA
–Carlos Castillo Peraza se va cuando Felipe Calderón era secretario general,
¿por qué? –Porque no lo tomaban en cuenta. Él lo que hace es que renunció
solito, no se lleva una bola de gente ni mucho menos.
–¿Muchos de los
colaboradores de Calderón estuvieron con Carlos Castillo Peraza? –Y después con
Luis Felipe Bravo. Él fue muy prudente y (Calderón) siguió mandando.
La bronca con Manuel
Espino es que él quería ser más independiente, sí obedecía sus órdenes pero
después ya no, cuando se quiso lanzar como candidato (a la Organización
Demócrata Cristiana de América) no fue con la bendición de Felipe Calderón. Ahí
en el Consejo fueron venciendo a los calderonistas y el odio de Felipe Calderón
contra Espino creció. Porque Felipe odia.
–¿Dicen que es muy
rencoroso? –A mí no me lo cuentan, yo lo viví. En la Cámara de Diputados (donde
ambos coincidieron en la LVIII Legislatura) sí le pedí disculpas, pero le dije
“te quiero pedir disculpas por algo que hice en el pasado”, y se acordaba perfectamente.
–¿Pero nunca lo
perdonó? –Nunca, aunque a estas alturas de la vida me da lo mismo.
–En el caso de Espino,
Gómez Mont considera que Calderón hizo todo lo posible para propiciar la salida
del ex presidente del PAN.
–Lo odiaba porque se
le ponía enfrente y resultaba ser un obstáculo para él.
–¿Cómo se apropió
Calderón de algunas decisiones? ¿Daba puestos en el gobierno federal a los
consejeros nacionales?
–Cuando fue Presidente
de la República no nada más a los consejeros, a la gente afín que siempre
estuvo a su beneplácito. La gente que no le había manifestado apoyo estaba
vetada, ¿qué pasó? Que el Gobierno Federal se perdió de vocación panista de
gente que por no ser de agrado de Calderón era vetada y bloqueada para las
candidaturas, cosa que no sucedió con Fox.
Gómez Mont descarta
que se pueda afirmar que el calderonismo esté en su ocaso. Aún conserva
lealtades, pero estas pueden cambiar porque ahora Calderón ya no les puede
ofrecer lo que antes les ofrecía, lo que puede empujar a sus ex colaboradores a
buscar puestos con quien se los ofrezca.
Porque lo que muestra
una crisis como la ocurrida entre Madero y Cordero es que en los órganos de
dirección lo que está en disputa es “la zanahoria”.
Hoy esas personas
están buscando otras protecciones, otros compadrazgos, otras benevolencias y
aparentemente el calderonismo es más fuerte que el maderismo, pero lo que
Madero representa es un espacio de reconciliación con el panismo, porque los
que no estaban con Calderón se han sentido muy lastimados con las malas maneras
que les han hecho sentir mal, cuando el PAN debería ser la casa de todos y donde mejor deberían sentirse los panistas.
–¿Siempre fue así
Calderón?
–Como todos los
personajes, Felipe Calderón es un hombre muy inteligente, pero él es su peor enemigo porque su temperamento
personal lo limita, cuando con la
inteligencia que tiene pudo haber hecho mucho más.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario