26 mayo, 2013

El calderonismo está pasado de moda… los militantes panistas quieren perfiles más vitales:María Teresa Gómez Mont



El calderonismo está pasado de moda… los militantes panistas quieren perfiles más vitales:María Teresa Gómez Mont 

Por: Marco Antonio Martínez - 

Desde que Felipe Calderón Hinojosa se convirtió en el secretario general del Partido Acción Nacional (PAN), entre 1993 y 1996, había mandado en la fuerza política, considera la autora del libro Manuel Gómez Morín, María Teresa Gómez Mont. 

La también ex Diputada federal menciona que sólo hasta que el PAN perdió la Presidencia –el año pasado–, Calderón y su corriente conformada por amigos y colaboradores, conocida como “calderonismo”,  comenzó a perder fuerza. “Calderón manda en el PAN desde que era secretario general con (Carlos) Castillo Peraza. 


Está acostumbrado a mandar y ha mandado con todos (los presidentes del partido). 

Esta es la primera vez en que se le está tratando de marginársele. Porque antes él entraba, mandaba, daba órdenes. Felipe Calderón fue secretario general y desde ahí empieza a mandar”, explica Gomez Mont. 

Buscaba ordenar qué hacer y lo hacía también con sus seguidores, agrega. Calderón Hinojosa, quien fue presidente del partido, coordinador parlamentario de los diputados panistas en la LVIII Legislatura e integrante del gabinete de Vicente Fox Quesada, alcanzó la Presidencia de la República en 2006. 

Pero su momento ya pasó y el partido busca perfiles distintos a lo que representa el “calderonismo”, dice la también ex Diputada federal precisamente en la LVIII Legislatura, donde coincidió con Felipe Calderón. 

“Lo que sí puedo decir es que el calderonismo ya está pasado de moda porque ya fue por mucho tiempo. Los panistas ahora están buscando perfiles más vitales, menos contaminados, sin odios, que sean constructivos, que se le permita a todos y cada uno ser mejores para que el partido sea mejor y el mejor de los instrumentos para que México sea mejor, pero tenemos que hacerlo a partir de bases sanas. 

Por eso digo que el calderonismo ya pasó de moda, ya se necesitan nuevos perfiles, yo esperaría más de los jóvenes, Calderón fue un joven muy prometedor en su momento pero ya es una moneda muy gastada y además contaminada de muchos rencores y odios”. 

Panista desde 1963, Gómez Mont ha visto otras crisis panistas, como la actualmente vivida por el enfrentamiento entre el ex coordinador de la bancada panista en el Senado, Ernesto Cordero Arroyo y el presidente del PAN, Gustavo Madero Muñoz. 

Una crisis de cúpulas, más que de bases de militantes del PAN, de los grupos que salen y se sienten marginados por los que llegan y buscan tomar el control, considera. 

“Siempre hay un grupo que quiere seguir mandando y otro que le dice hasta aquí llegaste’”, dice. 

LAS CRISIS Gómez Mont recuerda algunas de las crisis panistas. Una similar fue la ocurrida en 1975 cuando el hijo de uno de los fundadores del partido, Efraín González Luna, renunció a la presidencia del partido, producto de una disputa por la candidatura presidencial, que derivó que en 1976 el PAN no participara en la elección presidencial. 

Fue un periodo de crisis para el partido que derivó en la renuncia al partido el 10 de marzo de 1979 de Efraín González Morfin y del ex secretario general, Raúl González Schmal, lo que generó una gran conmoción dentro de Acción Nacional. 

Otra crisis fue la generada por la renuncia de los integrantes del Foro Doctrinario, en 1992, entre quienes estaba Pablo Emilio Madero, tío del actual dirigente del PAN, además de Bernardo Bátiz y Jesús González Schmal, entre otros. 

Cuestionaban la dirigencia de Luis H. Alvárez y su colaboracionismo con el gobierno priista de Carlos Salinas de Gortari. 

Otro suceso que impactó al PAN fue la renuncia de la vida política en 1998 de Carlos Castillo Peraza, ex presidente del partido y ex candidato a la Jefatura de Gobierno del Distrito Federal (GDF) y también ex mentor de Calderón. 

Más recientemente, debido a los enfrentamientos sostenidos entre Calderón con el ex dirigente del PAN, Manuel Espino, este terminó expulsado del partido en 2011. Se trataba del mismo dirigente con el que Calderón Hinojosa alcanzó la Presidencia. 

CALDERÓN PROTAGONISTA –Carlos Castillo Peraza se va cuando Felipe Calderón era secretario general, ¿por qué? –Porque no lo tomaban en cuenta. Él lo que hace es que renunció solito, no se lleva una bola de gente ni mucho menos. 

–¿Muchos de los colaboradores de Calderón estuvieron con Carlos Castillo Peraza? –Y después con Luis Felipe Bravo. Él fue muy prudente y (Calderón) siguió mandando. 

La bronca con Manuel Espino es que él quería ser más independiente, sí obedecía sus órdenes pero después ya no, cuando se quiso lanzar como candidato (a la Organización Demócrata Cristiana de América) no fue con la bendición de Felipe Calderón. Ahí en el Consejo fueron venciendo a los calderonistas y el odio de Felipe Calderón contra Espino creció. Porque Felipe odia. 

–¿Dicen que es muy rencoroso? –A mí no me lo cuentan, yo lo viví. En la Cámara de Diputados (donde ambos coincidieron en la LVIII Legislatura) sí le pedí disculpas, pero le dije “te quiero pedir disculpas por algo que hice en el pasado”, y se acordaba perfectamente. 

–¿Pero nunca lo perdonó? –Nunca, aunque a estas alturas de la vida me da lo mismo. 

–En el caso de Espino, Gómez Mont considera que Calderón hizo todo lo posible para propiciar la salida del ex presidente del PAN. 

–Lo odiaba porque se le ponía enfrente y resultaba ser un obstáculo para él. 

–¿Cómo se apropió Calderón de algunas decisiones? ¿Daba puestos en el gobierno federal a los consejeros nacionales? 

–Cuando fue Presidente de la República no nada más a los consejeros, a la gente afín que siempre estuvo a su beneplácito. La gente que no le había manifestado apoyo estaba vetada, ¿qué pasó? Que el Gobierno Federal se perdió de vocación panista de gente que por no ser de agrado de Calderón era vetada y bloqueada para las candidaturas, cosa que no sucedió con Fox. 

Gómez Mont descarta que se pueda afirmar que el calderonismo esté en su ocaso. Aún conserva lealtades, pero estas pueden cambiar porque ahora Calderón ya no les puede ofrecer lo que antes les ofrecía, lo que puede empujar a sus ex colaboradores a buscar puestos con quien se los ofrezca. 

Porque lo que muestra una crisis como la ocurrida entre Madero y Cordero es que en los órganos de dirección lo que está en disputa es “la zanahoria”. 

Hoy esas personas están buscando otras protecciones, otros compadrazgos, otras benevolencias y aparentemente el calderonismo es más fuerte que el maderismo, pero lo que Madero representa es un espacio de reconciliación con el panismo, porque los que no estaban con Calderón se han sentido muy lastimados con las malas maneras que les han hecho sentir mal, cuando el PAN debería ser la casa de todos y donde mejor deberían sentirse los panistas. 

–¿Siempre fue así Calderón? 

–Como todos los personajes, Felipe Calderón es un hombre muy inteligente, pero él es su peor enemigo porque su temperamento personal lo limita, cuando con la inteligencia que tiene pudo haber hecho mucho más.

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