El exito de la revolución de Islandia (o mejor no rescates a los bancos)
En la más álgida crisis financiera, Islandia escogió no rescatar
a la banca con el dinero de los contribuyentes y de depner a su
gobierno, después de un duro periódo Islandia hoy está por crecer de
manera orgánica un 3%
No
hay duda que la ola de interés que generan los levantamientos masivos
en países árabes, como Egipto, Túnez, Libia y otros más obedece a un
genuino hecho histórico, sin embargo, al norte, en una pequeña isla
tenemos un ejemplo de una revolución silenciada que ha sido exitosa y ha
entregado el poder a los ciudadanos. Algo que difícilmente veremos en las protestas y cambios de régimen de estos países.
La situación en octubre de 2008 de
Islandia era de auténtico pánico financiero, los activos de los bancos
se habían disparado a 209 mil millones de dólares hasta ser 11 veces el
PIB del país. Pero el gobierno, en vez de inyectarles miles de millones
decidió que suspendieran pagos.
“Islandia hizo lo correcto asegurando
que su sistema de pagos continuará funcionando mientras que los
acreedores, no el contribuyente, asumió las pérdidas de los bancos”,
explicó a Bloomberg el premio Nobel de Economía profesor de Columbia Joseph Stiglitz. “Por el contrario, Irlanda ha hecho todas las cosas mal. Es probablemente el peor modelo”.
A diferencia de Estados Unidos o
Irlanda, Islandia no cobijo a su elite político financiera, en cambio
hizo dimitir al gobierno por completo, se nacionalizaron los principales
bancos, se decidió no pagar la deuda que estos han creado con Gran
Bretaña y Holanda a causa de su execrable política financiera y se acaba
de crear una asamblea popular en la que los ciudadanos propondrán la
nueva constitución.
Los islandeses pasaron tiempos
difíciles, pero sólo así pudieron inciar un verdadero cambio de las
estructuras tóxicas que presenta el moderno sistema financiero. En
noviembre de 2008 la corona islandesa ya había perdido un 58% de su
valor, la inflación se disparó hasta el 19% en enero de 2009 y ese mismo
año la economía se contrajo un 7%. El primer ministro, Geir Haarde fue
obligado a dimitir en enero de 2009 y ahora se enfrenta a los
tribunales.
Sin embargo, tras dos años de duro
ajuste que incluyeron la intervención del FMI, la economía islandesa,
que ya salió de la recesión en el tercer trimestre (creció un 1,2% tras
siete trimestres consecutivos de contracción), podría crecer un 3% este
año. El país planea volver a los mercados de capital e incluso emitir en
euros, algo que no hacía desde el año 2006, una muestra de la confianza
recuperada en la economía y las finanzas del pequeño país nórdico.
Se popría argumentar que Islandia es un
pequeño país de 300 mil habitantes -uno de los primeros en abrazar la
democracia- y que su situación política es menos compleja. Sin embargo,
también se puede argumentar que justamente Islandia es la prueba de que
cuando se logra deponer a la elite política corrupta, se logra un
gobierno autónomo, participativo y se toman decisiones inteligentes no
cooptadas por los intereses (puesto que todos sabemos que rescatar a los
bancos con dinero de los contribuyentes es permitir que persista el status quo
que desfalca al planeta) entonces es posible transformar radicalmente
la sociedad y obtener un crecimiento real (no fruto de una alquimia
estadística financiera). Entonces, aunque pueda ser que sea más fácil
hacer esto en Islandia que en un país más grande (y menos aislado por
así decirlo), el modelo de Islandia es el modelo a seguir, aunque
signifique un duro trance en el tránsito a liberarse del yugo del
sistema capitalista global.
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