05 mayo, 2013

El exito de la revolución de Islandia (o mejor no rescates a los bancos)

El exito de la revolución de Islandia (o mejor no rescates a los bancos)

En la más álgida crisis financiera, Islandia escogió no rescatar a la banca con el dinero de los contribuyentes y de depner a su gobierno, después de un duro periódo Islandia hoy está por crecer de manera orgánica un 3%
No hay duda que la ola de interés que generan los levantamientos masivos en países árabes, como Egipto, Túnez, Libia y otros más obedece a un genuino hecho histórico, sin embargo, al norte, en una pequeña isla tenemos un ejemplo de una revolución silenciada que ha sido exitosa y ha entregado el poder a los ciudadanos. Algo que difícilmente veremos en las protestas y cambios de régimen de estos países.

La situación en octubre de 2008 de Islandia era de auténtico pánico financiero, los activos de los bancos se habían disparado  a 209 mil millones de dólares hasta ser 11 veces el PIB del país. Pero el gobierno, en vez de inyectarles miles de millones decidió que suspendieran pagos.
“Islandia hizo lo correcto asegurando que su sistema de pagos continuará funcionando mientras que los acreedores, no el contribuyente, asumió las pérdidas de los bancos”, explicó a Bloomberg el premio Nobel de Economía profesor de Columbia Joseph Stiglitz. “Por el contrario, Irlanda ha hecho todas las cosas mal. Es probablemente el peor modelo”.
A diferencia de Estados Unidos o Irlanda, Islandia no cobijo a su elite político financiera, en cambio hizo dimitir al gobierno por completo, se nacionalizaron los principales bancos, se decidió no pagar la deuda que estos han creado con Gran Bretaña y Holanda a causa de su execrable política financiera y se acaba de crear una asamblea popular  en la que los ciudadanos propondrán la nueva constitución.
Los islandeses pasaron tiempos difíciles, pero sólo así pudieron inciar un verdadero cambio de las estructuras tóxicas que presenta el moderno sistema financiero. En noviembre de  2008  la corona islandesa ya había perdido un 58% de su valor, la inflación se disparó hasta el 19% en enero de 2009 y ese mismo año la economía se contrajo un 7%. El primer ministro, Geir Haarde fue obligado a dimitir en enero de 2009 y ahora se enfrenta a los tribunales.
Sin embargo, tras dos años de duro ajuste que incluyeron la intervención del FMI, la economía islandesa, que ya salió de la recesión en el tercer trimestre (creció un 1,2% tras siete trimestres consecutivos de contracción), podría crecer un 3% este año. El país planea volver a los mercados de capital e incluso emitir en euros, algo que no hacía desde el año 2006, una muestra de la confianza recuperada en la economía y las finanzas del pequeño país nórdico.
Se popría argumentar que Islandia es un pequeño país de 300 mil habitantes -uno de los primeros en abrazar la democracia- y que su situación política es menos compleja. Sin embargo, también se puede argumentar que justamente Islandia es la prueba de que cuando se logra deponer a la elite política corrupta, se logra un gobierno autónomo, participativo y se toman decisiones inteligentes no cooptadas por los intereses (puesto que todos sabemos que rescatar a los bancos con dinero de los contribuyentes es permitir que persista el status quo que desfalca al planeta) entonces es posible transformar radicalmente la sociedad y obtener un crecimiento real (no fruto de una alquimia estadística financiera). Entonces, aunque pueda ser que sea más fácil hacer esto en Islandia que en un país más grande (y menos aislado por así decirlo), el modelo de Islandia es el modelo a seguir, aunque signifique un duro trance en el tránsito a liberarse del yugo del sistema capitalista global.

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