El IRS quiere saber si Ud. es “patriota”

Dr. Matthew Spalding

En todo este gran país, los patriotas americanos se están comportando de manera subversiva.
Utilizamos citas de nuestras Constituciones de bolsillo, comenzamos grupos de lectura para debatir nuestros documentos fundacionales, incluso nos reunimos para “solicitar que el gobierno repare los agravios”.
Pero eso no le agrada al Tío Sam.
Como han podido comprobar de un modo exasperante los líderes de los grupos del “Tea Party”, el Servicio de Impuestos Internos (IRS) les ha prestado una atención “especial” a los grupos conservadores.


La Fundación Heritage hizo sonar la alarma acerca de la lista negra de la administración Obama hace cerca de un año. El empresario de Idaho Frank VanderSloot fue señalado por el IRS y el Departamento de Trabajo tras hacer una considerable donación a Mitt Romney. Pero, ¿quién ordenó esa investigación?
El IRS admite que en años recientes ha dirigido su atención hacia organizaciones que tienen los términos “tea party” o “patriota” en sus nombres. Es más, el Wall Street Journal informa de que el IRS también ha puesto en su punto de mira a grupos que expresan su “preocupación por el gasto público, la deuda o los impuestos e incluso a aquellos que cabildeaban para ‘hacer de Estados Unidos un lugar mejor para vivir’”. Fox News añade que la lista la completaban organizaciones interesadas en “educar sobre la Constitución y la Carta de Derechos”.
Claramente, el objetivo era reducir la cantidad de voces contrarias al gobierno al dificultar que estos grupos alcanzaran el estatus de exención de impuestos. Y funcionó. Simplemente vea estos ejemplos de cuatro estados distintos:

· ABC News informa de que Jennifer Stefano, de Pensilvania, quería iniciar un grupo de apoyo al “Tea Party”, pero tratar con el IRS “fue aterrador y por eso abandonamos. Cerré mi grupo”.

· El IRS ordenó a un grupo de Ohio que respondiera a 35 preguntas detalladas, además de “proporcionar un listado de todas sus actividades anteriores. Indicar el porcentaje de su tiempo dedicado a llevar a cabo sus actividades (el total de todas las actividades debería ser igual al 100%) y el porcentaje de sus fondos gastados para llevar a cabo dichas actividades (el total de todas las actividades debería ser igual al 100%)”.

· En Tenesí, Kevin Kookogey estuvo tratando de iniciar un grupo educativo llamado “Los ejes de la libertad” para enseñar los principios económicos de Milton Friedman y Adam Smith. Cuando en 2011 preguntó al IRS  acerca del retraso en la concesión del estatus de exención de impuestos, le dijeron: “Hemos estado esperando las instrucciones de nuestros superiores respecto a su organización y otras similares”. Todavía sigue esperando.

· En Virginia, el presidente del “Tea Party” de Richmond, Larry Nordvig, necesitó dos años y medio para conseguir el estatus de exención de impuestos. Nordvig comentó al Washington Post que la espera tuvo “un efecto realmente escalofriante” sobre el dinero que pudo recaudar su grupo y, por tanto, sobre la capacidad de expresar sus ideas.

¿Cuántos grupos están siendo investigados? Eso aún está por ver. El presidente Obama comentó ayer que las acciones del IRS eran “intolerables e inexcusables” y que “con independencia de cómo se permitió que tuviera lugar esta conducta, la conclusión es que es errónea”.
Nuestro gobierno federal fue diseñado para ser un árbitro neutral que protegiera nuestras libertades frente a la competencia de los intereses privados. En cambio, se ha transformado hasta convertirse en un grupo de intereses permanentes.
En cierto modo, es casi como si hubiésemos decepcionado a nuestro gobierno al cuestionarlo. Como bromeó Bertolt Brecht sobre la afortunadamente extinta Alemania Oriental:

El pueblo
Había perdido la confianza del gobierno
Y podía ganarla de nuevo solamente
Con esfuerzos redoblados.

Por tanto, este es el deber de todos los miembros del “Tea Party” y, de hecho, de todos los americanos “patriotas” de cualquier inclinación política: Redoblemos nuestros esfuerzos para limitar el gobierno y fomentar la libertad.
Puede que al hacerlo enfademos al Gran Hermano, pero protegeremos la libertad de todos los americanos.