21 mayo, 2013

El PAN: origen y desastre



El PAN: origen y desastre 



Sanjuana Martínez



Para entender la actual crisis del PAN hay que remontarse a sus orígenes y particularmente a la especial participación de cristeros, la Unión Nacional, la Unión Nacional Sinarquista, y su estrecha relación con la Iglesia Católica y la Falange Española de las JONS, en su fundación en 1939. 



Esta parte ideológica fundacional del Partido Acción Nacional y sus principios fue consignada en documentación desclasificada por la Marina de Estados Unidos en 1941. 



Son textos que hacen referencias claras a la vertiente doctrinaria del PAN con el fascismo, cercano al nacionalsocialismo fundado por Adolfo Hitler, algo que lamentablemente aún perdura en el PAN. 




Y para muestra un botón: los grupos de extrema derecha han creado agrupaciones clandestinas, como México Despierta, fundada por Juan Iván Peña Neder, coordinador de Asesores de Abraham González, Subsecretario de Gobernación durante el gobierno panista de Felipe Calderón. 



Hay que recordar que Peña Neder, denunciado por su ex esposa por violación, estaba acompañado en esta organización secreta filofascista por Carlos Villar Erives, ex funcionario en la Secretaría de la Función Pública, y Rafael Mendoza. 



Ellos, originarios de Chihuahua, fueron extendiendo sus adeptos en el Distrito Federal y Guadalajara, –en esta última ciudad con la ayuda de los famosos Tecos, considerados como una agrupación de corte nazi que ha operado desde la Universidad Autónoma de Guadalajara con ilustres panistas simpatizantes como Francisco Ramírez Acuña, ex Gobernador de Jalisco y ex Secretario de Gobernación durante el gobierno de Felipe Calderón–. 



De manera preocupante, el poder de los Tecos y su ideología fascista se ha extendido a lugares tan lejanos como Baja California, donde poco a poco fueron cooptando parte de la estructura del PAN y de los distintos gobiernos que han pasado por el poder. 



Los ejemplos de ideología fascista han sido consignados, por ejemplo, en el Estado de México, donde fue elegido Óscar Sánchez Juárez como dirigente del Partido Acción Nacional y luego rechazado por sus posiciones ultraderechistas. 



El político se declaró públicamente simpatizante de Hitler, de quien admira, su “liderazgo” porque dijo hubo miles de personas que daban la vida por él. Ciertamente resulta llamativo que a estas alturas, el nazismo siga cosechando simpatías a pesar del repudio que produce. 



En Nuevo León, por ejemplo, la creación de movimientos ultraderechistas y fascistas está ligada a una parte del empresariado vinculado al PAN. Estos grupos a veces han sido armados en “guardias blancas” para proteger a empresarios, una especie de paramilitarismo de la clase alta muy de moda actualmente debido a la inseguridad. 



De hecho, en Nuevo León nunca han dejado de crearse grupos fascistas y neonazis. El último se llama la Hemandad Algiz que promueve el nacionalsocialismo, distribuyendo y pegando panfletos contra homosexuales y comunistas. Incluso tiene una página en Facebook. 



En esta historia de la ultraderecha en México hay una participación de políticos y empresarios ligados al Partido Acción Nacional como el llamado Grupo San Nicolás, formado por ilustres panistas, como Zeferino Salgado, ex alcalde y actual militante del PAN a quien llaman “El Führer”, como se conoce popularmente a Adolfo Hitler. 



Es hermano del actual alcalde, Pablo Salgado, y compañero de Carlos de la Fuente Flores y el famosos panista Fernando Larrazábal, acusado por corrupción. 



Este marco referencial de la historia antidemocrática del PAN nos sirve para entender las posiciones actuales del dirigente nacional del PAN, Gustavo Madero, quien notificó a Ernesto Cordero su remoción de la coordinación del grupo parlamentario en la Cámara de Senadores. 



El panista más priista después de Vicente Fox, ha señalado que posee una ‘‘facultad estatutaria’’ para nombrar al líder de la bancada cuando lo considere necesario, a pesar de que, 24 de los 38 senadores de Acción Nacional, le enviaron una carta con firmas para expresarle su respaldo a Cordero Arroyo. 



En la deriva y desastre del PAN se encuentra finalmente esta vertiente doctrinaria antidemocrática. ¿Cómo podemos esperar democracia interna en un partido que tiene este tipo de orígenes? 



Resulta lógico entonces que el PAN pretenda parecerse cada día más al PRI. También resulta lógico que Madero tenga una relación más estrecha con Enrique Peña Nieto e incluso es lógico que ambos ofrezcan detalles de su fascinación mutua. Lo sorprendente es que los panistas decentes lo permitan. 



Y más sorprendente, que vean cómo el PRI va devorando lentamente al PAN ante la atenta mirada de sus militantes. Finalmente la crisis interna del PAN es reflejo de su crisis externa. 



No hay que olvidar que el año pasado este partido en cuyos orígenes esta la semilla del autoritarismo, sufrió una de sus peores debacles después de perder la Presidencia de la República y registró una desbandada histórica de miles de militantes, encabezados por el priista Vicente Fox. 



¿Qué pensarán los panistas de bien que ayudaron a crecer a su partido a base de trabajo y esfuerzo? 



Si Manuel Gómez Morín, Efraín González Luna, Adolfo Christlieb Ibarrola y Rafael Preciado Hernández levantarán la cabeza, vaya sorpresa que se llevarían: el PAN convertido en una mala copia del PRI.

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