REFLEXIONES LIBERTARIAS
EL SIGLO 21 POR FIN ARRANCA
(Segunda parte)
Ricardo Valenzuela
Los obsoletos gobiernos
resistirán las tendencias liberadoras de este siglo 21. El rasgo distintivo de
ellos ha sido el monopolio legal de coerción en algún espacio definido. Pero el
dominante efecto político de la tecnología digital, puesto que reduce el papel
económico del espacio, será la reducción del poder y monopolio de los gobiernos
para regular y sofocar con sus impuestos. Cada día será más difícil para los
ellos regular, auditar y, sobre todo, de forma ilimitada utilizar sus poderes
para establecer sus esclavizadores impuestos que en muchos casos han sido el
origen de los grandes fracasos económicos de multitud de países, especialmente
en la post guerra, la época de Keynes y sus discípulos.
La política tendrá un
enfrentamiento con el moderno capitalismo del Siglo XXI. El éxito de cualquier
sistema económico dependerá de cargas impositivas razonables, regulación
transparente y limitada, un esquema monetario estable, mercados libres y, sobre
todo, un esquema legal que no sea discriminatorio y un gobierno como árbitro no
el principal jugador.
El capitalismo democrático en
gran parte depende de un agente efectivo que lo proteja de los depredadores
internos y externos, esa debería ser la función de un buen gobierno, el
proteger vida, libertad, propiedad y el cumplimiento de los contratos de sus
gobernados. El reto histórico ha sido evitar que el gobierno se convierta
en ese depredador utilizando sus poderes sin límite, por lo mismo, la política
será también mucho más competitiva, los políticos realmente tendrán que vender
sus programas, sus ideas, sus visiones, sin demagogia y sin mentiras.
Este nuevo Siglo abrirá la
puerta para un nuevo estilo de política y de políticos, la política moderna,
los políticos emanados de la verdadera sociedad civil, los políticos
competitivos, los vendedores de ideas, de ideales, de sueños realizables. La
política en el próximo Siglo, sobre todo en los países menos desarrollados, se
convertirá en una actividad en la que verdaderamente habrá que ganarse el
puesto compitiendo en un foro profesional. Los nuevos políticos serán
verdaderamente líderes, idealistas, visionarios ejecutivos. Los ciudadanos finalmente
entenderán que su voto y participación cuentan, entonces se volcarán a
participar, a competir en la política.
A través de la historia los
gobiernos han sido los grandes depredadores. Usando sus poderes se dedicaron a
construir pirámides, palacios e imperios, a establecer dictaduras, a invadir y
conquistar países más débiles, a explotar y esclavizar a otros pueblos, e
inclusive, a sacrificar a otros seres humanos. Los mercados y la propiedad
privada eran tolerados sólo si incrementaban los ingresos, la riqueza y el
poder de los Estados. Hay todavía muchos gobiernos en el mundo que se les puede
describir como cleptocrasias, gobiernos basados en la corrupción que promueve
el exceso de regulaciones, legislaciones, imposiciones.
También, a través de los
siglos, algunos gobiernos se han hecho receptores auténticos del consenso de
sus gobernados—evento que a veces sujeto a regresiones—y hay que aplaudir y
darles la bienvenida. Un número más grande de ciudadanos gozan hoy día de los
beneficios de ciertos buenos gobiernos, pero, la mayoría por si mismos no han
reducido la magnitud de su política de redistribución a base de coerción. La
diferencia clave entre una mayoría explotada y una democracia real, es que en
la última las reglas con las que opera—la constitución—refleja un consenso
mucho más grande y general, pero sobre todo, la gran participación política de
la sociedad civil.
En el mundo moderno,
desafortunadamente, ambos, capitalismo y gobierno constitucional, han sido
neutralizados por las burocracias usando sus poderes para servir intereses
especiales. Empresas y diferentes industrias que buscan favores especiales, son
gran parte del problema. Ellos mismos provocan el que otras firmas o grupos
busquen favores similares, corrompen el proceso político al encontrar respuesta
precisamente en políticos corruptos, debilitan la actitud de las masas y
el apoyo político hacia el capitalismo y los mercados libres. De esa forma se
establece un capitalismo oligárquico y discriminatorio, deformado, los fenómenos
de los mercados deformados, un capitalismo selectivo, un sistema de
organización económica frágil y peligroso que finalmente tiende a morir por su
propio origen.
Los ejemplos más claros de
sistemas económicos tendientes a deformar los mercados los encontramos en el
México de los últimos 70 años, el Japón de los últimos 60, los países africanos
en los últimos 40, y en general los tigres asiáticos en los años 70 y 80, por
lo cual en estos momentos están pagando las consecuencias. Las alianzas
amafiadas de gobiernos e intereses especiales para formar carteles y economías
subsidiadas, manipuladas y disfrazadas de capitalismo, duran, producen ciertos
resultados hasta que los mismos mercados pasan la factura, y la pasan, en esos
momentos hay que pagarla ( There is no free lunch. Milton Friedman), llega la
cruda económica, pero también llega la sobriedad financiera porque no todo lo
que brilla es oro.
En este escenario cada
individuo o firma que busca un favor especial, estará contribuyendo a la
deformación de los mercados. Sin embargo, el gran problema es el estado
benefactor es la consecuencia de la sobre generosidad de algunos políticos con
el dinero, tiempo, paciencia y buena disposición de otros. Las empresas y otras
organizaciones se ven atrapadas entre participar en el juego de buscar favores
especiales, o mantener y apoyar el principio de preservar el sistema abierto,
libre, conducido por el mercado no el Estado.
Desafortunadamente, en ciertas
regiones del mundo atestiguamos esa fatal regresión de la ruta hacía la
servidumbre, siendo el ejemplo más patético la Venezuela de Chávez ahora en
manos de un ignorante monigote. Pero al mismo tiempo estamos atestiguando la
fase final de la agonía de esos gobiernos equivocados que, al igual que la
iglesia del siglo 15, no entendieron la dirección de los cambios y están
condenados a su destrucción que deba ser el gran logro y sello de las primeras
décadas de este siglo.
Es por todo esto la importancia
de mantener organizaciones que emanen de la sociedad civil, que aporten ideas
que realmente se trasmitan y lleguen a esa sociedad civil, proyectos, acciones
para promover los principios que preserven un verdadero capitalismo democrático
y un gobierno constitucional. Los políticos que lo entiendan, sobrevivirán, los
que permanezcan en su ciega ignorancia, como afirmaba Ayn Rand, están
condenados a su gloriosa extinción…..para beneficio de los pueblos y sus
países.
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