24 mayo, 2013

Los fajos

Yuriria Sierra
Resultó grosero ver esa imagen, la de las pilas de billetes, como parte de un botín guardado y del que, hasta ahora, nadie se hace responsable. 
Los fajos
Y decían que no, Andrés Granier, el señor de los zapatos, le dijo hace unas semanas a una radiodifusora tabasqueña que él no tenía de qué temer, que ninguna de las acusaciones en su contra eran verdad. Dijo, en aquel entonces, que se encontraba fuera del país porque atendía su salud. Misma que ahora deberá atender con más ímpetu, tras el susto que debió llevarse la noche del miércoles, cuando se supo que en la casa de quien fungió como tesorero del estado mientras gobernó, se encontraron más de 88 millones de pesos en efectivo. Al estilo de la transa tradicional, de la más elemental, debo decir, en cajas y cajas de huevo, y es que los fajos de billetes, de varias denominaciones, fueron encontrados, como en un cuento de avaricia escrito por Charles Dickens.

¿Serán esas las únicas cajas con dinero tabasqueño que existen? Pensando mal, acertaríamos tal vez a pensar que no, después de todo Granier ya dijo que él gustoso enfrentará a la autoridad en caso de ser necesario, habrá que ver si el resto de sus colaboradores, como José Manuel Saiz, piensan los mismo y dan la cara para aclarar las razones por las que esta cantidad, nada discreta, apareció así, guardada de una forma tan vulgar, en cajas de cartón almacenadas en un taller.
Y es que resultó grosero ver esa imagen, la de las pilas de billetes, como parte de un botín guardado y del que, hasta ahora, nadie se hace responsable; muy valientes para tomarlos, pero muy poco para reclamarlos. La Procuraduría de Tabasco ya anunció que llamará al ex gobernador a declarar sobre esto, aunque de paso también le deberán pedir cuentas por el resto de las acusaciones que hay en su contra, que los fajos son acaso la fotografía más escandalosa (y probablemente más fiel), de todo lo que el gobierno de Arturo Núñez ha documentado.
Comenzaron también a salir más datos, que implican al ex tesorero de Tabasco en actividades que lo vinculan con el derroche, con el gasto excesivo. Como las apuestas a carreras de caballos y la compra de ejemplares pura sangre que, según se dice, era uno de los orgullos de Saiz. Así que hay cabos que atar.
Como el señor de las ligas, René Bejarano, aunque ya ni a ligas llegan, nada más a cajitas de cartón. Así, privatizando para sus bolsillos los recursos del estado para el que sirvieron. Y este descubrimiento deberá ser la punta del iceberg de la investigación que aclare las acusaciones que posee el gobierno de Andrés Granier —o quien resulte responsable, porque recordemos que en las acusaciones no se lee el nombre del ex gobernador— del desfalco que mantiene a Tabasco hundido en números rojos, según lo ha reportado el gobierno de Arturo Núñez, quien se ha fajado los pantalones para evidenciar estas gravísimas faltas que se hicieron hacia el servicio público, pero que tendrá mantener así, para que las consecuencias lleguen a los responsables, como mero ejemplo para una federación que varios expedientes de este tipo deben tener en sus archivos.

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