Sus
allegados, hombres y mujeres que presenciaron la escena, se quedaron
pasmados cuando en su oficina de Procuradora General de la República,
Marisela Morales tomó un expediente por el lomo y lo arrojó
violentamente a la cara de uno de sus colaboradores, reprochándole a
gritos su ineficacia y falta de lealtad.
Todos guardaron silencio y volvieron a sus escritorios. No era la
primera vez que presenciaban un exabrupto de su jefa. Sabían que tampoco
sería la última. En su corto tiempo de Procuradora cambió cinco veces
de oficial mayor, varias también de coordinador de asesores y faltando
15 días para que terminara el Gobierno corrió sin explicación a un
Subprocurador.
Poseedora de una personalidad emocionalmente inestable -así la definen
sus amigos y adversarios- Marisela Morales Ibáñez ha estado en el centro
del escándalo sin que haya respondido públicamente a las acusaciones
que pesan en su contra por encarcelar injustamente, basada sólo en los
dichos de testigos protegidos, a por lo menos dos altos funcionarios,
compañeros suyos del Gobierno de Felipe Calderón Hinojosa: el General
Tomás Ángeles Dauahare, ex subsecretario de la Defensa Nacional, y Noé
Ramírez Mandujano, ex subprocurador de Investigación Especializada en
Delincuencia Organizada (SIEDO) de la PGR.
Su ascenso comenzó cuando el Procurador era Eduardo Medina Mora. El
entonces Presidente Felipe Calderón le pidió que pusiera a una mujer en
un cargo de alto nivel y la sugirió. Llegaba con las más altas
recomendaciones del Ejército mexicano y del Gobierno de Estados Unidos.
Con esos avales ingresó a la PGR, de donde terminó siendo jefa máxima,
en mucho gracias a la Operación Limpieza, que buscaba erradicar de la
Procuraduría a todo mal funcionario. La idea fascinó a Los Pinos y la
Casa Blanca. Hoy, la citada Operación es considerada un rotundo timo.
Marisela Morales encabezó "de rebote" la Operación Limpieza. Cuando se
supo en las altas esferas del poder mexicano de las declaraciones del
testigo protegido "Jennifer", que implicaban a Ramírez Mandujano y
varios de sus colaboradores en el narcotráfico, el Procurador Medina
Mora decidió que ningún Ministerio Público de la SIEDO tomara la
indagatoria. Se la asignó a Marisela, entonces jefa de la Unidad
Especializada en Investigación de Tráfico de Menores, Indocumentados y
Órganos.
Por las sospechas, Ramírez Mandujano fue retirado del cargo y
elegantemente enviado como representante de la PGR a Viena, Austria. Al
poco tiempo, durante una visita para una reunión diplomática en México,
el Procurador Medina Mora lo citó en su oficina para decirle que se
presentara a declarar. Lo hizo y ahí lo aprehendieron.
Con el peso moral de la Operación Limpieza bajo el brazo, Morales Ibáñez
saltó a la SIEDO y de ahí a la titularidad de la PGR. Durante su
gestión, mantuvo a sus principales respaldos, el Ejército de México y el
Gobierno de Estados Unidos: Marisela vivió en una casa en el Campo
Militar #1 y fue condecorada por la Secretaria de Estado, Hillary
Clinton.
Y si el expediente de Dauahare lo armó el Ejército y ella lo procesó, el
de Ramírez Mandujano lo hicieron entre Marisela Morales y la DEA.
Saciamorbos
Cuentan que ya está de mudanza para dejar de vivir en la instalación militar. |
No hay comentarios.:
Publicar un comentario