Con motivo de la
visita del Presidente Obama a México, el derrotado candidato presidencial,
Andrés Manuel López Obrador, le envió una carta con comentarios muy puntuales
y mentiras muy
grandes como para dejar de comentar.
1.- Continúa la
crisis en México porque no hay democracia.
Si en México no
existiera democracia, López Obrador no podría hablar ante ningún medio de
comunicación.
Estaría preso o exiliado. Aquí él puede vivir sin trabajar, nadie le
revisa sus ingresos, el origen de los recursos que lo mantienen y la forma de
ganarse la vida.
Sin democracia el
Congreso no existiría, o controlado por la fuerza, por un solo partido.
Tampoco existe democracia simulada. De haberla, en México tendríamos un poder
legislativo como en Venezuela, donde la oposición tiene un asiento en el
Parlamento, pero sus diputados no pueden hablar pues les niegan la palabra
porque éstos no reconocen la legitimidad del mandatario Nicolás Maduro.
Por cierto, ese
régimen de democracia simulada que existe en Venezuela, es admirado por el lopezobradorismo, al grado de que una de las principales
exponentes de esa corriente política en México, Dolores Padierna, planteó que
el régimen “bolivariano” es “lo que queremos también en México”.
2.- La economía
lleva 30 años sin crecer.
En parte es cierto,
el crecimiento ha sido menos al deseado. Una de las razones fundamentales de
la falta de crecimiento económico es el daño estructural causado a la economía mexicana por dos
sexenios de populismo, 1970-82, época conocida en el país como “la docena
trágica”.
El otro motivo del
lento crecimiento es la falta de una segunda generación de reformas que nos
pongan al día con nuestros competidores. Y esas reformas no se han alcanzado
porque hemos vivido con el chantaje permanente del uso de la fuerza en caso
de que se aprueben o siquiera se discutan.
El abanderado de la
extorsión política con la paz social, si es que se concretan las reformas, se
llama Andrés Manuel López Obrador.
3.- La élite de
poder se opone al cambio verdadero y se impone porque son dueños o controlan
a la mayoría de los medios de información...
Si por él fuera, los
medios tendrían un solo dueño: el Estado. Y el Estado encabezado por él. Como
Jefe de Gobierno de la ciudad de México tuvo a su disposición el acceso
diario a todos los medios electrónicos, con cuyos dueños desarrolló amistad,
paseaba en el turibús, asistía a sus reuniones, les palmeaba la espalda, se
tuteaba con ellos… hasta que perdió
las elecciones de 2006 y a alguien tenía que echarle la culpa.
Cuando fue Jefe de
Gobierno y sentía la Presidencia al alcance de su mano, hubo un diario
pequeño que con frecuencia exhibía sus trampas retóricas e inacción en materia de seguridad en la capital.
Con el respaldo de
López Obrador iban escoltados por patrullas del GDF, los Panchos Villa
clausuraron ese diario, con sellos salidos de sus pistolas. Esa clausura
simbólica fue el fiel reflejo de lo que habría hecho en caso de ganar la
Presidencia, lo que afortunadamente no ocurrió.
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