06 mayo, 2013

México y EU con Peña

Ana Paula Ordorica
Barack Obama intentó animar a los jóvenes mexicanos a valorar los avances en democracia, economía y educación. 
México y EU con Peña
Una vez más escuchamos a Obama como el gran orador que es. En el Museo de Antropología, ante estudiantes, Obama intentó animar a los jóvenes mexicanos a valorar los avances de México en democracia, economía y educación y a atreverse a pensar en un aún mejor futuro.


Las reacciones a esta visión que tiene Obama de México fueron variadas. Desde los agradecidos por las porras hasta los escépticos que sienten que Obama quiso tapar la realidad del país violento en el que vivimos con un buen discurso.
Lo importante de lo que dijo Obama fue el reconocimiento de que los estereotipos que tienen los estadunidenses sobre México y los mexicanos sobre Estados Unidos, deben derribarse.
Ni México es sólo violencia, ni EU es el atascado vecino que quiere dictar qué debe hacer nuestro país.
En repetidas ocasiones y con diferentes ejemplos, Obama señaló la importancia de México para la economía de Estados Unidos. También la importancia de los mexicoamericanos a quienes les reconoció fueron fundamentales para su reelección en noviembre pasado.
La importancia económica de México para EU es algo que, de acuerdo con una encuesta publicada por el Centro de Investigación Pew Research la semana pasada, no se conoce en EU. El americano promedio cree que el TLCAN ha beneficiado únicamente a México.
Para los fines del gobierno de Peña Nieto, la visita cumplió con su principal objetivo que era pasar de una relación bilateral monotemática basada en el tema de seguridad a una multitemática con un enfoque principal en la economía y el comercio.
Qué bueno por el gobierno y mejor para nuestro país. Lo que no deja de llamar la atención es que cada arranque de sexenio estamos reinventando la relación bilateral con Estados Unidos.
En el sexenio de Fox tuvimos el enfoque en migración. De ahí se quiso, cuando llegó Felipe Calderon a Los Pinos, reinventar la relación bilateral de tal modo que no todo fuera migrantes, migrantes, migrantes. Y entonces todo giró en torno a la seguridad, o la falta de ella.
Y ahora se quiere dar un giro, como ya apuntaba antes, a que exista un discurso más enfocado en la economía.
México debe plantearse una política de Estado sobre su relación bilateral con Estados Unidos, de tal forma que no estemos en un vaivén sexenal que quiera arrancar con un borrón y cuenta nueva cada sexenio.
Así podremos construir esta relación, que sin duda es la más importante que tenemos, en lugar de reinventar de acuerdo a los ciclos políticos.

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