02 mayo, 2013

País con deuda por encima del 90%, destinado a caer en picada

Japón es el país más endeudado del mundo, su deuda supera más de dos veces su PIB.

La mayoría de los países está por encima de esta cifra. Un estudio, que analiza la relación entre deuda pública y crecimiento, generaría un nuevo paradigma.

Japón es el país más endeudado del mundo, su deuda supera más de dos veces su PIB.
Cuando los países sobrepasan el 90% de deuda en relación a su Producto Interno Bruto (PIB), las economías comienzan a caer en picada. Esta afirmación es resultado de un extenso estudio elaborado Carmen Reinhart, profesora de la Kennedy School of Government de Harvard y Kenneth Rogoff, economista investigador en esa universidad, en medio de un debate financiero en Estados Unidos y Europa.  


Los analistas revisaron los datos sobre deuda y crecimiento disponibles desde el año 1790 a 2010, es decir, su estudio se basa en más de 200 años de estadísticas macroeconómicas y sus conclusiones son aplomadoras: cuando los países sobrepasan el 90% de deuda sobre su PIB, sus economías caen, en promedio, 2.3%. Así, pasan de crecer 3% anual, a sólo 1.7%. Sin embargo, a partir del año 1945, la estadística adquiere un matiz más acusado, pues las economías caen desde ese 3% hasta números rojos de -0.1%.
En Estados Unidos, donde la deuda sobrepasa el 100% del PIB, en Japón, dónde ésta incluso supera el 200%, convirtiéndose en la más alta del mundo en relación al PIB, y en varios países europeos, diferentes economistas han llamado la atención sobre el riesgo que implica para las economías tener cifras de endeudamiento tan grandes.

¿No ayuda la deuda a apalancar el crecimiento?

Si se realiza un ejercicio financiero de riesgo, veremos que en muchas ocasiones pedir prestado resulta positivo, pues, por una parte, el apalancamiento puede acelerar el crecimiento gracias al uso de recursos ajenos. De esta manera, las entidades bancarias han logrado crecer hasta convertirse en grandes empresas multinacionales.
Sin embargo, la adopción de riesgos no es ilimitada y, según los analistas de Harvard, el 90% de deuda sobre el PIB marca un punto de inflexión en donde, lejos de beneficiar el crecimiento, pedir prestado incide de manera negativa en la economía, por varias razones.
Por una parte, los mercados exigen mayores garantías antes de comprar bonos de deuda pública, lo que lleva al país emisor a pagar primas de interés demasiado altas. Esto es lo que le ha ocurrido a países como Grecia o Portugal, cuyos bonos, calificados como “bonos basura” por agencias como Fitch y Moody’s, deben pagar al inversor tasas de interés que superan, con creces, los pronósticos de crecimiento de ambos países. En una frase, devolver los intereses sobre esos bonos resulta prácticamente imposible, pues el PIB no crecerá lo suficiente como para pagarlos.
Por otro lado, un exceso de riesgo, advierten los analistas de Harvard, puede conducir a tres consecuencias perniciosas: inflación descontrolada; medidas de austeridad que conllevan el riesgo de generar descontento social y crisis de confianza en las instituciones; o, en última instancia, a la quiebra.

Una propuesta distinta

Más allá de las investigaciones de Reinhart y Rogoff, tres investigadores de la universidad de Amherst, en Massachussets, Estados Unidos: Robert Pollin, Michel Ash y Thomas Herndon, proponen una teoría diferente.
Según este nuevo estudio, el análisis anterior de Reinhart y Rogoff presentaba una serie de datos incorrectos debido a un error técnico en su hoja de cálculo. Los nuevos investigadores analizaron casos como el de Nueva Zelanda, un país que creció de forma acelerada a pesar de su alto nivel de endeudamiento. Así, concluyeron que, a partir del año 1945, los países cuya deuda excedía el 90% pasaron de crecer un 3% anual, a sólo 2.2%, es decir, crecieron más de lo que los investigadores de Harvard aseguraban.
Estos trabajos han incidido en el debate sobre el “techo de la deuda” en Estados Unidos y también entre los economistas europeos, pues aquellos que defienden medidas de austeridad, como Alemania, se oponen a una expansión del gasto público, mientras que otros señalan que la disciplina fiscal no es una solución en sí misma, a pesar de los altos radios de endeudamiento de los países. En Estados Unidos, este debate se ha dado en el marco del "precipicio fiscal".
En México, la deuda pública del Gobierno Federal ha crecido 333% en los últimos 11 años, mientras que la deuda de los Estados y Municipios lo ha hecho en 300%, según Carlos Noriega, del Grupo de Economistas Asociados (GEA). De esta forma, la deuda mexicana en relación al PIB se ubica en torno al 37%.
¿Crees que la deuda sobre el PIB en México debe seguir aumentando?

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