15 mayo, 2013

¿Por qué allá “prestan” más que aquí? ¿Porque son “buena paga”? ¡Falso! Hay otras razones

Ángel Verdugo
En aquellos países cuentan con agentes económicos más calificados en materia crediticia que los nuestros. 
¿Por qué allá “prestan” más que aquí? ¿Porque son “buena paga”? ¡Falso! Hay otras razones
Con motivo del envío al Congreso de la “reforma financiera”, sus promotores no se cansan de repetir que en no pocos países de América Latina, la banca presta —como porcentaje del PIB—, más que en México. En consecuencia, afirman hasta el cansancio, hay que hacer una reforma financiera para, simplemente, “prestar más y más barato”.
(Tengo la impresión, espero no estar equivocado, que cuando dicen “más barato”, en realidad quieren decir que la tasa de interés del crédito a conceder, debe ser más baja que la actual para ese mismo crédito).

Sin embargo, al hacer aquel tipo de comparaciones —tan limitadas y parciales pues sólo toman una de las causas—, dejan de lado las otras que inciden para que el monto prestado —como porcentaje del PIB— supere al nuestro. Cuando intentan explicar por qué allá sí y aquí no, a lo más que llegan es a concluir que todo se debe a las dificultades y subterfugios que la legislación vigente permite aquí al deudor para que el acreedor no recupere, en la debida oportunidad, al menor costo y fácilmente, la garantía colateral del crédito no pagado en tiempo y forma.
Por ello, una de las trece iniciativas del paquete que conforma la reforma financiera, está dedicado a este tema; el nombre mismo dado a la iniciativa correspondiente —“Otorgamiento y Ejecución de Garantías”— se explica por sí mismo. Sin embargo, no obstante que la causa señalada por los promotores de la reforma financiera es verdad, ella sólo es una parte de la explicación del porqué en otros países se “presta más y más barato” que en México.
Su limitada visión deja de lado otro elemento que juega, en no pocas ocasiones, el papel central en el otorgamiento de “más crédito y más barato”. En aquellos países cuentan con agentes económicos más calificados en materia crediticia que los nuestros; aquéllos, además, someten a la consideración de la banca proyectos rentables, no sólo “productivos”.
Aquí, en el colmo del absurdo, financiamos “proyectos productivos” sin tomar en cuenta lo obvio en materia crediticia: todos los proyectos “producen” algo, incluso pérdidas. Allá, donde prestan “más y más barato”, la fuente financiera presta la debida atención a la rentabilidad del proyecto sometido a su consideración, no sólo a lo que va a producir.
Por otra parte, los elementos aportados por el solicitante, demuestran con un alto grado de certeza que lo que van a producir se venderá para generar la utilidad que posibilitará liquidar el crédito más los intereses pactados y por supuesto, para obtener la utilidad legítima del agente económico y los impuestos a pagar.
Otro aspecto no menor en esto de las causas del porqué allá “prestan más y más barato”, es que el solicitante pide crédito por un porcentaje razonable de la inversión; con ello, busca no presionar más de lo prudente las finanzas del proyecto. Es decir, aporta lo más que puede para reducir el monto del crédito y en consecuencia, incurrir en un menor costo financiero.
Esta visión del solicitante, el banco la toma muy en cuenta pues deja ver de aquél un serio compromiso con su proyecto; demuestra, con el porcentaje aportado, la decisión de tomar una parte importante del riesgo.
Muchas y diversas son las causas por las cuales allá, se “presta más y más barato”; las resumo así: allá prestan, aquí regalamos; allá obtienen crédito, aquí un regalo del gobierno.
Esto, digan lo que digan, no lo cambiará la reforma financiera.

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