07 mayo, 2013

¿POR QUE ELVA SI Y ROMERO NO?



¿Por qué Elba sí y Romero no?

Muchos pensaron, tras la sorpresiva detención de Elba Esther Gordillo ocurrida hace casi dos meses y medio, que el siguiente en la lista de perseguidos por el gobierno de Enrique Peña Nieto sería Carlos Romero Deschamps. Nada más equivocado. 

Al señor Romero no sólo no lo incomodan con ningún tipo de investigación oficial de su abultado patrimonio, sino que el mismo gobierno, que decía “combatir la corrupción y el desvío de cuotas sindicales”, ha protegido y casi blindado al dirigente del STPRM.
 
Hoy, que un diario capitalino muestra la opulencia con la que vive el hijo de Romero Deschamps, que posee dos departamentos de lujo en Miami, con un valor de ocho millones de pesos cada uno, el tema del enriquecimiento del líder petrolero surge de nuevo por el estilo de vida de sus hijos, que ya había sido mostrado públicamente por su hija Paulina, quien en las redes sociales presumía sus viajes por todo el mundo en vuelos comerciales y privados, además de sus costosos gustos en ropa y accesorios de marca.

¿Cuál es la diferencia entre el estilo de vida que llevaba Elba Esther Gordillo y sus hijos, nietos y familiares cercanos y la opulencia que muestran el dirigente petrolero y su familia? Ninguna.

Tanto Gordillo como Romero (como tantos otros dirigentes sindicales del país, por no hablar de políticos) no podrían justificar con el sueldo que perciben -24 mil pesos del empleado petrolero- una vida llena de lujos y opulencia como la que llevan ellos y sus familiares a la vista de todos. 

Si en el caso de la maestra fueron esos “gastos excesivos” los que atrajeron la atención de Hacienda y motivaron una investigación fast track para acusarla de lavado de dinero por el desvío de cuotas del sindicato magisterial, por qué no ocurre lo mismo con Romero Deschamps y las evidencias de sus gastos y los de sus hijos?

La respuesta es simple: Carlos Romero Deschamps es un dirigente funcional para el gobierno de Peña Nieto y para el sistema priista. No sólo porque, a diferencia de Elba Esther, ya le dio su aval, sin conocerla, a la reforma a Pemex que prepara el gobierno, sino porque a Romero el PRI, el de ahora y el de antes del 2000, le debe inmensos favores financieros, pues el millonario sindicato petrolero ha sido generoso aportador de dinero para las campañas priistas. Desde el Pemexgate, que se documentó públicamente, hasta la misma campaña que llevó al poder al actual presidente.

Mientras Elba Esther se le reveló al sistema priista que la procreó y rompió con el viejo partido para volverse artífice de los triunfos electorales de los dos presidentes del PAN, Romero Deschamps ha permanecido leal y servicial al PRI; incluso colaboró con su reciente regreso al poder. Así que, además de la docilidad mostrada hacia la reforma peñista a Pemex, el líder petrolero también es un hombre que tiene demasiada información sobre cómo se han financiado, al menos en los últimos 25 años, las campañas priistas.

Eso hace, pues, que el gobierno que dice “combatir la corrupción y defender las cuotas de los sindicalizados” mida con distinta vara la riqueza de Gordillo y la de Romero Deschamps, y que una le parezca “excesiva” y la otra “normal”. Ya lo decía hace tanto tiempo el Benemérito y sigue tan vigente en el gobierno mexicano: “a los amigos, justicia y gracia; a los enemigos, justicia a secas”.


No hay comentarios.: