01 mayo, 2013

¿Qué es hoy, en México, gobernar? ¿Lo que hemos visto desde hace semanas?

Ángel Verdugo
La capacidad de transmitir información en tiempo real desnu-da al gobernante, exhibe sus debilidades y sus fortalezas. 
¿Qué es hoy, en México, gobernar? ¿Lo que hemos visto desde hace semanas?
Una ventaja de los avances tecnológicos registrados estos últimos 20 años en materia de transmisión de información, es poder enterarnos —prácticamente en “tiempo real”—, de cada conflicto que surge en cualquier punto del planeta.
Siempre, al menos uno de los que ahí están, trae un celular o una tableta que le permite transmitir al mundo entero lo que sucede frente a él; no importa si estuviere en medio de una manifestación cuyo objetivo fuere obtener beneficios laborales para los desempleados, o en una balacera entre los rebeldes sirios y las fuerzas leales al gobierno encabezado por Bashar al-Assad. Él, todo lo transmitiría.


Esta capacidad que hoy nos brinda la tecnología, también permite conocer las reacciones de los gobernantes ante los desafíos que una manifestación o un grupo de rebeldes armados les presentan.
¿Cuál es, frente a ambos retos, la respuesta del gobernante? ¿Deja que el conflicto crezca, o actúa de inmediato para restablecer el orden? ¿Hace uso de los recursos que la ley le otorga —en los países con gobierno democrático—, o responde con todo el poder de fuego que posee (en el caso de las dictaduras)?
Hoy, para conocer estas conductas no debemos esperar semanas o meses; basta encender la televisión —o la tableta o la computadora— y sintonizar CNN o algún servicio noticioso por internet, y ya está. De inmediato nos damos cuenta de lo que pasa en éste o aquel país, y también de la conducta asumida por el gobernante.
Esta ventaja —según algunos— o inconveniente según otros, permite comparar las conductas de los gobernantes frente a conflictos similares. ¿Cómo actuó Fulano ante este desafío, y cómo lo hizo Mengano frente a uno similar? ¿Es interesante conocerlas? No sólo eso; también es necesario.
Conocer las reacciones y opiniones —ante conflictos similares—, que provoca la conducta de cada gobernante en los ciudadanos de su país, y en los países aliados y los inversionistas, sirve para medir su capacidad y firmeza frente a situaciones conflictivas. Esto, hace unos cuantos años tomaba semanas o meses evaluarlo; hoy, el seguir en tiempo real los acontecimientos, permite sacar conclusiones de manera inmediata.
La capacidad de transmitir información en tiempo real, desnuda al gobernante; exhibe sus debilidades pero también sus fortalezas pues en los conflictos, las más de las veces —el que decide— no tiene mucho espacio de maniobra; tiene que responder al “bote pronto”. El que gobierna, ya no puede esconderse como antes; hoy, en minutos, un celular lo pone en las pantallas del mundo, sin maquillaje alguno.
Frente a esto, y dado lo que hemos visto de la conducta de nuestros gobernantes en relación con los acontecimientos recientes en Guerrero, Oaxaca y Michoacán, y en la UNAM, ¿qué piensa de ellos y de su trabajo? ¿Qué calificación les daría? ¿Qué opinión le merecen? ¿Qué piensa de su capacidad para manejar conflictos? ¿Generan la confianza necesaria y suficiente, para invertir y tomar riesgos en esos tres estados, o en el país mismo? ¿Lo que vio, le basta para convencerlo de enviar a sus hijos a la UNAM, o al CCH Naucalpan?
Por último, vayamos a la pregunta del principio; ¿dada la conducta exhibida por nuestros gobernantes frente a aquellos conflictos, piensa usted que “gobiernan”? ¿Acaso, “eso” es gobernar? ¿Qué piensan hoy, después de ver el desempeño de quienes nos “gobiernan”, los que ayer estaban convencidos de las bondades de invertir en México?

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