Qué le falta a Peña Nieto
Jorge Díaz Elizondo
Son muchos los temas que ocupan la atención
de los mexicanos, pero hay unos que están subiendo de volumen y que tarde o
temprano terminarán por hacer ver mal o muy bien al gobierno actual, todo
depende de las acciones que decida tomar.
Si
bien durante las campañas por la presidencia de la república, se hicieron
públicos los despilfarros de la hija del líder sindical petrolero, Romero
Deschamps, motivo suficiente para por lo menos
comenzar una investigación sobre la procedencia de los recursos
utilizados en las excentricidades de la dama, ahora el diario Reforma nos da
más elementos para estar seguros que ahí hay materia de investigación.
Se
ha revelado que un hijo de Romero Deschamps lleva una
vida fuera de toda proporción para alguien que proviene de una
familia en donde la cabeza de la misma gana no más de veinte mil pesos
mensuales. A menos que se pudiera comprobar que el dinero con el que lleva esa
vida es producto de su trabajo (lícito), no veo cuántas evidencias más se
necesitan para aclarar las dudas por parte de las autoridades.
Por
otro lado, están las revelaciones del consentimiento del pasado gobierno
encabezado por Felipe Calderón, en sentido de abrir todas las puertas a las
autoridades norteamericanas en el tema de seguridad.
La
intromisión de los vecinos del norte no es nueva; sin embargo, la manera en que
se ha sustentado el hecho de entregarles el control de la estrategia,
inteligencia, información y; por si fuera poco, actuación dentro de nuestro
territorio de agentes extranjeros armados, nos lleva insisto, a esperar una
investigación seria por parte del gobierno encabezado por Enrique Peña Nieto.
Así
mismo, la PGR dio a conocer que el gobierno de Calderón usó 379 testigos
protegidos, mismos que en algunos casos fueron utilizados (como se sabe) con
fines políticos. Es otra arista que salta a la vista y no puede quedar como un
simple informe para saciar la sed de la opinión pública. Se tiene que llegar al
fondo del asunto y castigar a los responsables en caso de que los haya (y todo
parece indicar que los hay).
De
tal forma que la pregunta con la que inicio el texto de hoy queda abierta para
el presidente:
¿Qué
le falta para demostrarnos que realmente va por una presidencia efectiva y no
popular, o ligada ya sea a intereses o al miedo?
Nadie pide linchar a nadie, sólo iniciar averiguaciones serias y
de cara a la sociedad,
para que todo quede aclarado.
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