19 mayo, 2013

EE.UU.: Un error económico. 29 de enero de 2008

por William Niskanen
William A. Niskanen es presidente Emeritus de la junta directiva y Economista Distinguido del Cato Institute.
El Presidente Bush y la presidente del Congreso estadounidense Nancy Pelosi han llegado a un acuerdo con respecto a un paquete de estímulo económico completamente retrogrado. Entre otras cosas, el plan incluye un descuento o crédito tributario de hasta $1.200 por cada familia con un ingreso anual por debajo de $150.000, y una reducción temporal en los impuestos sobre la inversión en negocios.
Gran parte de esto no tiene sentido económico.

La razón para extender los descuentos y créditos tributarios a las familias de clase media es para que éstas aumenten su demanda de bienes y servicios, pero todo sería financiado por un aumento equivalente en el déficit federal. Peor aún, como lo señala Alan Auerbach de la Universidad de California en Berkeley, no tendría un efecto considerable.
Como ha sido la característica de casi todos los ejemplos anteriores de los estímulos fiscales temporales, cualquier efecto sobre el comportamiento de los beneficiarios será retardado hasta después de que la economía haya comenzado a recuperarse. El Servicio de Rentas Internas (IRS) recientemente anunció que el volumen de declaraciones de impuestos del 2007 no le permitirá enviar cheques a cualquier persona antes de junio, para ese entonces la economía probablemente estará auto-corrigiéndose.
La reducción temporal de impuestos sobre las inversiones en negocios probablemente aumentará la inversión en un monto pequeño, pero en gran parte lo hará adelantando inversiones que de otra manera hubiesen sido realizadas después.
La política fiscal no debería ser utilizada en un intento inútil de estabilizar la economía. La política monetaria de la Reserva Federal es mucho más efectiva desempeñando esta función, y la reciente reducción considerable en la tasa de los fondos federales ilustra que puede responder mucho más rápido y fuertemente que cualquier cambio en la política fiscal.
En general, la política gubernamental debería ser juzgada por sus efectos en los incentivos para trabajar, ahorrar, invertir y aumentar la productividad y la producción. Este paquete de estímulo fiscal lograría casi ninguno de los objetivos mencionados anteriormente.
Los políticos, en años de elecciones especialmente, se sienten obligados a ser vistos haciendo algo como respuesta a las preocupaciones generales de su electorado predilecto. El momento fugaz del acuerdo bipartidista del Sr. Bush y la Sra. Pelosi puede que se vea bien en televisión, pero sigue siendo un error económico.

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