15 mayo, 2013

Venezuela se arruina por tener la gasolina más barata del mundo

Internacional

Llenar un tanque de 40 litros sale por menos de un dólar, pero el país debe importar un tercio de lo que consume

Llenar un tanque de 40 litros de gasolina súper de 95 octanos cuesta menos de 1 dólar en Venezuela. Además de tener la gasolina más barata del mundo debe importar un tercio de su consumo, lo que arruina sus finanzas, siendo productor y exportador mundial de petróleo.
Es difícil imaginar que estas contradicciones puedan ocurrir en un país considerado como el quinto exportador de crudo con una industria petrolera que era el orgullo nacional y referente mundial de eficiencia antes de que cayera en manos del chavismo hace 14 años.

Con las dos últimas devaluaciones de la moneda al tipo de cambio de 4,30 a 6,30 bolívares por dólar decretadas este año por el gobierno de Nicolás Maduro, el precio de la gasolina se ha deteriorado mucho más: el litro de gasolina de 95 octanos pasó de 0,022 dólares a costar 0,015 dólares, medido a la tasa de cambio oficial.
El precio de la gasolina nunca ha estado vinculado a factores fiscales sino a políticas electorales. Desde hace 17 años se mantiene congelado el mismo precio. Desde hace un año Venezuela importa gasolina y gasoil de Estados Unidos, a razón de 100.000 barriles diarios lo que representa el 30 por ciento de su consumo.

1.700 milones de dólares anuales

La subvención por la importación ahora representa un gasto de 1.700 millones de dólares anuales. En opinión del ministro de Energía y presidente de Petróleos de Venezuela (PDVSA), Rafael Ramírez, catalogado por la revista Forbes como el quinto hombre más rico de la región, que rechaza un eventual aumento de precio, dice que ese tema no tiene que ver con necesidades fiscales sino «con una conducta de derroche de nuestros recursos naturales. Es insólito, y esa es una discusión que debe abrirse en nuestro país, no tiene sentido que desperdiciemos nuestros recursos así».
Las autoridades petroleras saben que hay un desfase, tanto que desde hace 16 meses PDVSA dejó de cobrar a las estaciones de servicio el combustible despachado, pues el valor del producto vendido es menor que el margen de ganancia de las bombas. Esto fue reconocido por el ministro Rafael Ramírez, quien dijo este miércoles que «los costos no dan, eso no tiene sentido».
El precio irrisorio interno de la gasolina mantenido con la subvención ha disparado el consumo en un 20% llevándolo a 750.000 barriles diarios. El gobierno no ha tenido una política petrolera rentable, tampoco eficacia en su industria e independencia financiera, dicen los analistas.

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